Redactora/periodista, Cronista TV, Locutora
NaiVecchio
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Hay reflexión y emoción en la charla porque vive un presente movilizante. También impera un sentimiento de serenidad, de observar cómo el tiempo va poniendo todo en su lugar. Tras terminar su conducción del programa “Es por Ahí, Verano”, de lunes a viernes por las mañanas de América TV, y antes de iniciar la nueva temporada, Julieta Prandi (40) todavía conserva su bronceado de Miami, donde vivió “un necesario e ideal descanso” junto a su novio, el músico Emanuel Ortega (44).
“No sé cómo será el cielo pero esto se le parece bastante… Hubo un tiempo en el que no creía ni en mí, pero ese tiempo terminó. Llegó un insolente que me contradijo en todo lo que sabía y conocía y me mostró lo que era el amor de verdad. Con su mirada me calma y me lee. Con su abrazo me reconstruye, es todo un superhéroe y lo amo tanto más, por aceptarme y entenderme como nadie. Mi amor, feliz día, tengo un mojito colaborando a mi cursilería, sabrás entender. (Sos testigo de eso) ¡Te amo @emanuelortega1!”, le dedicó Julieta Prandi por entonces en el Día de los Enamorados al subir una foto abrazados y contemplando el atardecer desde un crucero por las playas de Florida. Ya de regreso y luego de un 2021 complicado por haber denunciado por violencia a su ex Claudio Contardi –padre de sus hijos, Mateo (11) y Rocco6)–, la conductora de “Sarasa” por radio La 100 agradece las románticas vacaciones que pasó con el cantante.
“Estoy disfrutando a pleno de mi relación con Emanuel, después de un año y medio uno se conoce más y nos entendemos mejor. Es una relación hermosa de escucha, de encontrar puntos en común y mucho disfrute: así lo vivimos durante las dos semanas de relax en Miami, la pasamos increíble. Era mi primera vez ahí y me sentí local porque Ema vivió desde los 8 años en Estados Unidos y ¡tuve un guía turístico exclusivo! Ja ja … Fuimos a visitar a sus amigos, a navegar, a comer rico y pasear por el puente Key Biscayne. También hicimos un poco de compras. Quedé fascinada y ya estamos planeando la vuelta”.
—Hace poco expresó que el amor de Emanuel la sanó…
—Julieta Prandi: Sí, nuestro amor es un bálsamo, totalmente sanador. Creo que cada uno para el otro se convirtió en un cable a tierra, donde podemos descansar y refugiarnos. Emanuel es un gran compañero: me da estabilidad y contención. Después de haber atravesado situaciones dolorosas y traumáticas, estar con un verdadero hombre, sensible, que me cuida y me aconseja es un sueño cumplido.
—¿Cómo comenzaron el romance?
—J.P.: Empezamos a hablar por primera vez en redes sociales porque no nos conocíamos más allá de los medios. Él me escribió primero, de casualidad vi su mensaje y desde ese día no nos desconectamos más. Él cree que almorzamos juntos en un programa de Mirtha Legrand y a mí me parece que nos cruzamos cuando él fue a tocar en el cierre del ciclo televisivo “Poné a Francella”, donde participaba. Recuerdo que me puse nerviosa con su presencia porque ya me gustaba cuando era más chica y él estaba haciendo la telenovela “Enamorarte” junto a Celeste Cid por Telefé. Después se fue a Estados Unidos y, como no teníamos amigos en común, le perdí el rastro. Así que el primer contacto fue por Instagram, luego vino a la Argentina y, desde ese día, estamos juntos. Me pudo haber sorprendido su mensaje pero yo no creo en las casualidades: creo que las cosas suceden por algo. “Manu” apareció en el momento justo donde ya estaba bien conmigo y tenía ganas de compartir la vida con alguien. Primero todo fue a la distancia: me encontré hablando con un ser increíble y, cuando lo vi en persona, todo lo que creí que iba a pasar, sucedió: es el hombre que esperaba.
En 2021, el hijo de Palito Ortega y Evangelina Salazar vino desde Estados Unidos y se instaló más en Argentina para concretar uno de sus máximos deseos. Después de varios meses en obra, Emanuel inauguró en diciembre el estudio de grabación @woman_studio ar, en el barrio de Chacarita, donde compone y produce nuevas canciones.
— ¿ Cómo fue concretar Woman?
—Emanuel Ortega: Creo que todo músico sueña con tener un espacio físico donde poder sumergirse, olvidarse del tiempo, el rigor cotidiano y experimentar procesos de creación. Dicho esto, Woman va mucho más allá de lo que yo vaya a generar de aquí en más como productor o como artista. Este proyecto está también impulsado por el deseo de que por acá pasen muchos otros artistas, músicos y productores. Este es un espacio para todos nosotros y celebro que en un momento tan particular de la música se abra un nuevo estudio de grabación.
— Vive un presente de satisfacciones en todos los aspectos…
—E.O.: Sí, es un momento de realización, de búsqueda y concreción: tanto en lo personal como en lo profesional, musical.
