A sus 20 años, Irene Urdangarin, la hija menor de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, eligió un perfil bajo y una vida alejada de los flashes, a pesar de pertenecer a una de las familias más mediáticas de España.
Tras finalizar el bachillerato, Irene se tomó un año sabático. Durante ese tiempo no sólo obtuvo el carnet de conducir, sino que además viajó a Camboya para colaborar con una ONG liderada por el jesuita Kike Figaredo, una experiencia que marcó su crecimiento personal.
En septiembre de 2024, la sobrina del rey Felipe VI se instaló en Oxford para iniciar una carrera universitaria orientada a la Hostelería, Gestión de Eventos y Turismo, en la Oxford Brookes University, una institución reconocida a nivel internacional. Lejos de cualquier privilegio real, Irene fue una más y vivió en el campus universitario, donde compartió su habitación con otros estudiantes.

Ahora, se dice que la joven dejó de lado esa carrera y está decidiendo qué otra universidad de Londres podrá recibirla. La royal eligió organización de eventos para estudiar y dedicar su vida a esta nueva pasión.
Irene Urdangarin, sencillez y bajo perfil
En lo cotidiano, Irene Urdangarin se muestra como una joven sencilla. Su estilo es sobrio y relajado, muy alejado del protocolo real. Para ello, elige ropa cómoda, colores neutros y con un estilo boho. Aunque el parecido físico con su padre es evidente, mantiene un vínculo emocional mucho más estrecho con su madre, la infanta Cristina.

Su círculo íntimo también incluye a sus tres hermanos, con especial cercanía a Pablo, el jugador de balonmano, y a su pareja desde hace un par de años, Juan Urquijo, hijo menor de Lucas Urquijo y Beatriz Moreno de Borbón-Dos Sicilias.
Se espera que Irene pase parte del verano en España, posiblemente repartiendo su tiempo entre Ginebra y Barcelona. Tampoco se descarta que acompañe a Juan Urquijo a eventos familiares, como el bautismo del hijo del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, del que él será padrino.
En un entorno mediático en el que cada paso de la realeza está en el foco de atención, Irene Urdangarin optó por construir una vida independiente, serena y con vocación profesional que la aleja de lo protocolar. De esta manera, mantiene una vida tranquila, que no sobresale del resto y que la acerca al resto de los mortales.