La imponente residencia de piedra y madera está en “La Isla”, la zona más exclusiva de Nordelta. Fue imaginada por el arquitecto James Donaldson y Eduardo Costantini empezó a planificar su construcción en 1997. Elina Costantini, la mujer del creador de lo que ya es una ciudad en sí misma —mucho más que un barrio privado— ubicada en la localidad de Tigre, recibe a CARAS con esa sencillez que conserva desde que nació y se crió en Las Catitas (localidad del Departamento Santa Rosa, Provincia de Mendoza).
“Soy una mujer sencilla, humilde, con fuerza. Me puede pasar un camión por encima y me vuelvo a levantar. Y también tengo mucha sensibilidad. Pero nada me puede parar. Yo quiero algo y voy por ese objetivo: quiero ayudar a alguien y pongo todo el alma, todo lo hago con mucha pasión. Me involucro con el otro. Soy una apasionada de la vida. No veo los imposibles”, dice la Top Model de Alta Costura, hoy Primera Dama del Imperio Costantini, que en sus comienzos en el mundo de la moda se radicó durante más de cinco meses en Shanghai, China, contratada por una agencia que le consiguió campañas en Hong Kong, Macao y Guangzhou.
Vivió en Nueva York, México y París, y fue musa del recordado diseñador Jorge Ibáñez. Se sabe: Elina conoció a Costantini en mayo de 2019 y se casaron por Civil en febrero de 2020. “No me siento una mujer con poder, pero tengo una fuerza interior increíble. Nada me detiene. Soy una justiciera. A veces Eduardo me dice que en otra vida fui Juana de Arco. Soy cero conflictiva, pero me gusta que las cosas sean justas. Hay una Justicia Divina, pero me preocupa también la Justicia en la Tierra. Nunca quise ser mediática. Me llamaron para un montón de programas y yo podría haber sido popular, más allá de que en el mundo de la moda soy muy conocida. Pero siempre mantuve mi perfil bajo en la Alta Costura. No me importa ni el poder ni el dinero, siempre fuimos solidarios, y ahora con Eduardo lo hacemos juntos”, comenta tras protagonizar una producción fotográfica en diferentes rincones de la casa de Nordelta (Luciendo glamorosos vestidos de Pablo Ramírez, Fabián Zitta y Marcelo Giacobe) y a pocos días de un evento histórico en el mundo del arte de nuestro país.
Eduardo Costantini, uno de los hombres más ricos de la Argentina y también fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), pagó US$ 34.883.000 en una subasta celebrada por la firma Sotheby’s en Nueva York y se quedó con “Diego y yo”, una obra de la artista mexicana Frida Kahlo que se convirtió en la más cara del arte latinoamericano. Ahora, esa obra se exhibe en el Malba y ejerce la misma atracción que ver a la Mona Lisa en el Louvre. La obra de la artista mexicana forma parte de la mega muestra denominada “Tercer Ojo”.
“Antes de conocer a Eduardo, cuando viví en México (2014- 2015) había ido como cuatro veces a la que fue la casa de Frida Kahlo, porque me parece una mujer mágica. Amo a las personas que atraviesan cosas dificilísimas en la vida y de eso sacan algo positivo— dice Elina, quien se presta a hacer una comparación entre su relación con Costantini y el vínculo que mantenía Frida Kahlo con Diego Rivera— . La diferencia entre Eduardo y Rivera, no solo es que Diego pintaba increíble, sino que Rivera era infiel y mi marido no (Risas). Eduardo no es solo fiel a mí, porque ser infiel no es solamente estar con otras mujeres. También es lo que sucede con los pensamientos, en la vida en general. Y Eduardo es absolutamente fiel a nuestra familia primaria que somos, por ahora, él, yo y nuestros perros: ‘Feliz Costantini’, a quien rescatamos hace dos años en Uruguay; y Gino, un pomeraña de siete años. Así que esa es la gran diferencia entre Diego Rivera y Eduardo (Más Risas). Además, Diego y Frida tenían un amor obsesivo y nosotros no. Tenemos un amor libre, cada uno tiene su espacio. Con Eduardo vivimos un amor mágico, nos reconocimos como Almas Gemelas”, agrega en la residencia de fin de semana de Nordelta (Además viven en su otra casa, un imponente departamento ubicada en el edificio Grand Bourg, Palermo Chico).
Elina explica la injerencia que tuvo en la adquisición de la obra de Kalo. “Eduardo decía que era una locura lo que costaba. Yo soy muy intuitiva y le dije que tenía que comprarla. Porque es una obra increíble y los museos que no la compren iban a estar muy arrepentidos, y así fue. Al principio, él creía que lo que yo afirmaba era un disparate. Pero la terminó comprando”, comenta la mujer que estará al frente de la “Fundación Elina y Eduardo Costantini” para brindar ayuda solidaria a los niños y gente de la Tercera Edad más vulnerables de la sociedad.
Además, viene de cumplir un sueño en el universo de la moda. “SAC (Semana de la Alta Costura) fue un evento histórico que logró juntar a Gino Bogani, Evangelina Bomparola, Laurencio Adot y Adrián Brown. Fue la primera vez que se realiza en la Argentina. He sido imagen de un montón de Semanas de la Moda, pero no existía un evento específicamente enfocado en la Alta Costura. Fue una idea fabulosa para ayudar al país, porque generé muchas fuentes de trabajo. Casi 600 personas trabajaron en el proyecto, fue una ayuda a los diseñadores, emprendedores argentinos que tienen un gran talento, para que se muestre su tarea en el mundo. Y lo logramos, porque lo cubrieron muchísimos medios internacio -nales. Todos los años vamos a hacer una edición nueva, y ya estamos preparando la siguiente”, explica.
