Agradece por “haberse jugado” al dejar su carrera de medicina, con apenas 25 años, y apostar a ese horizonte difuso que le proponía la actuación, que era con lo que realmente soñaba. “Vengo de una familia italiana, mis padres siguen casados después de cincuenta años. Eso no quiere decir nada porque uno es uno, pero yo con mi familia también elegí este camino y soy feliz. No hago nada por obligación y a los 55 años menos. En mi caso siento que mi familia me salvó, me ordenó —dice Gabriel Corrado a CARAS, refiriéndose a sus seres más amados, su mujer Constanza (49) y sus hijos Lucas (26), Lucía (24) y Clara (18)—. Gracias a mi familia puedo disfrutar del mundo real, sino mi existencia sería como la del personaje de la película ‘Truman Show’ (Risas). Estoy celebrando treinta años de trayectoria artística, treinta años que me la paso adentro de un estudio, porque mi trabajo es viajar como productor pero también es estar muchas horas grabando. Vacaciones postergadas, festejos de cumpleaños llegando tarde, pagando culpas con algún viaje porque no pude presenciar el crecimiento de mis hijos. Pero a pesar de todo siempre seré un padre presente. De hecho mis hijos ahora trabajan conmigo: Lucas hace un personaje en la nueva novela; Lucía, que es licenciada en Comunicacíon Social, trabaja en la producción, y Clarita, cuando termine el colegio, seguro va a hacer algún personaje, porque también estudia teatro. Soy tan feliz compartiendo cosas con la familia, lo hago con placer, me ayuda a seguir adelante”, confiesa mientras despliega su perenne seducción en una producción fotográfica llena de esplendor.
Gabriel Corrado volvió a las andadas, y desde el lunes 14, da cátedra de galán maduro en “Por Amarte Así”, la nueva telenovela de Telefe que se emite de lunes a viernes a las 16:30 horas, producida por Azteka Films, CTV Contenidos (la productora del propio Corrado) y Endemol. Desde el estreno lidera su franja logrando los valores más altos con casi 10 puntos de rating y 43,5 de share hogares. “Es un producto nacional con elenco internacional, una historia de amor pero con temas como la muerte digna, la bipolaridad, el fútbol (uno de los personajes estaba por ir a jugar al Barcelona, pero tiene un accidente y queda en silla de ruedas, y quien lo choca se da a la fuga). Son todos temas actuales y complejos. Es un melodrama moderno”, explica Corrado, apasionadísimo, antes de enorgullecerse por el elenco que lo acompaña: Catherine Fulop, Gastón Soffritti, Brenda Asnicar, Maité Zumelzú, Sergio Surraco, Héctor Bidonde, Nacho Gadano, Esmeralda Mitre y la presentación de la italiana Aylin Prandi. “Con Cathy habíamos hecho ‘Taxxi, Amores Cruzados’ en 2013, pero esta es la primera vez que en la ficción somos marido y mujer. Ella es la villana de la historia, su personaje padece de bipolaridad. Trabajar con ella es un placer, es una actriz súper internacional, se mantiene impecable y vigente”, agrega Gabriel, que además está por editar el tercer libro de la saga “El Secreto Aladina”, dirigida a “jóvenes adultos”, donde mezcla historias de amor, con toques de suspenso y ciencia ficción.
—¿Es diferente para usted hacer de galán hoy que en otras épocas?
—Tiene que ver con crecer, profundizar, interiorizarse, tener inquietudes. Yo soy muy curioso desde muy chico, salgo a buscar las oportunidades, todo el tiempo tengo la posibilidad de aprender, no puedo parar sino me aburro. A los treinta me jactaba, como si fuera algo cool, de que a los cuarenta me retiraría. Hoy lo pienso y es una tontería, al contrario, porque siento que me encanta lo que hago. Estar aggiornado es estar atento, informado, me hace bien compartir cosas con mis hijos, aprender de ellos. Y también de mis compañeros más jóvenes, como ahora lo son Soffritti y Asnicar, que son una pareja increíble, trabajaron hace once años en “Patito Feo”, tienen 25 años, pero tienen un montón de horas de vuelo...
—Pero a la hora de protagonizar una escena hot...
—Hay que prepararla, pero es un equilibrio entre lo elaborado y el dejar fluir. En el momento de la acción, un actor tiene que entregarse en cuerpo y alma, sin perder de vista que lo que está haciendo es una ficción, por supuesto. Sino terminaríamos olvidándonos de la letra (Risas)...
—Y divorciándose a cada rato...
—(Más risas) Ser actor es una bendición porque uno tiene la posibilidad de vivir muchas vidas, agradezco lo que me permite la ficción de enamorarme con tanta frecuencia. Es como tener “licencia para matar” (Muchas más risas). Ojo que no lo digo desde la perspectiva de que trabajo en esto para levantarme minas, no. Lo hago con profesionalismo pero, por supuesto, tengo que entregarme entero. Si debo hacer una escena hot o romántica, hay que darle un recorrido: llegás, hay una cama llena de pétalos de rosas, aparece una mujer detrás tuyo, te abraza, se saca la ropa y bueno... Ahí uno gira y sabe qué tiene que hacer. Es como si fuera un ballet, y debe ser así para que tanto tu compañera como uno, nos podamos lucir. Pero el plus, el valor agregado, es la química que haya en esa pareja de actores. Si la actriz te gusta, se nota, y eso traspasa la pantalla.
por Fabián Cataldo
FOTOS: F.DEBARTOLO/PERFIL
Agradecimiento: Museo del Tigre.