En un rincón paradisíaco de Bocas del Toro, Panamá, La Coralina Island House volvió a ser escenario de una experiencia transformadora: Anima Mundi 2025. Este retiro, que se realiza cada año después del Carnaval, propuso esta vez una travesía vivencial y simbólica a través de los arquetipos más poderosos del Tarot de Marsella.
Durante varios días, los participantes cruzaron ocho portales energéticos, representaciones profundas del alma humana y sus procesos de evolución. A través de prácticas integradoras –corporales, espirituales, artísticas y terapéuticas–, se trabajó en profundidad con la energía de cada arquetipo, resignificando heridas, despertando potenciales y reconectando con la fuerza vital.
El equipo de facilitadores, conformado por líderes reconocidos en sus áreas –Carlos Gustavo Villamor, Isabella Furlotti, Fer Figueira, Luciano Lossendiere, Ezequiel Leonard, Virginia Magnago, Dynamite Training y Andrea Lago– acompañó cada uno de estos momentos desde su propio talento potenciador. “Los triunfos de la vida no son trabajar los caminos del éxito, sino los despertares de las profundidades”, expresó Villamor, sintetizando el espíritu del retiro.
Uno de los momentos más transformadores fue la activación del arquetipo de la confianza, vivido como una danza de entrega y verdad. Los asistentes se sumergieron en sus emociones más genuinas, compartieron sus sombras y crearon lazos a través del reconocimiento mutuo. Fue un espacio de sanación colectiva donde lo simbólico se volvió cuerpo, palabra, agua, fuego, aire y tierra.
El entorno jugó un rol esencial. Rodeados por la selva, el mar y una arquitectura diseñada para el bienestar, el silencio y la contemplación, los asistentes encontraron en La Coralina el lugar ideal para sostener este viaje interno. Cada rincón del hotel pareció conjugarse con el propósito del retiro, amplificando la experiencia de reconexión y claridad.
Entre las propuestas destacadas, brilló “Sanación a través del agua”, una experiencia creada por la fotógrafa terapéutica Erika Arias y la diseñadora Daniela Poggi. En un ritual acuático guiado, cada participante vivió una sesión transformadora en el agua, capturada en imágenes artísticas y traducida en prendas únicas de seda natural. Así, la experiencia emocional se convirtió en obra de arte: íntima, personal y profundamente significativa.
Anima Mundi no fue solo un retiro. Fue una puerta abierta al alma, una invitación a mirarse con nuevos ojos y a recorrer el camino del héroe desde el amor, la conciencia y la verdad.
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AANU
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