—Precisamente en ese proceso conoció a Julieta, ¿Qué le aportó ella y cómo la definiría?
—E.O.: Julieta es alegría. Vibra alto. Su espontaneidad, su honestidad en todo lo que hace es contagiosa. Es una de las personas más fuertes, decididas y valientes que conocí. Es de aquellas que se carga la vida al hombro y va para delante. Vive a pleno y sabe disfrutar del instante, que en definitiva es lo único que tenemos. Es una mujer maravillosa.
—Y Julieta, ¿Cómo describiría a Emanuel?
—J.P.: Emanuel es una persona cálida, tranquila y muy capaz, con quien puedo hablar de todo y enriquecerme en debates eternos sobre arte. Me encanta mostrarle lo que escribo y que él también me comparta la composición de sus canciones. Hay un punto de encuentro artístico que es hermoso y disfrutamos. Nuestras personalidades se complementan muchísimo. Hasta tenemos más similitudes de lo que él mismo cree! Ja ja… Los dos somos muy reservados en ciertas cuestiones íntimas y adoramos estar en casa. Más allá de que también nos gusta salir con amigos, disfrutamos mucho de la familia y de la intimidad. No nos interesan los escándalos ni discusiones, en eso somos muy parecidos y pensamos también de la misma manera.
—¿Qué diferencia a esta Julieta con la de hace tres años?
—J.P.: Hoy puedo ser yo, lejos de esa Julieta que en algún momento de su vida estuvo controlada, manipulada e infeliz. Si bien escucho a mis hijos, a mi familia y a mi pareja, las decisiones las tomo yo. ¡Eso me hace sentir tan bien! Decido cada paso que doy y elijo día a día a mi compañero. Es importantísimo elegirse mutua y permanentemente.
—Hace poco la jueza Marcela Silvia Rama tomó el caso que tiene con su ex y, tras escuchar a sus hijos, prohibió el contacto del padre con ellos…
—J.P.: Sí esa suspensión y perimetral es por sesenta días, él no se les puede acercar de ninguna manera, ni siquiera por teléfono. Mis hijos hace tiempo decidieron no ver más a su papá por diversos motivos de violencia y, después de muchas entrevistas que tuvieron ellos con psicólogos y Servicios de la Niñez, los escucharon y la jueza suspendió el régimen de visitas del padre. Pero llevo más de tres años batallando legalmente de forma despareja y desigual: él continúa incumpliendo con la cuot alimentaria, debe más de tres millones de pesos y todavía falta hacer la división de bienes. Mis hijos la pasaron muy mal, principalmente Mateo, quien este año se sacará el apellido paterno y se llamará Mateo Prandi. Desde que les conté sobre estas suspensiones mis hijos están felices, más tranquilos. Porque hasta ahora no había un papel que los resguardara y ellos se veían expuestos a una situación violenta: si él aparecía era un tironeo porque tenía que intervenir la policía. Hoy están muy bien, en paz, preparándose para empezar las clases.
—Son una gran familia ensamblada…
—J.P.: Sí todos tenemos un pasado. Emanuel es un gran papá con sus dos hijos Bautista (20) e India (16)–fruto de su relación con Ana Paula Dutil– y yo también me considero una gran mamá. Así que nos llevamos muy bien con los suyos y los míos, no tenemos los nuestros, sólo adoptamos dos perros que fuimos a buscar a Córdoba: dos bullmastiff, se llaman Bestia y Apolo. En nuestro vínculo todo fluye de manera natural: él se lleva genial con mis hijos y yo me llevo bárbaro con sus chicos, que son hermosos y educados como toda la familia Ortega. India es modelo y le gusta la música al igual que su abuelo y su papá. Siempre se respira arte en la casa. Ya compartimos muchos momentos y todos ellos me recibieron muy bien, los aprecio mucho: es hermoso ver los valores de familia que tienen, cómo se protegen, ayudan y promueven el diálogo.
—¿Piensan en la posibilidad de tener hijos juntos?
—J.P.: No, hoy no está en nuestros planes ni en lo más mínimo.
—¿Y sobre la posibilidad de comprometerse y casarse?
—J.P.: Mmmm bueno… ¡Ahí le metemos presión a “Manu”! Ja ja… La verdad no lo hablamos pero ¡tampoco lo descarto, eh! La realidad es que mi presente es Emanuel y me imagino mi futuro también con él.
El tono de Julieta se percibe distinto: alegre, relajado, como quien es artífice de su gran momento personal y profesional. Lo evidencia sin decirlo. En sus ojos se vislumbra la incansable lucha ante su ex por el bienestar de sus hijos y el propio. Pero también su mirada refleja la satisfacción de ir palpando de a poco los frutos de su esfuerzo, ahora sí principalmente en paz con ella misma.
Agradecimientos: Fotos: Ayanir Roman ayanir roman (Instagram: @ayanirysphoto). Gaby Alvarez