El diseño interior en hoteles cumple un rol mucho más profundo que el de embellecer: es el puente entre el viajero y la experiencia que el lugar quiere transmitir. Y eso, como diseñadora, es lo que más me atrae de estos espacios.
Me fascinan los hoteles que logran despertar sensaciones desde lo simple: una paleta de colores que remite al entorno, materiales nobles que transmiten calidez, espacios comunes pensados para disfrutar sin apuro, y habitaciones que no sólo buscan ser funcionales, sino también reconfortantes.
Personalmente, me conmueven los hoteles que dialogan con el paisaje. Aquellos que en lugar de competir con el entorno, lo integran. Hoteles con grandes ventanales, vistas abiertas, vegetación nativa, y rincones donde el diseño acompaña la contemplación. Como diseñadora de interiores, me resulta inspirador ver cómo la naturaleza puede ser parte activa del proyecto, tanto en lo visual como en lo sensorial.
Hoy más que nunca, el huésped busca más que una cama cómoda: quiere sentirse bien, contenido, conectado. Y ahí el diseño tiene un papel fundamental. No se trata solo de estética, sino de generar experiencias. De elegir un aroma, una textura, una iluminación pensada. De cuidar cada detalle para que el paso por ese lugar deje una huella.
Diseñar o intervenir un hotel es, sin duda, uno de los desafíos más lindos. Porque no diseñamos solo para ver… diseñamos para hacer sentir.
Ph: Antonella Braggio // @antobraggio
Locación: La Campiña Club hotel y spa – Ruta 5 km. 604.3 - Santa Rosa La Pampa
// @lacampiñaclubhotelspa











Sergio Neiffert: secretos y negocios del espía libertario

Carolina de Mónaco a sus 68 años y su fórmula infalible para que el color blanco siempre favorezca

La reacción de Julieta Prandi al enterarse de la condena de Claudio Contardi
