E n movimiento. Agustina Cherri (39) no puede estar de otra manera. Y abarca todo: desde su estado más mental, para proyectar con antelación los proyectos que tiene por delante, al presente más inmediato: que la encuentra viajando, embarazada de 25 semanas, mientras refacciona su casa de toda la vida.
“Nos fuimos a descansar unos días con mis hijos porque estamos en obra. La estamos agrandando porque ahora somos un montón y es un caos total”, explica la popular actriz, que a fin de mes volverá a viajar con Muna (13), Nilo (10) y Alba (3).
“Suelo organizarme para hacer un año de mucho trabajo y un año más tranquilo. Por la logística de los niños que son muchos y tienen sus actividades. Yo soy re bicha de televisión y que me hayan llamado para la vuelta de la ficción, con “La 1-5/18” en la pandemia, fue glorioso y significó mucho. También he hecho varias temporadas teatrales y puedo descansar de la tele, pero siempre compensando. Si bien mis hijos están acostumbrados a que yo trabaje, porque nunca dejé de hacerlo ni podría, este balance hace que yo como mamá, el año que estoy más tranquila, pueda compartir otras cosas como llevarlos al colegio”, dice Agustina Cherri –actriz desde los 6– que el año pasado cumplió su cuota de trabajo full time, con un protagónico en Polka que le valió el Martín Fierro.
—¿Siempre fue tan organizada?
—Sí, siempre lo fui. Soy bastante mental en ese sentido. Me tranquiliza visualizar lo que va a venir. Y organizarme. No soy tan de tirarme a la pileta y que pase lo que tenga que pasar. Es que sino sería imposible cumplir con todo.
—¿Es verdad que esperó a que termine la tira para poner en marcha el deseo de volver a ser mamá?
—Sí, de hecho mis compañeros de “La 1-5/18” me joden porque mientras terminábamos de grabar y preguntaban qué proyectos se vienen, a todos los les decía: ser mamá. Ese es mi proyecto del año que viene. Cuando se enteraron, me decían: “no puedo creer que ya lo tenías en la cabeza, que ya sabías”. Porque aparte fue así: terminé y quedé. Lali González, la actriz paraguaya con la que trabajé y con la que hicimos una hermosa amistad, todo el tiempo me decía: “si supieran que sos mejor madre que actriz…”.
—¿Y usted qué piensa?
—Soy una madre muy dedicada. Me gusta ser mamá y también el hecho de nunca haber dejado de hacer lo que me gusta me potencia como mamá. Nunca postergué nada por mis hijos. En la tira “Separadas”, grabé con Alba de un mes. Con niñera y un camarín para el bebé. ¡El bebé tenía un motorhome! Comodidades que me dio Polka que sino no lo hubiese podido hacer. Y el año que viene va a pasar lo mismo.
—¿Si? ¿Ya tiene propuestas?
—Sí, soy así. Ya estoy con un proyecto para hacer teatro el año que viene también con bebé chiquitito. No está cerrado al 100. Pero es una obra producida por Preludio y por Adrián Suar. Con un elenco divino en calle Corrientes, a partir de abril.
—No puede estar quieta…
—Totalmente. Trabajar me hace ser mejor mamá. No podría estar solamente dedicada a mis niños. Porque trabajo desde los 6 años y estoy acostumbrada a tener mis actividades y compromisos.
—También estará acostumbrada a maternar, aunque hoy parada desde otro lugar.
—Sí, es más fácil. Se lo que puedo y lo que no puedo hacer. Y también tengo hijos grandes que me ayudan. Muna va a cumplir 14 años y es mi gran aliada. Nilo también con sus hermanos a la hora de hacer upa o cambiar pañales. Hay un camino allanado, de conocimiento. De cómo me conozco yo como mamá, los distintos procesos.
—¿Con el parto también tiene el camino allanado?
—El obstetra va a ser el mismo. Siempre el mismo equipo y siguiendo la misma idea. En el camino también surgen un montón de cosas. Pero lo importante es el bienestar del niño y que sea un grato momento para los dos. Siempre preservando la salud del bebé y mía.
—¿Va a ser algo más natural? ¿Sin tanta intervención?
—Como deberían ser todos los partos. Sin intervención innecesaria. Esa es la definición. A veces se hacen intervenciones que no son necesarias y esas son las que no comparto. Por supuesto hay un equipo que está atrás de preservar la salud del bebé y la mía. Y mientras que eso no se necesite, no se utiliza.
—Paula Chaves estuvo cerca suyo durante el proceso…
—Sí, acompañó. Cuando yo me enteré quería hacerme un estudio genético que no me había hecho nunca y por una cuestión de que ya soy más grande y más que nada por mi edad. Ella me asesoró porque se lo había hecho y fue una de las primeras personas que lo supo y guardó el secreto.
—Siempre tuvo un compromiso social muy marcado, presidiendo y ayudando a fundaciones solidarias. ¿Desde qué lugar se involucra hoy?
—Desde muy chica me interesa y trato de colaborar. Estuve 8 años con “ADA”, que trabajaba con violencia de género para mujeres y niños cuando nadie hablaba de eso. Y después con “Chaka”, que ayudábamos a los distintos comedores y abastecerlos para que tengan mejor calidad de alimentación.
