miércoles 30 de julio del 2025

Amarnos en nuestras limitaciones

El verdadero encuentro con el otro sólo es posible en el marco del límite.

Amarnos en nuestras limitaciones
Amarnos en nuestras limitaciones | CREDITO CARAS
CREDITO CARAS

Todos hemos sufrido lesiones a nuestros límites en la infancia, a veces se trató de pequeñas cosas, cuando, por ejemplo, mamá o papá irrumpían en nuestra habitación sin golpear la puerta. En algún momento hemos necesitado hacernos un marco de protección para ir sintiendo hasta dónde el otro podía o no desafiar esos límites.

¿Te ha pasado que muchas veces han traspasado tus límites porque vos mismo no sabías cuáles eran? Para un encuentro con el otro debe haber un equilibrio entre el límite y la violación de ese límite, una danza justa entre protección y apertura.  Pero ¿qué sucede si yo mismo no conozco mis propios límites? Entonces van a venir muchos a romperlos hasta que yo lo aprenda.

Romain Rolland nos regaló esta frase: “Felicidad significa conocer nuestros límites y amarlos”

No siempre es el otro el que vulnera nuestros límites, en general somos nosotros mismos los verdugos que nos faltamos el respeto. Cuando nos sobre exigimos constantemente es porque no hemos observado nuestros propios límites. Cuando no nos damos tiempo para el descanso, la buena alimentación, la agradable compañía ahí somos los que saboteamos nuestros límites.

En nuestro andar por la vida necesitamos primero la cercanía con nuestros padres y nuestra familia de origen, porque de eso depende nuestra supervivencia, pero a medida que crecemos necesitamos experimentar también el límite y la lejanía de los mandatos familiares para poder volvernos adultos y evolucionar. Aquí también se requiere de un justo equilibrio entre la cercanía y la distancia. Una cercanía excesiva es la causante muchas veces de los conflictos familiares. Una tarea no fácil es delimitarnos de nuestra familia para poder vivir coherentes dentro de nuestras propias fronteras. ¿Retirarse un poco de los lugares conocidos permite disfrutar más del encontrarse, no te parece?

El verdadero encuentro con el otro solo tiene lugar en el límite y luego de esos encuentros notaremos  que cada uno pudo volver enriquecido por la experiencia del propio límite. No le tengamos miedo a los límites porque no solo nos protegen, sino que además nos ordenan. Claro está que todo debe ser en la justa medida, ya que si nos excedemos en nuestros propios autolímites quedaremos atrapados en nuestra estrechez  y falta de sueños.

“Quien no sabe decir no enfermará. Quien siempre quiera responder a todas las expectativas, pronto notará con dolor sus límites. Y sólo aquel que sepa de límites, también podrá acercarse al otro y encontrarlo verdaderamente”. Anselm Grün

 M. Cecilia Doria

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