Se sonroja cuando la definen como “Primera Dama del Imperio Costantini”. Y aprovecha para contar una intimidad de la pareja. “Siempre nos divertimos con Eduardo. Le pregunto: ¿Qué soy yo? Y él me dice que soy ‘La Reina’ del Malba, de Nordelta, de Puertos de Escobar, de los complejos Oceana (en Key Biscayne y Bal Harbour, Florida, EE.UU.), de todos sus desarrollos. Y le pregunto cuándo va a anunciar públicamente mi reinado (Risas). Nos divertimos con eso. Ahora, fuera de broma: no me considero Primera Dama de nada. Soy solo una buena esposa, acompaño a mi marido y estoy feliz por todo lo que le pasa. Y él también se pone feliz con mis logros, porque Eduardo lloró de la emoción cuando fue el primer desfile de la Semana de la Alta Costura que lanzamos en el Teatro Colón”, confiesa.
Elina Costantini hace gala de su refina -miento y calidad de gran anfitriona. Dice que cada ser humano nace con un ángel, un carisma, una luz especial. Pero que después hay que ir mejorando el día a día.
“Te vas educando, preparando. Además de ser modelo, estudié teatro, cine, hice cursos de Ceremonial y Protocolo. Todo el tiempo estoy aprendiendo algo. Ahora quiero aprender más de Mercados. Siempre hay que luchar por lo que uno quiere. Me gusta el arte desde antes de conocer a Eduardo. En cada país al que iba a trabajar visitaba todos los museos. Pero cuando nos conocimos, es como que empecé a aprender más. El sabe muchísimo, y todo lo que se podía leer o aprender en cursos de arte, ahora me lo transmite él. Es genial”, agrega.
En los espacios que ahora ocupa, el de emprendedora en la moda y benefactora, entre otros roles, a Elina Costantini muchos le dedican una mirada prejuiciosa. Tal vez por su edad, tal vez por su osadía… “Siempre intento superarme y no me importa lo que digan los demás. Me gusta romper los prejuicios. Toda mi vida fui así, desde que estaba en mi pueblo natal hasta el día de hoy. Nunca me frena el ‘No’. Mi actitud siempre es intentar e intentar para cumplir mis sueños. Me encanta que la gente opine, que se exprese en mis redes… No me importa lo que digan y hasta me divierte. Es un tema de los otros. No mío. Hay mucho que tengo que mejorar, pero me gusta la versión en que me convertí. Estoy feliz, siento que recuperé la felicidad que perdí a mis 11 o 12 años. Desde esa época hasta mis 30 y pico me pasaron cosas lindas y feas… Pero la plenitud de cuando sos niño, la recuperé ahora”, aclara tras posar en ambientes de la casa en los que se aprecian obras de Gachi Hasper y César Paternosto.
Su sueño por convertirse en mamá y tener un hijo con Eduardo Costantini sigue intacto. Siempre aclara que quedará embarazada cuando Dios lo decida, no antes. “Siento que ellos (siempre digo ellos, en plural), que mis hijos ya están llegando, están viajando por el Universo. No se de qué manera explicarlo… La búsqueda sigue y aclaro que no hicimos tratamientos. Mirá qué fértil es Eduardo, tiene como 600 hijos”, exagera y bromea.
Y cuando se la consulta por temas sociales, es muy concreta: “No me gustaría hacer política, es para otro tipo de gente. Respeto y admiro a los políticos, porque manejar a la Argentina no es fácil. Pero yo no soy de ningún partido. Tampoco soy ni feminista ni machista. No creo en que nos defina el género. Para mí el hombre y la mujer son lo mismo. Se los debe respetar y valorar por igual. Acepto las ideas que pueda tener mucha gente, pero creo que eso se tiene que terminar, que todos somos lo mismo. Me gusta la gente empoderada, así sea hombre o mujer. Es importante sentirse poderoso interiormente para dar lo mejor de nosotros mismos al mundo. Eso es lo que te lleva a lograr los objetivos”, afirma. Elina Costantini tiene muy en claro cómo se autopercibe.
“Soy una mujer clásica y sofisticada. Si tengo ropa de marca internacional es porque alguien me la regaló, pero yo, cuando compro, siempre elijo diseñadores argentinos y uruguayos. Para mí, el dinero es un canal, un medio para ayudar. Soy muy austera. Desde los 16 años me mantengo sola y ya cumplí 20 años en la Alta Costura. Hoy tengo chicas que me ayudan, pero en Pandemia hacía todo sola. Sé hacer todo porque viví sola desde muy nena. Sé cocinar, planchar, coser, lavar, limpiar, hago jardinería… Siempre soy yo misma, espontánea. No tengo un personaje. Siempre fui muy dedicada al otro, para que en el momento que compartamos, la otra persona se sienta única. Sea tu familia, un amigo, un vecino, tu pareja, los empleados, no importa. Quiero que se sientan bien. A nivel pareja, encontrar a Eduardo, el gran amor de mi vida, me potenció el romanticismo. En síntesis: es una etapa de plenitud. Me siento una mujer realizada”, concluye.
Fotos: Federico de Bartolo
Producción: Sol Miranda
Agradecimientos: Make Up: Joaquín López Patterson. Pelo: Carmen Da Silva para Cerini. Manos: Valeria para @cocobuenosaires. @fabianzittaofficial. @giacobeofficial. @ramirezdenegro. @consalaccesorios. @lorenacoroli. @caroladifrangia. Florencia Malbrán, curadora especialista en arte contemporáneo. Catering: Unido Nordelta.