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Después de una larga batalla contra el cáncer, Beatriz Salomón falleció el 15 de junio del año pasado. Teniendo en cuenta de lo que se venía, la actriz planificó el futuro de sus dos hijas Noelia y Bettina que adoptó junto a Alberto Ferriols, su ex pareja.
Cuando la actriz se separó del cirujano, tras un escándalo mediáticos, ella estuvo a punto de perder la adopción plena de las niñas. “Mis hijas son lo que más amo en el mundo. Las defiendo con uñas y dientes”, dijo la Beatriz en ese momento y logró seguir con ellas.
En 2018 enfrentó la difícil noticia de su enfermedad y luchó también contra ella, hasta que no pudo más. Pero no dejó a sus hijas sola: desarrolló una vida después de su muerte para que hoy las jóvenes estudien y sigan caminado.
La niñas no viven junto a su padre sino que siguen en la misma casa en la que vivían con su mamá en el barrio de Recoleta. Las chicas están al cuidado diario de Blanca, la niñera que ayudaba a su mamá con su crianza desde bebés y sostén de toda la vida de la artista, según indicó Clarín. También en esa nota sostienen que fue un pacto antes del fatal final de Salomón. Por su parte Ferriols sigue con un papel importante en la vida de las dos jóvenes, las sostiene económicamente y con su presencia.
Noelia, estudia medicina, quiere ser cirujana plástica -como él- y trabajar juntos en su consultorio. Mientras tanto, Bettina se encuentra cursando el último tramo del colegio secundario.
Roberto Piazza, padrino de Noelia y uno de los mejores amigos de Salomón, aseguró: “Están como la Turca quiso que estén" y agregó que ambas están muy bien "encaminadas".
