viernes 17 de mayo del 2024

Autoestima: El derecho al Amor propio. Por la Lic. Marina Halperin

Todas las personas merecemos amor, pero es el amor propio el que condicionará nuestros vínculos y una autoimagen valorada. El desafío: aprender a ser contemplativos con nosotros mismos y pedir ayuda profesional cuando no podemos lograrlo. Galería de fotosGalería de fotos

CREDITO CARAS

Autoestima

La autoestima es el amor y la imagen que cada persona tiene de sí misma. Es la forma en que cada persona se cuida, se considera y se respeta. Es el amor propio.

Hay muchos factores que cambian, aumentan o disminuyen la autoestima. Son como filtros que distorsionan la imagen que tenemos de nosotros mismos. Los componentes más importantes del amor propio son: amor recibido, ideales y mandatos, afectos.

Amor recibido:  Nuestra memoria emotiva es infinita, nada se olvida. Vamos a recordar cada felicitación y cada crítica que recibimos. Nos vamos a amar como nos amaron. Nos vamos a ver cómo nos miraron. Vamos a valorar eso que en nuestra infancia nos enseñaron que era importante. Vamos a criticar, a desaprobar eso que en nuestra educación era desvalorizado.

Ideales y mandatos:  Las personas tenemos ideales, tenemos la ilusión de ser de determinada manera. Tener determinadas características y no tener otras. También tenemos registro interno de lo que nuestra familia, amores, sociedad espera de nosotros. Sabemos cómo nos gustaría ser y cómo se espera que seamos. Estos son los ideales y los mandatos; inconscientemente siempre nos comparamos con ellos.

Si estamos pendientes de conformar a los demás, de ser como el mundo, nuestra familia o nuestra pareja espera, seguramente nos estaremos olvidando de nosotros mismos, dejaremos de lado lo que queremos, lo que nos gusta, sentiremos infelicidad y nuestra autoestima bajará.

Los ideales son inalcanzables. Si nos comparamos con una ilusión muy grande, lejana a la realidad, seguramente sentiremos frustración, sensación de que nada alcanza. De que no somos suficiente.

Si constantemente nos esforzamos por acercarnos a esos ideales, nos ponemos metas y objetivos imposibles; la exigencia será la dominante. Viviremos corriendo detrás de algo que siempre se escapa.

Cuando nos miramos al espejo, cuando nos autoevaluamos, podemos detenernos a observar aquello en lo que nos parecemos a esa imagen ideal o podemos ver sólo las diferencias. Podemos ser flexibles, contemplativos con nosotros mismos. Entender y entendernos. Aceptar nuestros errores, dificultades. Aceptar y disfrutar de nuestras virtudes.

Afectos: cuando amamos, cuando nos interesamos en alguien, nuestra atención y cuidados van a esa persona. Si esa persona nos retribuye el amor, nuestra autoestima crece. Nos vamos a sentir importantes para alguien, vamos a recibir atención y cuidados. Si esa persona nos rechaza, nos daña o nos maltrata, nuestra autoestima bajará.

La forma en que nos cuidamos, en que nos valoramos, es la forma en que nos vamos a mostrar y relacionar con otras personas; es por eso que la autoestima condiciona los vínculos.

Nada justifica el maltrato ni la desvalorización, si sentimos que nuestros sentimientos o pensamientos no son tomados en cuenta por las personas que amamos, debemos pedir ayuda. Si alguien nos hace sentir mal con nuestro cuerpo, debemos pedir ayuda.

Si somos muy autoexigentes, si sólo miramos nuestros propios defectos o carencias, debemos pedir ayuda a profesionales de la salud mental. No es bueno naturalizar el sufrimiento emocional. Estamos acostumbrados a vivir con dolor (físico y psicológico), pero eso puede cambiar. Todas las personas merecemos amor, atención y cuidados. La autoestima es reconocer ese derecho.

Lic. Marina Halperin

Psicóloga MN.27032

Instagram: @marinahalperinpsicologa

 

Galería de imágenes
En esta Nota