Juan Carlos I (Twitter)
REALEZA

Juan Carlos I necesita ayuda para ir al baño y empeora su salud

El ex monarca español enfrenta un presente marcado por la soledad, la fragilidad y el destierro, lejos de los fastos de su reinado y con incontinencia renal.

En los últimos años, la figura de Juan Carlos I ha quedado envuelta en un escenario de completa soledad y vulnerabilidad extrema. Tras casi cuarenta años ocupando el trono español, su retiro no se asemeja a la vida serena y llena de cariño que algunos imaginaron para él, sino que atraviesa un camino marcado por el aislamiento, el deterioro de su estado físico cognitivo propio de la edad y la distancia con la familia real que le dio la espalda por completo. Desde que se fue de España -en 2020- vivió en Abu Dabi y en Portugal está viviendo un destierro por parte de los actuales monarcas. 

Estas reubicaciones parecen más bien paradas transitorias que una elección personal. Tampoco hay señales de reconciliación ni invitaciones oficiales a regresar a su antigua residencia. Todo indicaría que, aunque las complicaciones de su salud comiencen a cobrar protagonismo con el correr de los días, la Casa Real se negaría a mantener contacto con él.

Juan Carlos I usa pañales y es asistido las 24 horas | Twitter

Juan Carlos I con asistencia permanente

Ante este panorama de completa soledad para Juan Carlos I, en las últimas horas se conoció que debe de ser asistido de manera permanente por un equipo de especialistas médicos y asistentes personales que lo ayudan a vestirse, asearse, trasladarse y a realizar tareas básicas. Las incontables intervenciones quirúrgicas - en caderas, rodillas y columna- que se realizó sumado a las terapias realizadas en Suiza con células madre no fueron suficiente para frenar el paso de la edad, que en él están dejando consecuencias desbastadoras. 

Según trascendió, hoy, su cuerpo le impone limitaciones severas, especialmente por la rigidez de su pierna izquierda y los dolores crónicos que no pueden ser combatidos con la medicación. Además, tuvo que reacondicionar los espacios de su hogar para poder moverse con mayor comodidad y tener mayor seguridad.

Baños adaptados, sillas de ducha, barras de apoyo y la asistencia de quienes lo rodean se volvieron permanentes y se convirtieron en elementos imprescindibles de su día a día. Por las noches, la realidad se vuelve aún más dura: Juan Carlos I recurre a dispositivos hospitalarios y, en ocasiones, a pañales para adultos, un tema que evita reconocer abiertamente por la incomodidad que le provoca.

El contraste con su pasado es evidente. Aquel monarca enérgico, que solía navegar, cazar y representar a España en escenarios internacionales, se transformó en un hombre que pasa la mayor parte del tiempo sentado y dependiendo de otros para su rutina diaria. La imagen de líder vigoroso quedó diluida, reemplazada por la de un anciano frágil y alejado de todo poder real, mientras poco a poco pierde el poder de decidir cuestiones indispensables.

Juan Carlos I de rey aclamado por el pueblo, al olvido de su familia | Twitter

Juan Carlos I supo brillar en el siglo XX por su carisma y liderazgo absoluto en la corona de España. Sin embargo, un cóctel de malas decisiones personales lo llevaron a un abismo impensado por muchos, pero que estaba a la vuelta de la esquina: la soledad, el destierro y la negación de su propia familia quien no se conmueve al verlo sin fuerzas ni para ir al baño.

NB

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