—¿También sembró esa semilla en sus hijos? ¿Se interesan o la acompañan?
—Sí, saben que yo lo hago y el padre también. Pero desde el lugar del ejemplo. Cuando uno lo hace ni siquiera hay que hacer una bajada de línea. Lo aprenden a ver.
—¿Y respecto a cierto estilo de vida y de alimentación, también ha sembrado en ellos esas convicciones?
—Sí, en realidad lo sembrado, como te decía, desde el lugar de la acción misma. No tanto de la bajada ni de imponer nada. Simplemente soy vegetariana y a mis niños les he dado de comer de esa manera porque es la manera en la que yo me alimento. Obviamente que están creciendo y cada uno tiene la libertad de comer y elegir lo que quiera. Eso me parece que es lo bueno, que no es inculcar una convicción sino seguir mi modo de vida y mi modo de vida es ese. Vivir alejada de la ciudad, tratar de sembrar y cosechar mis alimentos, cocinar lo más casero que se pueda. Los chicos aprenden eso y en el camino cada uno puede tomar sus elecciones. No es que porque a Alba no le de carne voy a exigir que sea vegetariana. Quizás a los 6 años probó, le encantó y bienvenido.
—¿Con sus elecciones laborales también es tan determinada? ¿Sabe lo que quiere, para dónde va?
—Tengo más claro lo que no haría que lo que sí. Ciertos papeles o ciertos roles. Pero las cosas que me atrajeron desde el momento uno las hice, sin vuelta. Si ya empiezo a dudar…
—¿Nunca le propusieron componer una villana?
—No, en mi último diálogo con Adrián (Suar) después de ganar el Martín Fierro, terminó diciéndome: te prometo que te voy a llamar para hacer una villana. Porque le digo: siempre el rol de la buena, la luchadora… ¡Algún día dejame hacer sufrir a alguien!
—Los colegas destacan su capacidad de liderazgo para los equipos. ¿Es cierto que ahora es un poco productora de los proyectos de Muna?
—Sí, se podría decir que sí. Bueno, productora… no tengo ese rol asignado.
—No se lo dio…
—No me lo dio, no está por contrato (se ríe). Yo siempre tuve una parte muy productora y organizativa, de llevar adelante cosas. Lo que se me pone en la cabeza lo concreto. Y en este caso, siendo mi hija y más chica, me dice lo que sueña, lo que quiere y juntas lo vamos desarrollando. Es una ayuda. Lo que haría cualquier madre teniendo la posibilidad que tengo de conocimiento, de contactos, de experiencia porque es el mismo medio. Y todo lo que tenga a mi alcance se lo voy a trasladar.
—¿Cómo le repercute que se quiera ir a formar al exterior?
—Es chica, pero viaja en los meses de verano que son los meses de vacaciones de su escuela. Yo no tengo problema, voy, la llevo, que estudie. Ya cuando termine el colegio y sea más grande seguramente quiera viajar e instalarse más tiempo. Yo he sido muy feliz con el acompañamiento y apoyo de mis padres en mi carrera y pienso hacer lo mismo con todos mis hijos.
—Se habló de una posible remake de “Chiquititas” con ud. interpretando el personaje de Romina Yan y su hija haciendo de Mili, papel que la consagró.
—Fueron más las ganas de la gente y la ilusión de que vuelva ‘Chiquititas’ en sí, independientemente de con quién vuelva, que algo que se haya hablado explícitamente. Sí tengo una relación increíble con Cris (Morena) con la que tengo miles de proyectos y también quiere hacer algo con Muna. Pero ella está muy enfocada en cantar y sacar su disco.
—¿Muna estudió en “Otro Mundo”, la escuela integral de Cris Morena?
—No, pero sí la visita cuando voy yo a tomar el té con Cris y ama el lugar. Muna y Nilo, van los dos. Y después de tres horas se quieren quedar. ¡Hacen lo que quieren! De hecho Nilo está en un proyecto de Cris y seguramente empiece a trabajar él antes con Cris que Muna.
—¿Ya conocen el sexo del bebé en camino? ¿Tienen alguna inclinación?
—Sí, lo sabemos porque en el estudio genético que te hacen te sale al toque. Pero la verdad no hablé con el padre si quiere que lo comuniquemos todavía.
—Los nombres de sus hijos tienen mucha personalidad. ¿Seguirán por la misma línea?
—Sí, claramente el nombre irá por la misma línea.
—¿Quién tiene la última palabra?
—Ahora cada vez somos más para votar y ya están todos los niños acotando. Así que a la hora de la votación final somos un montón.
Fotos: Federico De Bartolo
Producción: Sol Miranda
Agradecimientos: Palacio Paz, sede del Círculo Militar monumento histórico nacional. [email protected] [email protected]
Filmaker @carodifrangia
St: Vicky Miranda
Asistente: Lucía Bone.
Makeup: Micaela Roza para Bettina Frúmboli.
Pelo: Nacho Lopez Fagalde.
Ricky Sarkany, María Gorof, Kallalith, Clara Fornio, Rapsodia.