Adrián Suar, actor y productor argentino, brindó una entrevista imperdible en +Caras, el programa conducido por Héctor Maugeri en las noches de Caras TV. Durante la charla, Suar no solo reflexionó sobre los altibajos de su extensa carrera y su vida afectiva, sino que también habló del paso del tiempo y los desafíos de ser productor.
La mejor versión de Adrián Suar
En el marco de una conversación íntima y profunda que duró casi una hora, Suar, de 56 años, dejó claro que no le molesta hablar de su edad. Héctor Maugeri aprovechó para mostrarle una de las tantas tapas de Revista Caras que protagonizó el creador de exitosas ficciones, la cual llevaba por título: “Estoy muy cerca de mi mejor versión”. Seis años después, el conductor de +Caras no dudó en preguntarle si había encontrado esa versión. “La sigo buscando, pero estoy cerca”, respondió Suar con sinceridad.
Cuando Maugeri le pidió que definiera qué significaba su ‘mejor versión’, el productor explicó: “Es estar en paz, sin mochilas, más liviano, necesitando cada vez menos, entorno chico. Tratando de estar así”, dijo en referencia a la cálida y divertida entrevista que estaba manteniendo. Luego, agregó que “de los siete días de la semana, cinco trato de estar así”.
Reflexiones sobre la gratitud en la actuación
A lo largo de la entrevista, Maugeri también indagó sobre su rol como productor y si sentía que los actores le mostraban gratitud. El fundador de Pol-ka respondió: “Sí, con el tiempo más. A mí me gusta el agradecimiento silencioso, un gesto de afecto en el momento justo. Trate de escaparme del rol de productor y el actor que le agradece por el trabajo”.
En ese sentido, aclaró: “El trabajo lo genero para todos pero fundamentalmente lo hago para mí, no lo digo desde lo económico”.
Decisiones difíciles como productor
Cuando Maugeri le preguntó si alguna vez había tenido que decirle a un actor que ya no funcionaba en una producción, Suar no titubeó: “Sí, varias veces. Me recibí de productor en esos momentos, siempre con la verdad”.
Por último, Adrián Suar recordó que, aunque algunas despedidas fueron más delicadas, otras requirieron firmeza: “A algunos se los dije con mucho cariño, pero otros se merecían la roja. De acá se va. Por maleducada o maleducado”, comentó entre risas, cerrando el tema con el buen humor que lo caracteriza.
MDP