Aunque la figura del rey Felipe VI es la de un monarca moderno, austero y comprometido con los valores democráticos, lejos de los escándalos que marcaron la era de Juan Carlos I, nuevas revelaciones vuelven a poner en tela de juicio la coherencia entre el discurso oficial de la monarquía española y la vida privada del jefe de Estado.
Este 2025, trascendió que Felipe VI habría participado en al menos seis jornadas de caza en exclusivos cotos privados, muchos de ellos ligados a las grandes fortunas de España, como las familias Abelló, Botín y March. La cifra estimada que el rey habría destinado a esta pasión, considerada arcaica y polémica por buena parte de la sociedad, supera los 70.000 euros, sólo en armamento y equipamiento. Y lo más grave: parte de estos montos habrían sido cubiertos con fondos públicos.
Un pasatiempo que divide a España
La caza en sí no es ilegal en el país ibérico, pero sí despierta un fuerte rechazo social. Las generaciones jóvenes, las asociaciones ecologistas y los sectores progresistas no ven con buenos ojos que el jefe del Estado practique una actividad vinculada a la muerte de animales por deporte, especialmente en un contexto de creciente conciencia ambiental y ética.
Lo que más molesta no es sólo la actividad en sí, sino el secretismo con que se maneja. Según reveló el periodista Fonsi Loaiza, la Casa Real está haciendo un esfuerzo sostenido por ocultar estas escapadas, que contrastan con el perfil de cercanía y moderación que Felipe intentó construir desde su ascenso al trono en 2014. La periodista Pilar Eyre fue más contundente: “Tenemos la sospecha de que caza, no lo dice porque esto sí que está muy mal visto”.
La pasión por la caza no es nueva en la familia real española. Juan Carlos I, el padre de Felipe, fue un ferviente cazador durante décadas, hasta que una accidentada cacería en Botsuana en 2012 marcó el inicio del fin de su popularidad. En aquel episodio, no sólo se supo que el entonces rey cazaba elefantes en secreto mientras el país sufría una grave crisis económica, sino que la revelación dejó al descubierto su vida paralela con Corinna Larsen.
Felipe, según fuentes cercanas a Zarzuela, habría heredado esta afición desde pequeño. Incluso su tía, Doña Pilar, llegó a manifestar su preocupación por la obsesión del entonces príncipe por las armas, algo que fue minimizado.
La situación matrimonial entre Felipe VI y Letizia Ortiz tampoco ayuda. La pareja vive, según diversas crónicas, prácticamente separada desde hace años. Su distanciamiento se volvió irreversible tras los escándalos familiares vinculados al caso Nóos y las revelaciones del abogado Jaime del Burgo, quien asegura haber mantenido una relación con la reina.
Según dicen, Felipe habría canalizado su soledad hacia actividades privadas como la caza, rodeado de un círculo íntimo cada vez más reducido. Frente a estas versiones, la Casa Real mantiene su tradicional hermetismo. No hay comunicados, ni desmentidas, ni explicaciones. La estrategia del silencio, la misma que usaron durante los peores años del reinado de Juan Carlos, parece seguir vigente.
VO

Isabel Allende: “Si una mujer no puede controlar su propia fertilidad, en realidad, controla muy poco”

Jonathan Anderson sucede a Chiuri en Dior: ¿cómo será la nueva era de la maison?

La princesa Leonor termina su travesía en Elcano de la peor manera: "amargo final"
