martes 17 de septiembre del 2024

Cómo eliminar tus várices sin cirugía: Esclerosis guiada por ecografía en ROMA Medicina Estética

Un método ambulatorio y sin incisiones. Galería de fotosGalería de fotos

CREDITO CARAS

La enfermedad venosa crónica es una patología altamente prevalente y que se incrementa en número y complejidad con el paso de los años, producto del estilo de vida moderno de nuestros tiempos. El sedentarismo, los hábitos tóxicos en ascenso, la ausencia de educación alimentaria en conjunto con la obesidad, la falta de tiempo libre para ejercitar nuestro cuerpo (producto de la gran demanda de trabajo) y, en parte mayoritaria, la genética, nos deja como legado el deterioro de nuestro sistema de drenaje venoso. El encargado de devolver nuestra sangre desde los miembros inferiores hacia el corazón para continuar con el continuo circuito de distribución sanguínea, se ve fatigado por tener que resistir las elevadas presiones de la bipedestación excesiva, castigada y sin ejercicio. Son los músculos de nuestras pantorrillas los pistones de esta “bomba impulsora” de sangre que no consiguen regresarla a destino. Con el tiempo, esta cañería de venas en nuestras piernas, comienza a dar signos de empeoramiento. La sobrecarga en los muslos y en las piernas genera arborización venosa y con ello, el primer estadío de la enfermedad: las conocidas “Arañitas”. De consideración mayoritariamente estética, no suelen generar malestar. Con el tiempo pueden aumentar en número y tamaño y conforme avanza la enfermedad, comenzarán a visualizarse grandes tortuosidades a través de la piel, denominadas várices. Éstas venas serpenteantes y sobresalidas a través de la superficie cutánea, si pueden generar malestar, no solo estético sino dolor, picazón o sensación pulsátil. Si bien se trata de una patología de lento desarrollo, una vez evolucionada, deteriora severamente la calidad de vida. En los últimos estadíos de la enfermedad, esta vena deformada puede romper su membrana y permitir el paso de líquido hacia el tejido subcutaneo y la piel, generando importante retención de líquidos (edema)  a nivel del tobillo y cambios en la coloración de la piel. Son comunes las manchas marrones denominadas “dermatitis ocre”, motivo muy frecuente de consulta en nuestro centro. Denotan un estadío avanzado de la enfermedad y advierten sobre la gravedad del cuadro, donde la ulceración de la piel podría estar a la vuelta de la esquina. Esta úlcera produce en el paciente gran preocupación, ya que es de muy difícil curación, teniendo que dedicar gran cantidad de tiempo por día a mantenerla limpia, aplicarse cremas y evitar la sobreinfección. Es por eso que la prevención de la enfermedad varicosa es uno de los pilares fundamentales para no llegar al último peldaño de la patología.

TRATAMOS TUS VÁRICES DE FORMA AMBULATORIA

Las várices pueden ser casi imperceptibles como generar gran molestia en los pacientes que se atienden en ROMA Medicina Estética. Desde problemas puramente estéticos hasta grandes ulceraciones a nivel del tobillo motivan las consultas diarias. Sin embargo, debemos recalcar que todos los casos pueden tratarse, trabajando con medidas conservadoras como también mínimamente invasivas. El advenimiento de la esclerosis nos ha permitido optimizar tanto la imagen de las piernas como la funcionalidad, mejorando los síntomas y permitiendo la curación de las lesiones cutáneas generadas por las várices en el largo plazo. En ROMA Medicina Estética,  creemos profundamente que la experiencia de los pacientes en cualquier centro asistencial debe ser un paso placentero y reconfortante, con lo cual el carácter ambulatorio de nuestras intervenciones se alza como estandarte. El tratamiento mediante esclerosis de várices pequeñas como de grandes tortuosidades permite la reanudación de las actividades laborales y personales minutos posteriores a la intervención, sin necesidad de reposo ni conductas específicas.

¿Cómo lo hacemos ?

La esclerosis se basa en la aplicación de inyecciones con polidocanol, un fármaco diseñado para tal fin, en el interior de la várice a tratar. Este producto genera en el endotelio (fina capa interna de la vena) una inflamación controlada que tiene como finalidad producir la fibrosis, es decir, el cierre del vaso tratado. Con el tiempo esta várice colapsada es absorbida por el organismo. Todo paciente destinado al tratamiento de esclerosis de várices de gran tamaño debe estudiar sus piernas mediante ecografía Doppler, un método de imágenes no invasivo. Esto nos permite “mapear” sus venas e identificar el origen del problema en cuestión. De esta forma, optimizamos al mínimo el número de inyecciones necesarias. En el caso de grandes várices, por la profundidad a la que éstas se encuentran, la esclerosis se debe realizar guiada por ecografía. De esta forma, podemos dirigir la aguja con absoluta precisión y esclerosar la várice deseada. Todo el procedimiento tarda algunos minutos y el paciente se retira del consultorio, caminando, con una venda colocada en la pierna tratada. Esta venda deberá mantenerse en su lugar por un lapso de 24 a 48 horas aproximadamente. Los controles posteriores nos permitirán observar cómo esa várice se va cerrando con el paso de los días. La norma es el mejoramiento sustancial de los signos y síntomas que la enfermedad produce, así como la disminución visual de las várices, con excelentes resultados funcionales y estéticos.

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