miércoles 11 de diciembre del 2024
ESPECTáCULOS 07-05-2020 17:20

¡Dos gotas de agua! Mónica Ayos presentó a su hija, Victoria

Desde México, la actriz y su heredera abren sus corazones. “Somos cómplices y muy divertidas”, aseguran. Galería de fotosGalería de fotos

Mónica Ayos y su hija, Victoria
Mónica Ayos y su hija, Victoria | Caras

Aunque muchos le digan que su hija es igual a ella, Mónica Ayos (47) sostiene que Victoria (16) es tan parecida a ella como a su padre, el actor Diego Olivera (52). “Cuando era una beba era idéntica a él”, afirma la actriz desde México, país donde la familia vive desde hace casi diez años, luego de que el actor se instalara allí para protagonizar la novela “Montecristo”. Con el tiempo, Mónica también desarrolló con éxito su carrera como actriz, mientras sus dos hijos, Victoria y Federico (27), que Ayos tuvo de una relación anterior y también es un actor reconocido allí, crecían en el país azteca. 

  Vicky tiene una personalidad que es mezcla mía y de su papá. Y ser hija de opuestos complementarios tiene sus vueltas y su costo (risas). Ella es una ariana con mucha personalidad, es metódica para algunas cosas y complicada para otras... También pacífica, independiente y muy respetuosa de tiempos, espacios e intimidad. Tiene estilo y glam por naturaleza, porque yo a su edad era “la Cholito” de “Muñeca Brava… Victoria es una lady sin posturas forzadas, le sale así en esencia”, asegura la actriz con humor. Días atrás, madre e hija revolucionaron las redes sociales con su divertidos videos en TikTok, en los que, además de impactar con su parecido físico, lo hicieron con su simpatía.

   “Mi hija encara la vida desde un lugar sereno, hay algo en el orden de la suavidad, y lo formal, que yo claramente carezco (vuelve a reír). No olvidemos que ella tuvo una infancia (y ahora transitando una adolescencia) diferente a la mía, a su educación la construimos en un marco de solidez como familia y armonía. El despiste mío a ella la descontractura, y la verdad me  fascina escuchar su risa frente a mi locura.  En cuanto a las similitudes está la sensibilidad frente a las historias de vida; si vemos una peli lloramos a la par. Amamos a los animales con locura y, si fuese por nosotras, viviríamos rescatando bichos por el mundo. Diego es el que pone un manto de coherencia... Aunque el último rescate, en un solo día, fue de 25 perros que iban a sacrificar y los ubicamos en un campo”, explica Mónica, quien transita la cuarentena junto a Victoria. Su hijo, Federico, se independizó hace tiempo pero vive a sólo diez minutos de la casa familiar. 

   A la hora de describir a su madre, Victoria no duda en destacar las virtudes de Mónica: “¡Me tocó una mamá divertida! Es graciosa y muy ocurrente y la que siempre se ocupa de que la casa no esté silenciosa por mucho rato, porque dice que no le gusta que parezca un velorio (risas). Pone música, nos invita a realizar alguna actividad todos juntos, le gustan las bromas y siempre que encuentra excusa se disfraza de algo. Ahora que descubrió TikTok más todavía (más risas). Con mamá nunca hay peleas, no somos de discutir ni esas cosas, porque nos llevamos súper bien y no existe esa posibilidad entre nosotras. Hablamos mucho y eso está bueno. Papá y yo somos re-tranqui, de estar cada uno en la suya, como en nuestro mundo pero ella siempre termina trayéndonos a todos al mismo espacio y haciéndonos reír con sus cosas. Con papá somos ¨los ordenados y tranquilos¨, y ella y mi hermano Federico son más inquietos, bromistas y revoltosos”, asegura la joven sobre la dinámica familiar. 

