viernes 13 de septiembre del 2024

Por qué es clave promover una “salud holística” en el ambiente laboral

CREDITO CARAS

Cada vez más se consideran aspectos mentales, sociales y espirituales para evaluar la salud de una persona. Y las empresas pueden beneficiarse de cuidar el bienestar de sus empleados, indican investigaciones. La combinación de terapias tradicionales y alternativas contribuye a una salud integral.

Desde hace tiempo que el concepto de salud va más allá de la simple ausencia de enfermedades. Porque no se trata solo de “sumar años a la vida”, sino, también “vida a los años”. Es decir, vivir en plenitud en las distintas esferas de nuestra existencia: la física, la mental, la social y la espiritual. Todas estas constituyen lo que se considera “salud holística”.

Por eso, cuando se piensa en el cuidado de la salud en el ambiente laboral hay que considerar estas diferentes áreas.

En esta línea, el McKinsey Health Institute realizó el año pasado una encuesta a más de 30.000 empleados en 30 países. Según sus resultados, hay una retroalimentación entre prácticas saludables en el entorno laboral y desempeño: quienes tuvieron experiencias laborales positivas reportaron una mejor salud holística, fueron más innovadores en el trabajo y mejoraron su desempeño.

Esto señala la importancia para las empresas de promover la salud holística en su plantilla, incluso desde el balance económico. En contrapartida, McKinsey señala que empleados agotados son menos comprometidos o evalúan dejar sus puestos, lo que podría costarle a una empresa líder entre 228 y 355 millones de dólares al año en pérdida de productividad.

A su vez, un informe de Cigna titulado 'Salud y bienestar en el entorno laboral: ¿Qué funciona?' confirma que cuando las empresas aplican programas de bienestar para sus empleados obtienen un mayor retorno de la inversión realizada. Por ejemplo, una mejora en las tasas de participación de los empleados del 75 % al 92 % multiplica por 11 el retorno de la inversión.

Facilitadores vs demandas que agotan

Las empresas pueden tanto promover mejoras en la salud de sus empleadores como generar situaciones que aumenten el agotamiento. Por ejemplo, a partir de distintas investigaciones, el Foro Económico Mundial ha identificado seis factores sobre los cuales se puede trabajar para mejorar la salud en el lugar de trabajo.

  • La interacción social. Cada vez hay más consenso de que las relaciones que tenemos con otras personas repercuten en nuestra salud. Es por eso que resulta clave que el ambiente laboral promueva vínculos sanos. De hecho, investigadores del MIT señalan como prácticas eficaces entrenar a los jefes para que brinden un trato individualizado a los empleados, preguntándoles por sus intereses y en qué áreas necesitan apoyo.
  • La mentalidad y creencias. Los empleados motivados y con actitud positiva no solo serán más saludables, sino que aportarán más a las empresas, señalan las investigaciones. Y esto implica que una compañía no solo debe quitar del camino los obstáculos y situaciones complejas, sino proveer el apoyo y las herramientas para que un trabajador sepa desenvolverse en estos momentos.
  • La actividad productiva. Hay una retroalimentación: quienes son más productivos son más saludables (los estudios relacionan la productividad con una mayor esperanza de vida). Pero, a su vez, las personas más saludables son más productivas. Cuando se habla de “actividades productivas”, se hace referencia a la capacidad de realizar en forma eficiente distintas tareas laborales, pero también a sentirse pleno con otro tipo de ocupaciones, como voluntariados, el cuidado de otras personas o proyectos personales.
  • La gestión del estrés. Los expertos coinciden en que las empresas deben alcanzar un delicado equilibrio. Por un lado, deben ofrecer retos y proponer un panorama desafiante a sus empleados. Sin embargo, el estrés tampoco debe ser excesivo. Claro, no solo se trata de un factor que puede mermar el rendimiento, sino que puede repercutir en la salud física: hablamos de uno de los principales factores que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y metabólicas.
  • La seguridad económica. Sentirse inseguro económicamente repercute en la salud mental y también en la productividad.  Y según los estudios del McKinsey Health Institute, el factor que más contribuye a la sensación de seguridad económica de los empleados es si consideran que reciben una remuneración suficiente para cubrir sus necesidades básicas. Desde luego, esto puede variar según el caso, pero el punto es que las organizaciones pueden reducir la sensación de inseguridad económica garantizando una remuneración acorde.
  • El sueño. Según el Foro Económico Mundial, “los empleados con insomnio no tratado cuestan a las empresas una media de 2.280 dólares más al año que los empleados sin insomnio no tratado, debido al ausentismo, el bajo rendimiento y el aumento de los incidentes de accidentes y lesiones”. En esa línea, es clave que los empleadores sepan dosificar el volumen de trabajo: según el informe del McKinsey Health Institute, este es el principal factor que hace que la mitad de los empleados duerma menos de siete horas.

