sábado 14 de septiembre del 2024

Duelos. Sí, en plural

CREDITO CARAS

Los hay de todo tipo y todo el tiempo.

El duelo trae consigo la pérdida y viceversa. Pérdida de alguien, de algo, de nosotros mismos. Se pierde un vínculo, se pierde un rol, se pierde un lugar.

El duelo es una reacción natural, normal y esperable ante la pérdida de alguien o algo importante. El proceso de duelo es personal, cada persona lo vive de manera diferente.

Existen diversas fases del duelo, como el shock o negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación, aunque no todas las personas las experimentan en el mismo orden o con la misma intensidad. No es lineal. Es un proceso que lleva tiempo y no tiene un tiempo definido de duración.

Hay duelos de los que no se habla, solemos pensar el duelo en relación a la vida / muerte, cuando alguien fallece. La realidad es que se podría decir que “vamos por la vida duelando”, porque cada pérdida y/o cambio genera inevitablemente un duelo.

En esta oportunidad quiero compartir con ustedes algunos ejemplos e invitarlos/as a pensar sobre sus experiencias personales.

Duelos de los que nadie habla:

1 - Al darte cuenta que tus padres no son súper héroes/heroínas, que son personas como vos, como yo, que les pasan cosas, que son vulnerables, que cometen errores o que, por ejemplo,  no son los padres cariñosos y comunicativos que necesitas.

2 - Cuando una amistad cambia o termina, ya sea de forma natural porque “los caminos de la vida” los llevaron a desencontrarse, o porque esa persona se fue a vivir lejos o porque se pelearon y no hubo retorno.

3 - Al cambiar de trabajo, dejar de frecuentar a los mismos compañeros y los mismos lugares.

4 - Cuando una enfermedad te limita y tu cuerpo cambia consecuencia de la misma enfermedad.

5 - Cuando te mudas de casa, de barrio, de ciudad o país.

6 - Cuando te das cuenta que tenés, por ejemplo, 35 años y tu vida no es lo que te imaginaste y/o anhelabas a los 20.

7 - El paso del tiempo, los cambios en el cuerpo.

8 - Cuando se termina un amor, cuando te separas y te toca aceptar que los proyectos que tenían como pareja no se van a concretar.

Y la lista sigue…

Cuando algo cambia, cuando algo se termina, cuando algo se pierde, se pierde también una parte de nosotros mismos, la parte de nosotros que estaba conectada a esa presencia. El rol que tenías en esa familia, el lugar que ocupabas en la vida de una pareja, de un amigo. Las miradas, los espacios. Se siente como si perdiéramos un fragmento de nosotros.

Entonces nos enfrenta a la realidad de que hemos perdido algo externo, pero también debemos reconstruir y reconfigurar nuestra identidad sin esa pieza que antes era parte de nosotros. El duelo, es un proceso no solo de aceptar la ausencia, sino también de redescubrirnos y aprender a vivir con esa nueva versión de nosotros mismos que emerge tras la pérdida.

Duelo no solo implica dolor, también significa desafío.

Estar en duelo no es hacer el duelo. Hacer el duelo es un proceso activo que implica reconocer que algo ocurre en nosotros y trabajar en ello para sanar. Implica acción.

El tiempo no cura, lo que cura es lo que hacemos con el tiempo.

Lic. Clr. Denise V Tognolotti

Consultora Psicológica - Counselor

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