Mientras la infanta Sofía sonríe en su graduación junto a sus padres, Felipe VI y Letizia, los rumores sobre la intimidad del matrimonio real vuelven a encender el foco mediático. Esta vez, desde el interior mismo de la Zarzuela, donde fuentes aseguran que reina un gran malestar impuesto por cláusulas millonarias de confidencialidad que protegerían un secreto a voces: la vida paralela de Letizia Ortiz con un presunto amante, bajo el mismo techo del palacio real.
La noticia gira en torno a un detalle que muchos ya intuían: los Reyes de España llevan vidas separadas. Aunque la imagen institucional permanece inquebrantable, hay quienes aseguran que detrás del protocolo y las sonrisas, Letizia y Felipe apenas comparten algo más que sus deberes como monarcas.
Según versiones difundidas recientemente por medios especializados, el personal de la Casa Real, más de un centenar de empleados que garantizan el funcionamiento cotidiano del palacio, firma acuerdos de confidencialidad con cláusulas muy severas.
Se trata de contratos que no solo impiden hablar de la vida privada de los reyes, sino que también incluyen penalidades económicas tan altas que harían temblar a cualquier empleado. En otras palabras: quien se atreva a filtrar una imagen, una frase fuera de lugar o una sospecha interna, podría perderlo todo.
Zarzuela: una fortaleza sin filtraciones
Más allá del hermetismo habitual de la monarquía, en Zarzuela las medidas de seguridad son casi de película: controles tipo aeropuerto al ingreso, cacheos rutinarios y una regla inflexible que impide el ingreso de cualquier dispositivo electrónico. T
La versión más repetida es que Letizia estaría manteniendo una relación sentimental con otra persona que, incluso, la visitaría en el palacio. Felipe, por su parte, residiría la mayor parte del tiempo en el Pabellón del Príncipe, el espacio que ocupa desde que era príncipe heredero.
La periodista Pilar Eyre, una de las voces más autorizadas sobre la Casa Real, aseguró: “Es un pacto. Como todos los matrimonios. Una entente por el bien de la institución. Yo prefiero unos reyes que cumplan con su función, aunque hagan vidas separadas. No necesito que estén enamorados, sino que representen con dignidad a la Corona”, expresó.
Eyre también fue contundente respecto a los efectos que una separación oficial podría tener en la estabilidad institucional de España. “Un divorcio sería tremendo. Inasumible. Ellos han luchado para levantar esta corona. No pueden distraer a la opinión pública con una ruptura”, dijo.
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