Al verla ponerse en la piel de su personaje, lo primero que viene a la mente es la contundente transformación de la actriz. Pero ella confiesa no ser tan distinta. “Cuando leí el libro, me sentí muy parecida a Laura, esta mujer de barrio bastante parca que cuenta todo lo que le pasa sin ningún filtro. Esa es una faceta mía que la gente ni se imagina que tengo”, le confiesa a CARAS, Guillermina Valdés (39), protagonista de “Invencible”, la obra del inglés Torben Betts, en la cual comparte el elenco con Valeria Lois, Carlos Portaluppi y Héctor Díaz, con dirección de Daniel Veronese, escenografía de Alberto Negrín y producción general de Sebastián Blutrach.
La mujer de Marcelo Tinelli (57) posa para el fotógrafo antes de convertirse en Laura, con su habitual Style Chic descontracturado, y parece estar a años luz de la impronta que emana su personaje.“Encarno a la mina de barrio que realmente soy y que siempre fui. Nunca cambié por el hecho de frecuentar el ambiente que frecuento en esta etapa de mi vida. La gente que me quiere y me conoce sabe que soy así. Obviamente que una, cuando se mueve en un círculo más social y mediático, no muestra esa parte, porque tampoco me interesa compartirla, es muy íntima. Pero yo me siento más una mina de barrio, una mina de provincia. Soy de Necochea, hasta tuve tonada mucho tiempo y, de vez en cuando, se me piantan un par de ‘eses’ (Risas). Por eso me siento tan cómoda con este personaje, no me cuesta entenderlo”, afirma.
La comedia dramática que se presenta en el Multiteatro ya triunfó en Inglaterra y España, y es considerada una de las “sátiras sociales más interesantes del teatro reciente”. La ex de Sebastián Ortega sorprendió en 2015 con su debut en la calle Corrientes como protagonista de “Sexo con Extraños”, junto con Gastón Soffritti. Y en 2016 volvió al escenario con “La Ratonera”, un clásico de Agatha Christie. “Invencible”exhibe la crudeza de las relaciones entre personas de diferente estatus social y cultural, así como el daño que se pueden hacer entre ellas.“La propuesta me llegó el año pasado, cuando me junté con Sebastián Blutrach (el productor). Mi representante, Jorge Galli, tuvo la corazonada de que este papel podía ser para mí. En ese momento no estaba haciendo teatro y tenía muchas ganas. Así que ahora estoy feliz y muy plena. Amo el teatro, ya tenía un síndrome de abstinencia por no subirme al escenario—explica Guillermina en el camarín, donde siempre la acompañan imágenes de los hijos que tuvo con Sebastián Ortega, Paloma (12), Dante (13) y Helena (9), y de Lorenzo (3), el único hijo que tuvo con Tinelli, con quien celebrarán cinco años de amor a mediados de 2017—. Cábalas no tengo, pero sí rituales aromáticos. Hay una piedra que es como un hornito donde coloco esencias, de eucalipto, menta... Según cómo esté ese día. Para mí es más inspirador lo olfativo que lo visual y auditivo. Cuando llegué a este camarín también había una estampita de San Expedito, y la dejé porque sentí que ese era su lugar”, comenta mientras la maquillan.
Guillermina Valdés habla de la enorme importancia que tienen los afectos y cómo la sostienen frente a sus desafíos profesionales. “Marce siempre tiene una devolución muy linda cuando ve mi trabajo, me apoya muchísimo. Con él somos muy compañeros. Por otra parte, todo lo que mis hijos me dicen sobre mis actuaciones es a partir de una mirada constructiva. Ellos se re-divierten cuando me ven actuar, y eso a mí me encanta, me sirve mucho—dice la también modelo y empresaria, antes de referirse a la renuncia de Tinelli a la AFA—. Marce sufrió un pico de estrés por los que debió hacerse estudios. Después decidió que no deseaba volver a ese lugar de tanto cansancio y exigencia, y prefirió ‘correrse’. En la vida uno puede elegir si quiere estar presionado y exigido, o desea estar un poquito más tranquilo. Sobretodo porque muy pronto comienza el Bailando... Marce sabe muy bien lo que tiene que hacer. Sabe más que yo y que muchos de los que hablan tanto de él. Por eso siempre lo acompaño en sus decisiones. Confío en él”, concluye Guillermina
por Fabián Cataldo
FOTOS: ERNESTO PAGES