miércoles 01 de enero del 2025

Cómo disfrutar las fiestas sin culpa ni excesos

En Argentina, las fiestas de fin de año son sinónimo de mesa larga, brindis interminables y ese inconfundible espíritu de celebración que nos caracteriza. Sin embargo, también pueden venir acompañadas de excesos que nos dejan sintiéndonos mal después. ¿Es posible disfrutar sin culpa ni exageraciones? ¡Claro que sí!

Cómo disfrutar las fiestas sin culpa ni excesos
Cómo disfrutar las fiestas sin culpa ni excesos | CREDITO CARAS
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Rompiendo mitos: las fiestas no arruinan tu salud

Hay una frase que vale la pena recordar: No es lo que comés entre Navidad y Año Nuevo lo que importa, sino lo que comés entre Año Nuevo y Navidad. En otras palabras, lo que define tu salud es el equilibrio a lo largo del año. Así que no te castigues por lo que comas en una o dos cenas festivas y enfoquemos en disfrutar de manera consciente.

Tips prácticos para disfrutar sin excesos

1. Reservá las comidas especiales para los días especiales:
El pan dulce, los turrones y las garrapiñadas son clásicos infaltables en la mesa navideña, pero no hace falta empezar a comerlos desde el 8 de diciembre, cuando armamos el arbolito. Guardalos para los días de las fiestas y disfrutalos con más ganas.

2. Elegí tus favoritos:
Entre la picada, el vitel toné, y el asado la mesa suele ser tan variada que probar de todo es casi imposible. Elegí los platos que más te gustan y servite porciones razonables. ¡No hace falta que te quedes con hambre, pero tampoco que te sientas pesado!

3. Comé despacio:
En la típica mesa familiar, donde la sobremesa puede durar más que la comida, tenés tiempo de sobra para disfrutar sin apurarte. Comé despacio, charlá, reíte y permití que tu cuerpo reconozca cuándo está satisfecho.

4. Hidratate bien:
Acompañá las comidas con agua, especialmente si hace mucho calor. Moderá el consumo de alcohol.

5. No llegues con hambre voraz:
Es común querer “guardar el hambre” para la cena, pero esto puede llevar a descontrolarse. Comé normalmente durante el día, incluyendo un buen desayuno y almuerzo saciante. Así, llegás a la noche con un apetito moderado y más control.

Relajate y disfrutá del momento

Las fiestas no son solo sobre lo que hay en la mesa. Son momentos para conectar, bailar al ritmo de una cumbia o un cuarteto, reírte con los chistes del tío, jugar con los primos y abrazar a los abuelos. Relajate, disfrutá de los platos que elegiste y dejá la culpa de lado. Una comida no define tu salud; lo que importa es el equilibrio a lo largo del tiempo.

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