Bien a lo Jorge Lanata, el primer día de casados no fue escrito para un cuento de hadas: “¡¡¡Dormimos!!!”, le responde Elba Marcovecchio a CARAS desde el otro lado de la línea, en una de sus primeras palabras como esposa del periodista. “Nos despertamos a las ocho de la noche del domingo, llegamos con acelere y nos pusimos a ver en Flow el programa de (Luis) Ventura”, agrega el conductor, quien hace ostentación de felicidad.
La abogada y el periodista celebraron su boda el sábado 23 de abril ante 120 invitados en El Dok Haras, el exclusivo campo de Exaltación de la Cruz donde en enero dieron el sí Ricky Montaner y Stefi Roitman. Luego de dos años de relación, puntuales, “Elbita” y Jorge dieron el sí en una emotiva ceremonia, a las 20:00, rodeado de familiares, amigos y varios famosos. El ex vocero de Jorge Bergoglio, el padre Gu i l l e rmo Marcó, concretó la unión matrimonial.
Entre los testigos estuvieron el expresidente Mauricio Macri con su esposa, Juliana Awada, el músico Chano Moreno Charpentier, Mariana Fabbiani con su marido, Mariano Chihade, Eduardo Feinmann con su mujer Lucía Auat, Mauricio D´alessandro con su mujer, Mariana Gallego, el diputado nacional por Juntos por el Cambio, Martín Tetaz, Rodolfo Barili con Lara Piro, Yanina y Diego Latorre, Diego Leuco con su novia, Sofía Martínez, y los periodistas Luciana Geuna, Nicolas Wiñazky, Maru Duffard, Rolando Barbano y Marina Calabró, entre otros. “No faltó nadie”, le detalló la novia a CARAS.
“¿Qué fue lo más especial de la noche? "La capilla: honrar el amor frente a Dios y nuestros afectos”, explicó “Elbita”, quien cumplió con la tradición: llevar algo usado –aros diseño de Elsa Peret ti– y algo prestado y azul –la pulsera de César Pellereti de la Joyería Cipriano. Además, la boda coincidió con el Día de San Jorge, fecha que se simbolizó en el rosario que llevaba la novia junto al ramo, regalo de Lanata.
La entrada f u e a l r i tmo de Nothing Else Matters, de Metallica. Fue la primera vez que el periodista se casó por Iglesia. “Me caso porque la quiero a Elba y porque está bueno casarse. Nunca me había casado por Iglesia, para ella es importante. Yo soy católico, siempre lo dije, y encima me casa un cura con el que tuve lindas discusiones sobre religión, que es Guillermo Marcó, que fue vocero de Jorge Bergoglio”, explicó el periodista.
“En un momento pensé, le voy a decir de casarnos y que sea por Iglesia, y fuimos a comer, yo le había pedido a un amigo que me hiciera un anillo que a mí me gustaba con una piedra, muy bonito, pero el problema es que venía en una caja entonces tenía adentro del bolsillo un bulto y no tenía manera de sentarme. En un momento saqué la caja y le di el anillo, fue lindo... no era mi idea que fuera de película... una comida a la noche en un lindo lugar, fue lindo”, recordó.
Por su parte, Elba destacó la activa participación de sus hijos en la ceremonia: “Mis hijos estaban felices. Valentino quería participar y le entregó los anillos a Jorge y Allegra es más tímida. Ellos están felices porque lo aman a Jorge. Y también son católicos y que esto suceda en la Iglesia para ellos tiene el significado de que es para toda la vida”.
Cómo fue el look de Elba Marcovecchio y Jorge Lanata
Bellísima, Marcovecchio lució un vestido de charmeuse de seda natural al bies, la pollera doble con corte irregular, corsage, escote bateaux y espalda transparente bordada con cristales Swarovsky, diseñado por Gi n o Bogani. “Es maravilloso. Gino es un artista”, expresó la novia, quien lo combinó con zapatos de la firma francesa Christian Louboutin, y su modelo se llama Follies Strass, con incrustación de cristales.
Jorge Lanata, por su parte, eligió a la sastrería George para hacerse cargo de su look. Y también optó por el blanco. Al menos, para su saco, que combinó con una camisa del mismo color. Por lo demás, el pantalón, los zapatos, el chaleco, el elegante moño y el pañuelo que completaban su vestuario eran de color negro. En la invitación se aclaró que el casamiento tenía un código de vestimenta estricto. Y todos cumplieron a rajatabla: mujeres, de largo, y hombres, de traje.
Al finalizar la misa, los recién casados y sus allegados se trasladaron al casco del Dok Haras. La recepción comenzó unos minutos antes de las 21:00 y la pareja eligió no hacer diferencias con la prensa. En este sentido, los periodistas y fotógrafos degustaron la misma variedad de entradas que el resto de los presentes.
La comida en la finca El Doc Haras de Exaltación de la Cruz estuvo a car go de la empresa Eat Catering y contó con cinco etapas. Dos pasos para las entradas, dos para el plato principal y dos para el postre. Todos ellos regados con diferentes vinos de las mejores bodegas argentinas.
Para la entrada, el paso uno consistió en tapaditos de langostinos con alioli de leche de tigre, batatas confit y papas crocantes; el plato fue acompañado por el vino Casa de herrero (cuchillo de palo), un rosado Pinot Noir. El paso dos, en tanto, fue con burrata piccola, carpaccio de remolacha, manzanas, nueces y gremolata de choclo ahumado; el vino, en este caso, fue un Luca, Pinot Noir. Ya en el menú principal, el paso tres constó de trucha a la parrilla, puré de zucchinis bien cremoso, tomates y huevitos de codorniz; todo maridado con un Chardonnay DV Catena. Luego llegó el cuarto paso, con un gigot de cordero horneado lentamente, con pesto de hierbas frescas, portobellos rellenos, papas Solano y pepitas de granada; otra vez, el vino fue un DV Catena, pero en este caso, un Cabernet Sauvignon Malbec.
