Doce horas de espera, charla de por medio, sentados en el piso de un aeropuerto, más una entrevista... Todo eso fue suficiente para que la química entre Carolina “Pampita” Ardohain (37) y Benjamín Vicuña (36) fluyera. Desde ese primer encuentro, en el año 2005, luego de que la modelo se separara de su esposo, Martín Barrantes (42), y convocara al actor chileno para el piloto de un programa de tevé, pasaron diez años. Diez años intensos de amor y pasión que se cristalizaron en el nacimiento de sus cuatro hijos: la recordada Blanquita, Bautista (7), Beltrán (3) y Benicio (8 meses). Por eso, durante la noche del viernes 5, en La Mansión del Four Seasons Hotel Buenos Aires, la pareja celebró su décimo aniversario junto a aquellos afectos que los acompañaron y apoyaron en las buenas y en las malas. “Estoy muy emocionada porque hay muchísimos amigos de Chile que se organizaron con tiempo y viajaron sólo para presenciar esta celebración. Fue una demostración de cariño muy grande. Ibamos a hacerlo en casa, pero cuando empezamos a hacer la lista de invitados nos dimos cuenta que nos quedaba chico. ‘Benja’ es el hombre de mi vida, el padre de mis cuatro amores, la persona a quien amo con toda mi alma y por la que me la jugué al cien por cien. Hoy, a la distancia, quiero celebrar eso, ratificar la decisión que tomé de formar una familia con él”, confesó emocionada “Pampita” con un sensual vestido rojo carmín de Fabián Zitta y zapatos de Ricky Sarkany, cuando a las 23:15 salió a la puerta del hotel y posó junto a Vicuña, con traje de Etiqueta Negra, y sus tres hijos, vestidos de elegante smoking. El mismo sentimiento manifestó Benjamín, tanto en el brillo de sus ojos como en el tono de sus palabras: “Quisimos compartir con los afectos esta intensa y hermosa historia que construimos, que nos dio cuatro hijos maravillosos. También estoy conmovido porque muchos amigos hicieron un esfuerzo enorme para estar acá. Si bien no es una boda secreta, sí es nuestro tributo al amor, a la amistad y a la vida. Y sobre la belleza de mi mujer, ¿qué te puedo decir? Es la mamá de mis hijos, la persona que amo y elijo todos los días”.
La idea de la celebración surgió hace poco más de dos meses, cuando “Caro” le sugirió a “Benja” celebrar su primera década juntos y, al mimso tiempo, agasajar a aquellos que apostaron siempre por la relación. Por eso, apenas recibió su apoyo incondicional, “Pampita” comenzó con los preparativos con la ayuda de dos personas muy especiales, sus pequeños “Bauti” y “Beltrán”, quienes junto a Benicio disfrutaron de la fiesta hasta la 1:30 de la madrugada. El catering, a cargo del chef ejecutivo Juan Gaffuri, consistió de una estación de ceviches, pastrami artesanal, puré de alubias, sopa de zapallo orgánico, Reuben sándwich, akusay encurtido, queso Lincoln, aderezo ruso y chips de papas, arroz bomba, hongos e hinojos, paella con mejillones, almejas, langostas y calamaretti, una barra de mariscos, asado de cordero y pastas. La torta fue elaborada por el chef pastelero del hotel, Joaquín Grimaldi, quien también ofreció postres y helados. Para beber no faltaron el icónico pisco sour chileno, vinos de ambos lados de la cordillera y champagne Chandon. Para vestir el lugar de gala, la gente de Unlock apostó por una iluminación fuerte que resaltó cada espacio de los salones. En un espejo central, arriba de una chimenea, se instaló un corpóreo con la leyenda “10 Años de Amor” en color rojo, el mismo tono que eligió la modelo para darle pasión a su vestuario. Luces y esferas plateadas dominaron la escena en los dos salones donde se bailó y continuó la fiesta, y se montó el escenario para los deejays y cuatro tótems verticales para pasar material visual.