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Un día regresó a su casa y completó el círculo virtuoso de la vida. El mismo que nos ve nacer en un lugar con todas las ganas de aprender, luego nos pasea por lejanos horizontes nutriéndonos de experiencia y conocimiento, y finalmente nos devuelve al origen con una mirada sabia y generosa. Es así como Maximiliano Guerra (47) se transformó en el nuevo director del Ballet Estable de su queridísimo Teatro Colón (reemplazando a Lidia Segni, quien dirigía a la compañía de baile desde 2009), nombrado por el flamante director general y artístico, Darío Lopérfido.“Este nuevo cargo es un sueño que siempre tuve presente, pero en forma inconsciente, porque no lo sentía como una meta. Es un gran honor estar acá, dar esta vuelta tan gigante que fue mi carrera. Cuando empecé en el Colón, entré a la compañía estable a los 17 años, pero trabajé en ella desde los 14. La primera vez que subí al escenario a bailar fue a los 11, imaginate—le dice a CARAS el eximio bailarín, en su oficina del afamado teatro de ópera y ballet—. Toda esta vuelta me encuentra con un montón de nuevos conocimientos, experiencia, deseos de ver cosas en mi compañía que hoy, desde este cargo, puedo proponer. En la época en la que empecé, el director del ballet era Antonio Truyol, a quien yo lo veía con mucha admiración y respeto, porque este cargo implica un gran compromiso humano. No hay que mirar para atrás, pero lo que sí hay que traer del pasado es lo que estuvo bien hecho. Mi intención es poner orden y resucitar lo artístico en el Colón”, agrega.