Para el final, el postre fue una degustación de diferentes delicias. Aquí hubo un nuevo milenio de chocolate, morena de maracuyá, helado de pistacho y crema de vainilla. Esta vez, el vino elegido fue un Saint Felicien, Semillón Doux. Luego de la comida, en el casamiento de Lanata y Marcovecchio se sirvió café con bocadillos dulces y más tarde se brindó por la felicidad de la flamante pareja con champagne Veuve Clicquot brut.
Según el veredicto de la novia y de los presentes y a pesar de que se había dicho que no habría baile ni mucho menos carnaval carioca, la pista fue la gran sorpresa: “Se armó sólo, y nos pusimos todos a bailar, el DJ Tommy Muñoz ¡brilló!”, contó “Elbita”, testigo de la gran performance coreográfica de Macri y Awada. La idea de la pista fue de Lola, la hija menor del periodista y Sara Stewart Brown, también presente en el festejo.
La joven de 17 años le dio el toque juvenil al festejo con sus amigas y subiendo permanentemente videos a la red social Tik Tok. También estuvo la hija mayor de Lanata, Bárbara, fruto de su relación con Andrea Rodríguez, productora ejecutiva de sus proyectos en radio y TV. “Fue una boda soñada. La ambientación fue hermosa a cargo de Marisa Tenguerian; la barra de tragos fue increíble a cargo de Ramiro Ferreri y nos ayudó en toda la organización Florencia Abramzon encargada de El Dok ¡que la amé! Gino Bogani me hizo sentir una reina, Charly Novoa me peinó como me cuida el pelo desde hace casi 20 años y Naty Pellizari me maquilló ¡fue un sol! George le hizo el smoking a Jorge que era el novio más lindo del mundo”, contó entusiasmada la abogada.
Como se anunció antes de la boda y a través de las invitaciones, el regalo de boda debía ser una donación mediante la compra de distintos productos para la Fundación de Margarita Barrientos. Hasta el momento de la fiesta, la recaudación había sido de cinco millones de pesos.
Acerca de la planificación de la luna de miel, la esposa del periodista contó que no habrá viaje inmediato: “Por ahora no. Los dos decidimos mantenernos activos en nuestras labores y de hecho el lunes estaremos ambos trabajando. Pero se lo voy a proponer para hacer algo a fin de año. El destino que deseo ir para mi luna de miel es París”.
“Todo el mundo habla bien de la fiesta, se ve que la pasaron bien. Yo odio los casamientos, no voy a ninguno. Bailaron todos en un momento al lado de la barra, hubo tirada de ramo que lo agarró una amiga de mi hija y hubo torta, que casi se cae”, rememoró Lanata en el pase de su programa “Lanata Sin Filtro” con el de Eduardo Feinmann.
Su colega quiso saber cómo vivió el momento del sí: “Yo soy católico, no practicante, pero hipócrita, porque cuando algo anda mal rezo y lo que dijo el cura fue muy lindo y fue emocionante volver a estar en una situación así y el ámbito era emotivo, cálido, lindo, no sé cómo explicarlo, tierno. Fue muy bonito y uno no puede no estar de acuerdo con las palabras que se dijeron más allá de que crea o no, porque el amor es importante y hablar de eso sinceramente está bueno, seas católico, budista o lo que sea”.
“Casarme en la tercera edad no es tan malo. Me caso porque nos encontramos, porque quiero estar con ella siempre. Esto podría o no haber pasado. Muchas veces no se trata de buscar. Uno encuentra, no busca. Cuando uno está buscando generalmente no encuentra nada. Y a mi me pasó que me encontré con Elba y decidí casarnos. Quiero estar con ella siempre”, confesó y dejó abierta la posibilidad de tener un hijo en común: “No sabemos si vamos a tener un hijo. Lo dejamos en puntos suspensivos”. Y agregó: “La familia va más allá de lo que es la familia formal. Porque obviamente Elba y sus hijos son mi familia desde hoy, aún cuando ya lo venían siendo desde antes. También mis propias hijas con respecto a ella. Pero también Sara (su ex) es mi familia. Y también Andrea, la mamá de Bárbara. La familia ya no es lo que era antes. Y yo siento que están cerca mío aunque ya no esté con Andrea ni Sara”.
Respecto a la presencia de Sara, quien protagonizó junto a el primer trasplante cruzado de riñon en América Latina, expresó: “Ella es generosa y pasamos el amor y estamos en otra cosa. Estuvo y fue bueno para Lola (la hija que tienen en común), para ella y para mí”.
Para el conductor de ‘Periodismo Para Todos’ (PPT) es su cuarta boda. Primero se casó en 1984 con la también periodista Patricia Orlando, de quien se separó a fines de 1986. Luego se puso en pareja con Andrea Rodríguez, quien luego se convertiría en la madre de Bárbara, su primera hija. Fueron tres años de un intenso amor que luego se reconvirtió en una relación laboral y de confianza que dura la letrada tuvo dos hijos: Valentino, de 14 años; y Allegra, de 12. En 2013, Elba enviudó luego de que su marido muriera a causa de un linfoma de Burkitt, un trastorno bastante raro. Por entonces, Elba tenía 34 años y tuvo que salir adelante con sus dos hijos, aún pequeños. En ese momento, se tatuó la frase “Yo merezco”, en francés, en su muñeca izquierda. “Merecía volver a enamorarme y apareció Jorge”, le confesó a CARAS, en una clara muestra de que la vida siempre da revancha.
Agradecimiento: Fotos: @josepereyralucena