La medicina estética actual nos invita a un viaje a través del tiempo, buscando una longevidad y estética saludable que se adapta a cada etapa de la vida. Lejos de ser una solución mágica, los tratamientos se basan en evidencia científica, enfocándose en la prevención, corrección y mantenimiento.
El consenso médico sugiere iniciar un enfoque proactivo alrededor de los 25 o 30 años, adaptándose a las necesidades individuales.
De los 25 a los 30 años: Medicina Estética Preventiva
En esta fase, la meta es sentar las bases para un envejecimiento armonioso. A partir de los 25, la producción de colágeno y elastina disminuye, y el fotodaño comienza a notarse.
Los tratamientos se centran en la prevención:
* Cuidado de la piel: Fundamental el uso diario de fotoprotectores, antioxidantes como la vitamina C y retinoides.
* Peelings químicos suaves e IPL: Mejoran la textura y luminosidad.
* Neuromoduladores (toxina botulínica) preventivos: En microdosis, relajan sutilmente los músculos para evitar que las arrugas de expresión se fijen.
* Skinboosters de ácido hialurónico: Mejoran la hidratación profunda y elasticidad.
De los 30 a los 40 años: Corrección y Mantenimiento
Los primeros signos de envejecimiento se hacen evidentes. La pérdida de colágeno se acelera, y las arrugas dinámicas pueden volverse estáticas.
* Neuromoduladores (toxina botulínica): Siguen siendo clave para las arrugas de expresión.
* Rellenos de ácido hialurónico: Para reponer volumen y corregir surcos.
* Microneedling y láseres no ablativos: Estimulan colágeno y mejoran la textura.
* HIFU (Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad): Utiliza energía ultrasónica para tensar las capas profundas de la piel, estimulando el colágeno para un efecto lifting no quirúrgico, ideal para la flacidez incipiente.
* Hidroxiapatita de calcio: Además de aportar volumen, bioestimula la producción natural de colágeno, mejorando la firmeza a largo plazo.
De los 40 a los 50 años y más allá: Tratando la Flacidez y el Rejuvenecimiento Integral
Aquí, la flacidez y la pérdida de volumen son más pronunciadas, requiriendo tratamientos combinados.
* Bioestimuladores de colágeno: Además del ácido hialurónico, se usan ácido poliláctico y policaprolactona. El ácido poliláctico estimula gradualmente la formación de nuevo colágeno, mejorando la flacidez y el volumen a largo plazo. La policaprolactona ofrece relleno inmediato y una bioestimulación prolongada de colágeno.
* Radiofrecuencia y HIFU: Calientan las capas profundas para estimular la neocolagénesis y lograr un efecto tensor.
* Láseres ablativos fraccionados (CO2): Para un rejuvenecimiento más profundo de arrugas marcadas y piel fotoenvejecida.
A partir de los 50 y 60: El enfoque es un rejuvenecimiento integral, combinando neuromoduladores, rellenos y bioestimuladores con tecnologías como láseres o HIFU para abordar todos los signos del envejecimiento.
El Mantenimiento y la Importancia de Decir Basta.
El mantenimiento es crucial, integrando procedimientos en consulta con una rutina domiciliaria. Es fundamental reconocer la importancia de decir basta según el criterio médico.
Un profesional ético buscará realzar la belleza natural y evitará los excesos que lleven a resultados artificiales. La clave es la comunicación abierta y expectativas realistas para asegurar un camino seguro hacia la belleza y el bienestar.
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