Carolina de Mónaco, se encuentra a la cabeza de la familia Grimaldi. La imagen que tenemos de ella es que es una madre dedicada y amorosa, no obstante, las revelaciones de sus propios hijos han matizado esta percepción, sugiriendo una realidad más compleja y menos idílica.
Carlota Casiraghi, una de las hijas más conocidas de Carolina, ha sido el foco de atención tras su separación de Dimitri Rassam y la aparición de fotografías en París con Nicolas Mathieu. Este cambio en su vida ha llevado a la luz las complicaciones en su relación con su madre. La periodista Pilar Eyre, experta en la Casa Real monegasca, ha cuestionado la imagen idealizada de este vínculo.
Según Eyre, la relación entre Carlota y Carolina no es tan fluida como se ha querido mostrar. "Carlota, sin embargo, ahora aparece muy sonriente con su nuevo amor. Y eso que su madre no la apoya porque, al contrario de lo que se dice, madre e hija no tienen un trato fluido", comentó Eyre.
La misma Carlota ha descrito su relación con Carolina como "ambivalente" en una entrevista con 'Town & Country', donde también mencionó: "Tienes la sensación de que incluso cuando tienes tus propios hijos, sigues luchando por encontrar tu propio espacio".
Este aparente distanciamiento no se limita a Carlota. Fuentes cercanas a la familia indican que Andrea, Pierre y Alexandra de Hannover también sienten una desconexión con Carolina de Mónaco. A pesar de los momentos felices que han compartido, las tensiones acumuladas a lo largo del tiempo han oscurecido estos recuerdos.
AM