Lady Di visitó Argentina el 23 de noviembre de 1955. Roberto Devorik, su amigo y asesor de vestuario local durante más de 15 años, la había convencido de venir al país. La Princesa de gales hacía dos días que había brindado la famosa entrevista a la BBC, que hizo temblar a la monarquía británica.
Diana aterrizó en la ciudad de Buenos Aires para instalarse en la Embajada británica en Argentina por sólo cuatro días. En esa visita de Estado ella conoció al ex presidente Carlos Menem y a su hija Zulemita, visitó Chubut y los hospitales más importantes abocados a la salud de los niños.
Diana Spencer llegó al país junto a su secretario personal Patrick Jephson y Lady Liz Campden, su asistente y la recibieron el ex canciller de Mauricio Macri, Jorge Faurie, su mujer y el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Jorge Domínguez.
“Fue muy amable con todos pero no conversó con nadie, apenas comió y durmió durante el trayecto. Cuando llegó a la Argentina se instaló en la embajada británica. Hubo una recepción y se la veía muy bien”. A la distancia y recordando el momento tan particular que vivía, Ayerza reflexiona: “Creo que deseaba escapar de la tormenta que transcurría en Inglaterra, su vida sentimental no estaba bien. Para mí más que viajar, huyó”, contaba Laura Ayerza, periodista argentina que vivía en Londres, fue contratada por una editorial y compartió vuelo con Lady Diana.
Al llegar a Ezeiza, la entonces Princesa decidió romper el estricto protocolo de la corona y mostró sus torneadas piernas sin medias. Algo práctico para las primeras olas de calor porteño, pero también una manera de mostrar que deseaba escapar de esa jaula de oro donde se sentía encerrada.
Escasas horas después del aterrizaje la madre de William y Harry visitó la asociación civil de rehabilitación ALPI y fue fotografiada junto a un niño con discapacidad. La actividad siguió con otra visita al Servicio Nacional de Rehabilitación donde firmó el libro de huéspedes y saludó a María Inés Mato, la nadadora que quería cruzar el Canal de la Mancha. Más tarde, ese mismo días, fue a ver a los niños del Hospital Garrahan.
Esa primaveral noche, el embajador había organizado una cena de gala en el jardín de la calle Agote. Allí las personalidades más influyentes de la sociedad Argentina se dieron cita para agasajar a la Princesa.
El segundo día de visita volvió a darse un chapuzón en la pileta y allí se dio el encuentro con Samuel Victoria, ex mayordomo de la embajada británica en Argentina. "Venía del jardín caminando, me contó que tenía una reunión privada y entonces me dijo que ella nunca había observado un cielo tan celeste como en Argentina. No alcanzó a conocer otro mejor cielo celeste me decía. Era muy lindo el deseo de ella de volver porque en realidad quería visitar pero vino por corto tiempo. ‘Ustedes tienen los cuatros climas’, me dijo. Estaba muy bien informada. Estaba admirada”, señaló el hombre.
Por la tarde, Diana decidió dirigirse al Hospital de Oncología, Ángel Roffo. Otra vez llamó la atención no sólo que no usaba medias, tampoco llevaba guantes, algo que el protocolo británico exigía y que ella rompía con naturalidad para escándalo de los conservadores.
Lady Di en Olivos: Charlas informales y un duelo de estilo con Zulemita Menem
El 24 de noviembre y con la primavera a flor de piel, Diana llegó a la famosa Quinta de Olivos. Allí la esperaron Carlos Saúl y Zulemita Menem.
“Compartimos un almuerzo con ella, yo era chica. Se notaba que tenía muchísima personalidad pero emanaba una profunda tristeza. Me llamó la atención su altura, su elegancia pero a su vez transmitía algo muy angelical”, aseguraba Zulemita en algunas entrevistas posteriores.
La hija del ex presidente hizo hincapié en una anécdota que la dejó perpleja por su nivel de humanidad: “En un momento vio una foto de mi hermano Carlitos. Cuando supo su historia le dijo a mi papá: ‘Debe haber sido una buena persona. Dios siempre se lleva a los buenos antes’”.
“Dos años después murió ella y no pude menos que recordar su frase. Dios siempre se lleva a los buenos antes”, sentenciaba hace algunos años la empresaria.
En cuanto a su look, Lady Di apareció en escena con un mágico traje de sastrería en tonos rosa que lo combinó con su icónica cartera "Lady" de Dior y stilettos negros. Por su parte, Zulemita lució un vestido color manteca de cuello bote de Elsa Serrano.
A media tarde visitó San Isidro y para llegar se subió al Tren de la Costa junto al empresario Santiago Soldati, propietario de la compañía que controlaba el servicio inaugurado hacía poco más de seis meses.
A la noche, una nueva cena en su honor tenía lugar pero esta vez en el actual Centro Cultural Kirchner, quien supo ser la esposa del príncipe Carlos llegó vestida por Christian Lacroix con uno de los vestidos más recordados de ella tras su separación. Según las crónicas comió poco, pero elogió el show que brindó la Orquesta Sinfónica de Ciegos. “Gracias por tocar para mí”, les dijo.
La Princesa Diana, conoció el Sur
El 26 de noviembre a media mañana la integrante de la corona británica voló hacia Puerto Madryn para ver a las ballenas, visitar Gaiman y Puerto Pirámide; todos destinos de la provincia de Chubut.
En su último día en Argentina Lady Di fue a la localidad de Tigre para conocer la isla Miramar. Y esa misma tarde regresó a su país.