Luciano Giugno, más conocido como "El Tirri", es reconocido en argentina por varias razones, la primera fue formar parte de la reconocida banda "Los Fabulosos Cadillacs" y crear de éxitos junto a ellos como “Mi novia se cayó en un pozo ciego”. Pero además, es conocido por ser el primo hermano del querido conductor argentino Marcelo Tinelli.
En el pasado, el Tirri participó de varias ediciones del certamen que conduce Marcelo, y ahora se prepara para intentar ganar el Bailando 2023, que se podrá ver en la pantalla de América TV. Esta vez, él será uno de los participantes y su compañera será Frio Giménez, mientras que Mati Ramos será su coach.
Luciano nació en Buenos Aires y vivió en Bolívar hasta los 3 años. Él compartió con su familia la casa de abajo, mientras que Tinelli vivía en la de arriba, siendo muy cercanos desde pequeños. Sin embargo, el músico y empresario explicó en una nota que se siente nómade, ya que vivió en varios países del mundo como Estados Unidos, Brasil, Venezuela, Japón, entre otros.
En Los Ángeles, el Tirri apostó por la música y lanzó varios discos solista tras dejar a "Los Fabulosos Cadillacs", sin embargo, en 2012 se vuelve a instalar en Argentina para trabajar junto a Marcelo Tinelli en "Ideas del Sur" formando parte en distintos segmentos de la productora y ganándose el cariño de los televidentes.
Fuera de su vida laboral, Luciano Giugno fue padre de tres hijas nacidas en distintas ciudades (dos nacidas en los Estados Unidos y una en Brasil), que fueron producto de relaciones diferentes. Ahora, el empresario está en pareja con Mariela "Mimi" Alvarado.
El Tirri y su problema con el alcohol
En una entrevista con La Nación, el músico abrió su corazón y reveló: "Abusé fuertemente del alcohol los últimos cuatro años, arrancaba con el whisky desde muy temprano y el vodka era mi perdición… Usaba enjuague bucal para que no se sintiera".
Además, Luciano contó cuando se dio cuenta de que debía dejar el alcohol: "Hasta que una vez, con mi productora habíamos vendido dos shows de Charly García y Fito Páez en Colombia e hice cualquiera. Me había prometido no tomar durante ese fin de semana y me choqué por la calle con el Museo del Vodka. Entré y me compré dos botellas grandes. De ahí en más, no me acuerdo de nada. Me dijeron que había invitado a todos con champagne Moët, gasté una fortuna. No sabía bien quién era, estaba desfasado, fuera de mí, me sentía horrible".
Y El Tirri cerró el tema compartiendo: "Entré a una capilla en Bogotá y le pedí a Dios que, si llegaba con vida de vuelta a Buenos Aires, no tomaría más. Y así fue. Ya hace nueve años de eso".