Gimena Accardi presentó su personaje en Intagram y contó como fue la previa para llegar a la interpretación: "Este es mi personaje, Carolina. Caro es una persona que siente, piensa, percibe y ve el mundo de forma diferente a la que podríamos llamar “normal”. Podríamos decir que no es neurotipica; tampoco está diagnosticada, pero si tuviera un diagnostico, probablemente sería Asperger", comenzó.
"Caro es brillante reteniendo frases, es muy inteligente con los números, no entiende de ironías y dice todo lo que piensa. No sabe mentir y ama profundamente. Pero también es como “una niña” en el cuerpo de una mujer. Caro mira a los ojos, abraza y se puede relacionar socialmente", continuó la actriz.
Para interpretar este personaje, Gimena contó que se interiorizó en este síndrome: "Estudié mucho sobre el tema, y tengo gente cercana con asperger, observo y creo este personaje con amor y respeto, pero insisto en que no está diagnosticada, asi que probablemente Caro haga algunas cosas que no necesariamente hacen las personas con este diagnóstico. De todas formas, más allá de las etiquetas, creo que siempre es bueno tocar estos temas, visibilizar e informarse".
Consultada por Caras Salud, la psiquiatra infantojuvenil Alexia Rattazzi explicó que el síndrome de Asperger está clasificado según la psiquiatría como una de las condiciones dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA) mientras que antes de 2013 tenía entidad propia como categoría diagnóstica entre los trastornos generalizados del desarrollo.
“Las principales características del síndrome de Asperger son ciertos desafíos para interactuar socialmente con otros. Además, a la hora de comunicarse, las personas que lo presentan tienen una prosodia particular, es decir, una entonación atípica en el lenguaje. A la vez les cuesta decodificar la comunicación no verbal de otras personas, y también usarla ellos mismos”, indicó Rattazzi, quien también es cofundadora de PANAACEA. Y agregó que otro de los signos más típicos son “una serie de intereses muy restringidos y absorbentes, tanto en foco como intensidad y, como tienen buena memoria, se vuelven especialistas en estos temas”. Por otra parte, es bastante frecuente en quienes presentan Asperger la torpeza motora y comorbilidades como ansiedad.
¿Pero a qué edad se pueden ver las primeras pistas para sospechar de la condición? Según explicó Rattazzi, las personas con el síndrome tienen un nivel cognitivo promedio o por arriba del promedio. “Como una de las señales es una manera de hablar con palabras sofisticadas o con vocabulario extenso, cuando son muy chiquitos pasan por ‘genios’ y sorprenden por sus habilidades, entre ellas la buena memoria. Por eso es raro que se haga una consulta al profesional. Pero a los 5 o 6 años, cuando los temas sociales empiezan a ser más visibles, se suele sospechar”, indicó la psiquiatra. Pero aclaró que se puede identificar a cualquier edad: “Conozco a gente de más 60 años que ha sido diagnosticada. Pero cuando se les pregunta, se descubre que ya tenían esas características durante la niñez”.
El diagnóstico del síndrome de Asperger es “estrictamente clínico”, lo que significa que se realiza en base a una entrevista con la persona y también con sus padres, que son los cuidadores primarios. No hay ningún test de laboratorio que lo confirme.
Las terapias que se emplean “dependen mucho del perfil de cada individuo”, explicó Rattazzi. “Hay quienes no necesitan ningún apoyo, que ejercen sus derechos, trabajan y participan en la sociedad, o niños que van a la escuela y son felices. En ellos se puede ver más al Asperger como una condición neurodiversa, una manera distinta de estar en el mundo, de procesar información, de actuar y no necesitan terapias específicas. Pero sí hay otras personas que se benefician con ciertos apoyos asociados a habilidades sociales, como aquellas que tienen muchas dificultades en la interacción social y que pueden ser muy vulnerables al engaño, al bullying, al hostigamiento”, señaló la psiquiatra. Además “es importante trabajar en lo que se llama ‘teoría de la mente’, que se trata de inferir estados mentales, intenciones y deseos en otras personas, que muchas veces en las personas con síndrome de Asperger esto se ve afectado”.
Otras terapias empleadas están asociadas al manejo de la ansiedad y hasta a veces la depresión y la tristeza que acompañan. Por último “se trabaja bastante con el perfil sensorial, a cargo de terapeutas ocupacionales, porque muchas personas con síndrome de Asperger son también híper reactivos e hipersensibles o hipo reactivos, con torpeza motora”.
¿Pero cómo se puede ayudar a una persona con esta condición? “Conociéndola, conociendo su perfil único, sus fortalezas, sus desafíos, preguntando lo que le interesa, lo que necesita, porque los individuos que la presentan tienen una voz muy fuerte y una percepción de lo que necesitan, una habilidad muy importante de la autodeterminación para poder autoconocerse”
Por último, la psiquiatra enfatizó en que “siempre se debe tener una mirada positiva,que el síndrome de Asperger no se vea como algo que ata a una persona a una connotación negativa, es necesario poder abrir la mirada, ver las fortalezas de esas personas, como las cosas que hacen realmente muy bien”.