sábado 14 de septiembre del 2024

Lic. Silvana Etchepare: "Enamorados, pero no comprometidos: El conflicto de casarse o no"

¿Casarse o no? Este dilema puede causar tensiones en la pareja. Exploro cómo el diálogo y la empatía son claves para resolver diferencias y fortalecer el vínculo.

CREDITO CARAS

Como psicóloga, he observado que mientras algunas parejas deciden casarse felizmente y otras eligen no hacerlo, también existen aquellas que no logran consensuar sobre la posibilidad de casarse, lo que genera tensión y miedo ante una posible ruptura.

Esta tensión surge porque ambos miembros de la pareja tienen creencias diferentes respecto a la ceremonia del matrimonio. Para uno, casarse puede significar la formalización del compromiso, la monogamia y el deseo de profundizar el vínculo. Para el otro, el compromiso puede estar representado por otras actitudes, como la fidelidad, la procreación o la convivencia.

La falta de acuerdo en este tema debe abordarse a través del diálogo, la empatía y la comprensión de las creencias del otro. Aunque no compartamos algunas de estas creencias, es fundamental aceptarlas si deseamos continuar con la relación. De no hacerlo, emociones como el resentimiento, la frustración, la angustia y la ansiedad, al acumularse sin ser expresadas, pueden erosionar la calidad del vínculo.

Si a pesar del diálogo no se logra encontrar una solución equilibrada que contemple ambas perspectivas, esto podría ser indicativo de una cierta incompatibilidad, no solo en relación al matrimonio, sino también en otros valores fundamentales que sostienen una relación amorosa, íntima y profunda.

Más allá de las creencias personales, existen factores sociales, económicos y familiares que generan presión en la pareja, y cada miembro debe evaluar hasta qué punto está siendo influenciado por ellos. Desde lo económico, la negativa a casarse puede estar relacionada con el costo de la ceremonia o la inestabilidad laboral. Desde lo social, las influencias culturales y religiosas también juegan un papel, y desde lo familiar, las tradiciones, los mandatos y el deseo de cumplir con lo que "debería ser" pueden tener un impacto significativo.

A continuación, les presento algunas estrategias para dialogar sobre este tema y llegar a un consenso:

1.    Hablar de manera honesta y abierta sobre el tema, expresando las propias creencias, deseos, miedos y expectativas en relación al matrimonio. Es fundamental que ambos se sientan escuchados y comprendidos con amabilidad y respeto.

2.    Buscar una muestra de compromiso que sea consensuada y que vaya de menos a más, en términos de complejidad. Por ejemplo, la convivencia podría ser un primer paso, con el matrimonio como un objetivo a largo plazo.

3.    Reflexionar sobre los propios motivos por los cuales se desea o no casarse. Es posible que experiencias pasadas, como un divorcio, la falta de estabilidad económica o una falta de implicación en el vínculo, influyan en los deseos de no casarse.

4.    Considerar la ayuda de un profesional si ambos sienten amor por el otro, pero les resulta difícil llegar a un acuerdo. La terapia puede ser una herramienta valiosa para encontrar una solución que contemple ambas perspectivas.

Para concluir, considero que lo más importante en una relación de pareja es el amor y el deseo de estar bien. El casamiento sin dudas es una ceremonia emotiva con múltiples significados, pero no necesariamente indica que exista amor entre los novios. Lo que demuestra amor es la honestidad, la comunicación y la empatía, el compromiso, la fidelidad que se tiene con los propios principios y la aceptación respetuosa del otro, con sus creencias, valores, opiniones. Por eso el consenso y un plan para abordar las prioridades de ambos, es sin dudas la gran solución para este tema.

Lic Silvana Etchepare

M.P.:1707

Psicóloga, experta en Terapia de Pareja

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