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En repetidas ocasiones surge una pregunta que siempre queda dando vueltas: ¿Qué es la moda? Para ello, María tiene su propia idea de concepto que aporta una respuesta: “La moda siempre lleva implícito un mensaje que queremos transmitir y es un reflejo de nuestra personalidad”.
Esa misma personalidad se condice con la que ella misma se describe. “Soy un grito de optimismo y no hay nada que me energice y potencie más que un camino repleto de escollos”, afirma. Por eso no es sorpresa descubrir a esta bella mujer compleja y simple a la vez, rodeada de sus diseños que no dejan de causar admiración y deseo.
Sofisticada y alegre, esta talentosa diseñadora, ex modelo y mamá multifacética, enamora con sus colecciones versátiles y coloridas, donde la mezcla entre texturas y bordados son ya su sello distintivo.
“El descenso en el consumo en los días que corren, lejos de ser un stop, se convierte para mí en la necesidad de buscar nuevos caminos, adaptar los precios al bolsillo del consumidor y en hacerme pensar ya que siempre voy por más”, ahondó María acerca de la situación actual de su negocio.
Permanentemente suspendida entre lo romántico y casual, María nos recibe en su espacio de San Isidro con su estilo indudablemente atractivo. Estudió música y piano en Bellas Artes, diseño de indumentaria en la UBA, y hoy siente que tiene una gran necesidad por sus hijos y de cara al futuro de estudiar la carrera de nutrición.
“Amo mi profesión de diseñadora y de eso vivo, nunca podría dejar de hacer lo que hago, es mi vocación y pasión. A su vez, me fascina estar en constante aprendizaje”, finalizó.
