sábado 04 de enero del 2025

“Tengo 35 años y 5 separaciones”: La generación del bajón crónico y los fracasos amorosos

“Tengo 35 años y 5 separaciones”: La generación del bajón crónico y los fracasos amorosos
“Tengo 35 años y 5 separaciones”: La generación del bajón crónico y los fracasos amorosos | CREDITO CARAS
CREDITO CARAS

Es preocupante la salud mental e inestabilidad emocional de los adultos-jóvenes. A través de los memes podemos ver, disfrazados de chistes, todos los problemas que invaden a este grupo poblacional. 

La soledad y la "acumulación de duelos", uno tras otro, son lo más frecuente de la generación de "los 80". Cada vez más personas presentan un "bajón" crónico, que podríamos llamar "distimia". 

Fluctuaciones en el apetito, en el dormir (mucho sueño o dificultad para conciliar), falta de energía, cansancio, baja autoestima, desesperanza, dispersión, desgano, etc. 

Se oscila entre angustia, ansiedad, sensación de vacío, y termina alterando muchas áreas de la vida. Da igual si es sábado o lunes. 

Considero que este "síndrome generacional" se vincula con la que las personas cuya vida sexual y amorosa comenzó a muy temprana edad, empujándolas a vivencias prematuras de separación, celos, traiciones y rupturas que no estaban preparadas para soportar. A los 35 o 40 años, llevan 20 años relacionándose sentimentalmente, por lo que han atravesado muchos sentimientos de dolor que personas quizás, no conocían (antes) hasta que se divorciaban o enviudaban. 

Las personas de alrededor de 40 años, tuvieron, en promedio, entre 4 y 6 relaciones de más de 3 años, con o sin convivencia que han fracasado. Esto implica muchísimas cosas:

1. La experiencia de ilusión/desilusión frecuente.

2. El conocimiento de muchos perfiles de personalidad que requieren ajustes y desajustes constantes de la propia personalidad para poder congeniar con cada nueva pareja, dificultando el crecimiento personal y compartido que se solidifica y optimiza.

3. Miedo a comprometerse por miedo a que "salga mal" y volver a sentir el dolor de separarse.

4. El hábito de vivir en soledad, por lo que cada vez se dificulta más compartir la vida con otros. 

5. La presunción de que nada es para siempre y -por ende- la tendencia a alejarse de las personas ante la primera incompatibilidad o desacuerdo.

Esta situación desembocó en el conocimiento "por catálogo" y el decirlo todo desde el primer día como signo de lealtad (como si se pudiera). 

Encontramos quienes buscan pareja y temen cruzarse con quienes "no saben qué quieren". 

Están quienes buscan un encuentro sexual y creen posible responsabilizarse por los afectos del otro. También los que se sienten presionados por la inmediatez que se demanda. 

El error está en creer que sabemos lo que queremos y podemos transmitirlo sin más, detrás de una pantalla. Hay quienes cambian su orientación sexual, quienes se casan cuando no querían, quienes son padres porque "esta vez están seguros"... Quien no quería pareja, puede enamorarse. Quien busca enamorarse, puede encontrar un amigo. Quien cuida responsablemente los afectos del otro, puede estar demostrando amor inconscientemente... El contacto humano, la naturalidad y la espontaneidad, es algo a recuperar. Hoy se confunde honestidad con precipitarse y decirlo todo. 

Dra. Pía M. Roldán Viesti

Abogada T°92 F°959 CPACF (UBA)

Psicóloga MN. 57.457 (UCES)

Esp. en Prev. de Violencia de Género (Universidad Europea Miguel de Cervantes)

Presidente y Fundadora de EUTI 

https://www.instagram.com/piamartina.ok/

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