A partir de considerar factores como estos, las empresas pueden tomar distintas iniciativas para promover una mejor salud entre sus integrantes. Por ejemplo, emplear políticas de trabajo flexibles que permitan a los empleados mejorar el equilibrio entre sus responsabilidades personales y laborales; promover una cultura organizacional positiva, en la cual el empleado se sienta apoyado y contenido en sus desafíos; o desarrollar programas de bienestar con recursos y actividades para promover el bienestar físico, mental y social de los empleados. Esto último puede incluir el acceso a profesionales de la salud, tanto de quienes practican terapias tradicionales o alternativas.

Distintos abordajes

Las terapias tradicionales y alternativas pueden complementarse para promover la salud holística, por lo que tanto directivos de empresas como los individuos harían bien en considerar un enfoque que conjugue ambos recursos. Por un lado, las terapias tradicionales se enfocan en tratar síntomas y enfermedades específicas. Las terapias alternativas, como la acupuntura, la meditación y la terapia floral, abordan otras facetas, históricamente menos exploradas, del bienestar integral de la persona.

Al combinar ambos enfoques, se puede lograr un tratamiento más completo que considere todas las dimensiones de la salud.

"En Bruit Salud, creemos firmemente en la importancia de la salud holística para el bienestar de las personas. Nuestro enfoque integra terapias tradicionales y alternativas para abordar todas las dimensiones de la salud, y trabajamos con empresas para promover un ambiente laboral que facilite el bienestar integral de los empleados", afirma Víctor Dosoretz, CEO y cofundador de Briut Salud.

A propósito, Dosoretz señala que, aunque la distinción entre ambos tipos de terapia ayuda a organizar la práctica, muchas veces este tipo de intervenciones van de la mano. “Un claro ejemplo es la Medicina de Estilo de Vida. Aunque hoy en día suele considerarse una terapia alternativa, son cada vez más los profesionales de las terapias ‘tradicionales’ (como cardiólogos o médicos clínicos) que recomiendan seguir los denominados ‘pilares’ de la Medicina del Estilo de Vida: alimentación saludable, actividad física, vínculos sociales sanos, buen descanso, evitar hábitos tóxicos y manejo del estrés”.

La influencia del contexto

Claro que hay distintos factores que inciden en la salud holística, como el entorno en el que vive la persona. Por ejemplo, la encuesta de McKinsey Health Institute reveló que Argentina reporta una salud holística positiva en línea con el promedio, pero se destaca por el componente social. Además, Argentina es uno de los países que reportan menos agotamiento. “En el caso de nuestro país, el factor social puede ser más relevante para la salud holística debido a la importancia que se le da a las relaciones interpersonales y la vida familiar”, acota Dosoretz.

El CEO de Bruit Salud también apunta sobre otro aspecto que repercute en la manera en la que cuidamos nuestra salud: los mensajes que abundan en redes sociales. “Las imágenes y mensajes irreales pueden generar inseguridad y problemas de autoestima. La comparación constante con otros puede llevar a sentimientos de frustración y depresión. Por eso, es importante ser consciente de estos efectos y buscar contenido que promueva el bienestar integral”, concluye.

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