   Sin novio a la vista, Victoria es, en palabras de su mamá, “Una  chica muy cauta y reservada. Nosotros no la invadimos pero siempre estamos atentos. Ha recibido cartas de amor y lo gracioso es que cuando decidió leérmelas yo lloraba de la emoción y ella no. No quiero mandarla al frente pero como ésto es en México y la revista sale en la Argentina lo puedo decir… Hace unos meses recibió un ramo de 23 rosas rojas y una azul... Con iniciales que todavía no descubrimos. Obviamente, mi pensamiento fluctúa entre la emoción y el terror porque uno nunca sabe... Entonces nosotros estamos alertas. Supimos que lo más probable es que sea de su escuela, aunque no es alguien de su curso, sino de un año o dos más grande”, detalla la actriz frente a los acontecimientos románticos que comienzan a ser parte de la vida adolescente de su heredera.

   —¿Cómo es el vínculo que mantiene con su hija?

   —Con Victoria hay complicidad sana, no hay peleas ni arrebatos. Veo su rebeldía puesta más en función de fortalecer su personalidad dentro de una nueva feminidad.

   —¿Comparten algún ritual de belleza o costumbre…tal vez ropa?

   —Me ocupé de no enfatizar en paradigmas de belleza que puedan limitarla. Todo el tema cremas no me quita el sueño, así es que la piba no tiene una referente muy fan del spa (risas). En cuanto a la ropa sólo compartimos jeans... Y el resto no tanto por dos motivos: primero porque que ella es clásica, con una básica blanca o negra, y jeans azules blancos o negros es feliz y yo soy el opuesto. Y segundo porque yo mido 1,64 y ella, con 16, ya llegó al metro ochenta. Salió a Diego, así es que imagínense cómo me queda de largo de mangas un buzo de ella (vuelve a reír).

   —¿Cómo se llevan los hermanos?

   —Es de las mejores sensaciones verlos crecer. Los veo juntos abrazarse y es algo que me puede, me subyuga y emociona ver que se aman tanto desde el minuto cero. Y ahora, ya de grandes, interactuando desde un lugar tan hermoso. Fueron dos maternidades diferentes desde todo punto de vista. La infraestructura familiar y emocional en la que nació Victoria y que se sostuvo en el tiempo, dista mucho del contexto en el que llegó Fede a mi mundo. Cuando digo ésto no puedo dejar de mencionar que verdaderamente para mí, mi hijo fue una luz entre tanta oscuridad. Fede llegó con una mamá de 19 años sobreviviendo a una etapa de barbarie que él vivió desde la panza (me refiero a la violencia de género sufrida con su papá biológico, quien tampoco ya se encuentra en este plano). Federico fue un hijo que como compañero de ruta de su mamá buscando el norte y perdidísima supo entender que fue el humor y la confianza en nosotros mismos lo que nos salvó la vida. Sobrevivimos al dolor y a la persecución, y con los años aprendimos a reinventarnos, supimos sanar.

   —Victoria quiere ser artista ¿Manifestó alguna vocación?

   —Ella tiene un don en su voz y su formación en canto crece. Empezó piano pero la cuarentena hizo que se pausara, aunque sigue vocalización vía web. De a poco la veo aprender a jugar más con su cuerpo y mandarse. Creo que perder el miedo a la exposición es un punto fuerte. Ella tiene un bajo perfil innato y se siente cómoda en lugares sin aglomeraciones de gente. Su meta es atravesar el pánico escénico y empezar a bucear por donde más le gusta: cantar. La música siempre le atrajo y es una manera de expresarse que realmente se nota que disfruta. La psicología es algo que le llama mucho la atención y también es un camino posible en su futuro. Como hobby adora todo lo relacionado a la astrología y lo que sucede con los planetas

   —Antes de la pandemia tenían la idea de retornar en familia a la Argentina, ¿Eso sigue en pie y lo harán cuando se pueda o hay cambios de rumbo?

   —Hoy es muy difícil poder proyectar... Resulta hasta irreal poder hacer planes que conlleven movilización así es que lo iremos volviendo a planear conforme pase esta realidad que, ya parece ser la ficción con el elenco más grande de la historia… El mundo entero.

 

 

 

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