Hasta que un día, una amiga me habló sobre el modelaje y me animó a intentarlo. Al principio, la idea me pareció absurda. ¿Cómo iba a pararme frente a una cámara o en una pasarela si ni siquiera me sentía cómoda conmigo misma? Pero decidí darme una oportunidad. Juntas nos inscribimos en una academia de modelaje, y allí comenzó mi verdadero viaje de transformación. Lo que encontré no fue solo una formación técnica, sino un espacio de crecimiento y autoconocimiento. Nuestro profesor no solo nos enseñó a modelar, sino que también nos mostró la importancia de aceptarnos, valorarnos y brillar con luz propia, sin miedo a lo que los demás pudieran pensar.
Porque la realidad es que las personas siempre van a opinar. No importa lo que hagas, bien o mal, siempre habrá alguien que tenga algo que decir. Si fracasas, si triunfas, si cambias, si sigues igual… siempre habrá voces externas intentando definirte. Entonces, ¿por qué privarnos de luchar por nuestros sueños por miedo a esas opiniones? ¿Por qué limitar nuestra vida en función de lo que otros piensen? Si de todas maneras van a hablar, que sea mientras persigues lo que realmente deseas.
Con el tiempo, encontré en mí una paz interior, una aceptación genuina y una gran fuerza de voluntad para desafiar los estereotipos de un "cuerpo ideal". Me animé a participar en desfiles, en sesiones de fotos y a mostrar mi potencial sin importar los prejuicios ajenos. Cada paso en este camino me hizo más fuerte y más segura de mí misma.
Hoy quiero transmitirle al mundo un mensaje claro: atrévanse a luchar por sus sueños. No dejen que el miedo a la opinión ajena los frene. Sean ustedes mismos, sin filtros ni máscaras. La verdadera belleza está en la autenticidad, y cuando te aceptas tal como eres, brillas con luz propia.
Para más información:
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