martes 15 de abril del 2025

Pilates y tercera edad: fuerza, equilibrio y autoestima

Por Denise Soules – Instructora y Psicomotricista.

Pilates y tercera edad: fuerza, equilibrio y autoestima
Pilates y tercera edad: fuerza, equilibrio y autoestima | CREDITO CARAS
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A medida que envejecemos, el cuerpo cambia: disminuye la masa muscular, se pierde elasticidad, el equilibrio se vuelve más inestable y la movilidad articular se reduce. Estos procesos son naturales, pero no inevitables. La buena noticia es que el movimiento consciente puede ralentizar, mejorar e incluso revertir muchas de estas limitaciones. En este camino, el método Pilates se presenta como una herramienta poderosa, segura y profundamente transformadora para la tercera edad.

Pilates trabaja desde un enfoque integral. A través de movimientos suaves, controlados y coordinados con la respiración, fortalece la musculatura profunda —especialmente el core—, mejora el equilibrio, la postura y la movilidad. Uno de sus principales beneficios es la prevención de caídas, una de las principales causas de lesiones en adultos mayores. Al fortalecer el centro y mejorar la conciencia corporal, se gana estabilidad y confianza al moverse.

Un aspecto clave del método es el trabajo en articulación consciente de la columna y en el fortalecimiento sin impacto. Esto lo convierte en una opción ideal para quienes presentan artrosis, osteoporosis, hernias o prótesis. Se prioriza la alineación, el control del eje y la activación profunda del centro. Cada ejercicio está diseñado para cuidar las articulaciones, estimular la propiocepción y fomentar el movimiento con precisión.

Además, Pilates propone una práctica donde se combina lo motor con lo cognitivo y lo emocional. Ejercitar con atención plena, trabajando la respiración, la coordinación y la memoria, aporta no solo beneficios físicos, sino también neurológicos y psicoafectivos. El adulto mayor se siente activo, incluido y escuchado, cualidades fundamentales para su bienestar general.

Muchas personas mayores llegan a las clases con miedos: miedo a caerse, a lesionarse, a no poder. Y con el tiempo, esos miedos se transforman. Recuperar fuerza, elongación y control devuelve seguridad, autonomía y autoestima. El adulto mayor no solo entrena: se redescubre capaz.

En la tercera edad, el movimiento no solo alarga la vida, sino que mejora la calidad con la que se vive. Y Pilates, con su propuesta consciente, respetuosa y profunda, es una invitación a seguir eligiendo el bienestar cada día.


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