Araceli, ¿cómo influye el estrés en nuestra salud y por qué es tan importante gestionarlo?
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibimos como amenazantes. Sin embargo, cuando esta respuesta se vuelve crónica, puede ser devastadora para nuestra salud. El estrés sostenido afecta todo nuestro sistema, desregulando el sistema inmunológico y promoviendo un estado inflamatorio que puede desencadenar diversas enfermedades, desde trastornos autoinmunes hasta problemas cardíacos. El cortisol, la hormona que liberamos bajo estrés, tiene funciones importantes, pero en exceso puede alterar nuestras funciones vitales. De ahí la importancia de aprender a gestionarlo.
¿Cómo podemos manejar el estrés de manera efectiva?
La meditación y el Mindfulness son herramientas poderosas para manejar el estrés. Cuando practicamos Mindfulness, logramos reducir la actividad de la amígdala, la parte del cerebro relacionada con el miedo y la ansiedad. Esto se ha comprobado científicamente a través de estudios que muestran cómo la práctica constante de la meditación puede disminuir el grosor de la amígdala, reduciendo el estrés y la ansiedad. Además, estas prácticas nos permiten centrarnos en el momento presente, ayudándonos a no quedarnos atrapados en pensamientos recurrentes que alimentan el estrés.
¿Qué papel juega la Psiconeuroendocrinoinmunología (PNEI) en este proceso?
La Psiconeuroendocrinoinmunología nos permite entender cómo nuestras emociones, pensamientos y el estrés afectan a nuestro cuerpo a nivel biológico. Es una disciplina que explora la interacción entre el sistema nervioso, el endocrino y el inmunológico, demostrando que nuestras emociones y pensamientos no son meras percepciones, sino que tienen un impacto real en nuestra salud. A través de esta ciencia, podemos ver cómo factores como el estrés, las emociones reprimidas o el ambiente pueden desencadenar enfermedades físicas. Por eso, gestionar nuestras emociones y pensamientos de manera consciente es fundamental para mantener nuestra salud.
En tu práctica, mencionas que el estrés también afecta nuestro ADN. ¿Cómo es esto posible?
La epigenética nos dice que aunque nuestro ADN tiene una programación genética, lo que realmente determina la expresión de nuestros genes es el ambiente en el que vivimos, nuestras experiencias, y cómo gestionamos esas experiencias. El estrés agudo o crónico puede activar ciertos genes que predisponen a enfermedades. Por ejemplo, situaciones de sufrimiento mental o emocional pueden "encender" genes que favorecen procesos inflamatorios, contribuyendo a enfermedades autoinmunes o crónicas. Es por eso que, a través de la gestión del estrés y de nuestras emociones, podemos influir en cómo se expresan nuestros genes.
¿Cuáles son los beneficios de la meditación para nuestra salud, según los estudios científicos más recientes?
Los estudios son claros: la meditación tiene beneficios directos en la salud cerebral y física. La Dra. Sara Lazar, neurocientífica de Harvard, encontró que la práctica constante de meditación aumenta la materia gris en áreas del cerebro relacionadas con la memoria, la regulación emocional y la toma de decisiones. Esto se traduce en una mejor capacidad para manejar el estrés, tomar decisiones más sabias y mantener un estado de calma mental incluso en situaciones adversas. Además, la meditación mejora la salud física al reducir la inflamación y fortalecer el sistema inmunológico.
En cuanto a la conexión cuerpo-alma-mente, ¿cómo ves la importancia de integrar todas estas disciplinas en la vida cotidiana?
Es fundamental entender que somos un todo: cuerpo, mente y espíritu. No somos solo un cuerpo físico que necesita medicamentos; somos seres integrales que requieren atención en todos los niveles. La práctica de Mindfulness, el yoga, la alimentación consciente y la respiración nos permiten conectar con nuestro ser más profundo y con la naturaleza que nos rodea. Es esta conexión la que nos da equilibrio. No solo se trata de reducir el estrés, sino de generar hábitos que nutran todas nuestras dimensiones para vivir una vida más saludable y plena.
En tus cursos, mencionas que la sanación empieza desde la raíz. ¿Qué significa esto para ti?
Sanar desde la raíz significa abordar las causas profundas de nuestros problemas de salud, no solo tratar los síntomas. Muchas veces, el estrés o las enfermedades no tienen solo una causa física, sino que están vinculadas a emociones reprimidas, creencias limitantes o experiencias pasadas no resueltas. Cuando nos permitimos sanar estas heridas emocionales y nos hacemos conscientes de nuestros pensamientos, podemos cambiar la forma en que vivimos, nuestra biología y nuestra salud. Esto es lo que promuevo en mis cursos, que las personas no solo aprendan a manejar el estrés, sino que comprendan cómo sus pensamientos, emociones y el entorno afectan su bienestar.
Finalmente, ¿cómo puede una persona empezar a integrar estos conceptos en su vida diaria?
Lo primero es la autoconciencia: empezar a observar nuestros pensamientos y emociones. Un buen punto de partida es la práctica diaria de Mindfulness, incluso si son solo unos minutos al día. También recomiendo incorporar pequeñas acciones de bienestar, como la alimentación consciente, hacer ejercicio físico y dedicar tiempo a la meditación. Y, sobre todo, aprender a gestionar nuestras emociones de manera saludable, practicando el auto-cuidado y el amor propio. Todos estos son pasos hacia una vida más equilibrada y saludable.
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