Lara, ¿Qué te llevó a elegir la odontología como tu profesión?
Un día estaba en el club y recibí un llamado de mi mamá, que es Odontóloga, para que la vaya a ayudar porque la secretaria se había enfermado y tenía una tarde complicada. No tuve opción y fui. Esa tarde pude ver desde otro ángulo a la odontología. A partir de ese momento siempre fui a ayudar en lo que me dejaban, y así fue que entre en este mundo.
Cuando terminé la secundaria fui a Ciudad Universitaria a anotarme en el CBC.
¿Cuál es tu área de especialización dentro de la odontología y por qué decidiste enfocarte en ella?
Apenas me recibí elegí la rehabilitación con implantes, pero no me sentí cómoda y decidí cambiar. Entonces empecé a buscar opciones más preventivas.
Cuando descubrí lo que se logra reubicando las piezas dentarias, mejorando función, estética y calidad de vida de las personas, no tuve dudas de que ese era mi camino.
¿Cómo describirías tu enfoque personal hacia el cuidado dental y la salud bucal?
Mi enfoque personal se relaciona con la empatía, la contención y la prevención.
Yo sé muy bien que las personas escapan del control odontológico, y muchas veces es por miedo. Entonces, mi primera tarea es que mis pacientes se sientan cómodos y seguros. Además, pretendo que cuando se vayan del consultorio se lleven herramientas que le permitan mantener su estado bucal en salud.
¿Cuáles son tus prioridades a la hora de acompañar a un paciente en su tratamiento y que se sienta seguro?
Sin dudas es generar un vínculo de confianza, claro y estable. Es fundamental que el paciente se sienta cómodo, para que se comprometa con su tratamiento y así poder en conjunto, lograr un excelente resultado.
¿Cuáles son los desafíos más comunes que enfrentan tus pacientes en cuanto a la salud dental hoy en día?
Vencer el miedo y lograr constancia con su tratamiento, son los mayores desafíos.
Es fundamental el compromiso de los pacientes para poder llegar a concluir los tratamientos planificados. Por otro lado, se que la odontología es costosa y seguro que ese factor influye muchísimo también. Es por eso, que hago tanto énfasis en la prevención, si la higiene es correcta y los controles son a tiempo, todo es más simple y económico.
¿Podrías compartir con el público de CARAS algún caso memorable o experiencia gratificante en tu carrera como odontóloga?
Una de las experiencias más gratificantes fue cuando estaba cursando el último año de la carrera. La Facultad de Odontología funciona como un Hospital Escuela y durante ese año la clínica Integral Adultos nos propone aplicar todos los conocimientos y tratamientos aprendidos. Esto hace que como alumnos tomemos a un único paciente durante toda la cursada. Para aprobar, debemos cumplir exámenes teóricos y con la rehabilitación integral del paciente. Por eso es fundamental que este concurra, se comprometa y no corte el tratamiento.
Ese año fue muy importante porque fue el último de la carrera y además fue una materia que se me hizo realmente cuesta arriba ya que mi docente no me quería ni un poquito jaja.
Argentina, mi paciente de ese año, fue un ángel para mí. En más de una oportunidad, en esos momentos de crisis donde uno quiere patear el tablero e irse a su casa, me dio su palabra de aliento y algunos abrazos. El compromiso de Argentina con ella misma, con el tratamiento y conmigo me dio las fuerzas necesarias para seguir.
Como se suponía su tratamiento fue concluido. No puedo olvidarme de la alegría y del abrazo de gol que nos dimos cuando conseguimos su alta.
Lo gratificante de la historia es el equipo que logramos formar con Argentina, pudimos con cualquier dificultad que se nos presentó ese año, logrando la rehabilitación oral que ella necesitaba.
En tu opinión, ¿cuál es la importancia de la prevención en la salud bucal?
Es fundamental. La prevención consta de controlar tres factores esenciales: la higiene, la oclusión (mordida) y el bruxismo. Si los controles son a temprana edad y la higiene es adecuada, hay muchísimas batallas ganadas.
¿Cómo ha evolucionado la odontología en los últimos años y qué avances tecnológicos han impactado tu práctica?
La evolución de la Odontología viene hace ya unos años de la mano de la digitalización, sin dudas sigue en desarrollo, pero al día de hoy ha simplificado, agilizado y logrado mayor exactitud en los tratamientos. La digitalización tiene un paso inicial básico que consta de escanear al paciente, obteniendo un modelo 3D en la computadora que representa la exacta réplica del paciente. A partir de este modelo digitalizado se pueden planificar infinidades de tratamientos.
¿Cuáles son los mitos más comunes que encuentras en tu campo y cómo los abordas con tus pacientes?
El mito que encuentro más común es el de creer que lo que sucede en la boca no tiene consecuencias. Cuando digo ‘’lo que sucede en la boca’’ me refiero a tener caries, pérdida de piezas dentarias, bruxismo, mala mordida, sangrado de encías, pérdida de hueso y encías, lesiones en la mucosa, etc.
Es fundamental entender que nuestro cuerpo es uno y que todo está relacionado. Por ejemplo, el hecho de tener algún foco infeccioso en la boca es un factor de riesgo, pudiendo afectar hasta nuestro sistema cardiovascular, siendo mucho mayor el riesgo en personas con enfermedades preexistentes como por ejemplo Diabetes.
Por otro lado, cualquier problema de funcionamiento de la mordida puede afectar en el desarrollo de nuestro crecimiento, postura, respiración, masticación, etc.
Además, las lesiones que se pueden presentar en nuestra mucosa oral son las mismas que en el resto del cuerpo, desde una manifestación por enfermedad infecciosa, hasta alguna enfermedad autoinmune.
Es una tarea difícil lograr que los pacientes concienticen la importancia de la salud bucal sin generar miedo, porque no olvidemos que muchos dejan de concurrir al odontólogo por esta causa. Es por eso que trabajo en abordar todo esto desde la empatía, educación y prevención.
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