Mauricio D’Alessandro se aleja de la “seriedad” previsible para su profesión y reveló su toc de madrugada cuando la calma se apodera de la ciudad y no se puede dormir.
“Cuando termina Animales Sueltos o la programación con Mariana Gallego, mi esposa, nos dormimos con la televisión prendida. Y cuando me vuelvo a despertar están los pastores. ¡Y a mi me encantan!”, reconoce el especialista en leyes, con entusiasmo, para Paparazzi.
“El manto sagrado, una especie de alfombra que se despliega sobre los fieles en una de las iglesias, o el oleo, aceite con el que se unta o se unje a los fieles, son momentos muy importantes. Me gusta ver cuando hacen caminar a los paralíticos, cuando tiran los bastones al aire y la gente sale caminando, y cuando curan dolores insoportables en la cadera”, reconoció el letrado.
Y agregó: “Me compenetro y me vuelvo adicto. Escucho como se salvaron económicamente las familias… Son religiones que tienen que ver con una negociación con Dios, es el famoso pare de sufrir”.
“Cuando ojitos se despierta, después de habernos dormido viendo una serie sueca o iraní que a ella le encanta, y me ve absorto mirando el manto sagrado, me dirige una serie de insultos…”, confesó Mauricio. “Y siempre la discusión se termina con lo que le digo: “blasfema, no hables así del manto sagrado”, cerró.

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