La actriz y cantante Laura Esquivel se sentó en el living de +Caras (Caras TV) para tener una entrevista a corazón abierto con Héctor Maugeri. A lo largo de la íntima charla repasaron su extensa carrera artística, pero también hablaron sobre el impacto que la exposición pública tuvo en su salud mental.

A sus 30 años, la reconocida intérprete de Patito Feo ahora puede ver con mayor claridad lo que le ocurría emocionalmente durante el auge de su popularidad. “Desde los 13 hasta los 20, me puse una coraza para que nada me afectara. Guardaba todo lo negativo hasta que no pude soportar más”, confesó.
A medida que avanzaba la entrevista, reveló que con la llegada de sus veinte años su situación empeoró: “Me rompí totalmente”, dijo, y agregó que durante ese tiempo nunca había hecho terapia ni revisado sus emociones. “No entendía por qué tenía ansiedad, qué eran los ataques de pánico. Un montón de sensaciones que mi cuerpo había estado guardando por querer mostrarme fuerte”, compartió.
El lado B de la fama
También comentó que durante el éxito de Patito Feo sufría emocionalmente, pero no podía poner en palabras lo que le sucedía. “A los 16 o 17 años pude contar las cosas y me llegué a plantear si lo artístico era realmente lo que me gustaba, porque no lo estaba disfrutando por la mirada constante del resto sobre mí”, explicó

“En ese proceso de liberación, pasé por todos los estados: sentirme muy mal, tener ansiedad, ir al médico y empezar un tratamiento porque ese fue un momento difícil”, relató la cantante, quien ahora percibe la llegada de sus 30 años como una “flor que renace”.
El regreso al escenario y su proceso de sanación
En otro pasaje de la entrevista, la actriz también recordó el momento en que decidió volver a subirse a los escenarios y cómo esa decisión la ayudó a sanar. Participar en comedias musicales como Los Locos Addams, Kinky Boots y Regreso en Patagonia fue clave para ella, tanto a nivel personal como profesional.
“Los Locos Addams llegó en un momento en el que necesitaba demostrarme que podía hacer otras cosas. Me hizo muy bien, me sanó mucho. Era un personaje oscuro, muy diferente a lo que estaba acostumbrada”, contó.

Por otro lado, Kinky Boots le ofreció una experiencia completamente liberadora. “El mensaje de la obra es muy lindo: elegí quién querés ser en la vida. Es fiesta pura”, comentó emocionada.
Después de haber sufrido ataques de ansiedad y pánico, la actriz confesó que volver a pisar un escenario le generaba mucho miedo. “Literalmente no me animaba, y Kinky Boots fue ese paso que necesitaba dar”, admitió.
“Con la ansiedad la cabeza no para de pensar, no para de crear escenarios inexistentes que te paralizan. Mi desafío fue aceptar esos pensamientos pero decirme que igualmente puedo hacerlo y que puedo estar en el presente. Ese fue el trabajo que hice en terapia: estar más en el presente. Ahora tengo más herramientas que antes”, concluyó Laura Esquivel, reflexionando sobre su proceso de sanación.
MDP

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