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No son unas vacaciones más para ellos, sino que el destino los desafió de ahora en más a convivir sin uno de los tesoros más valiosos que la vida les dio. Luchador y emprendedor de raza, Ricky Sarkany afronta junto a su mujer Graciela en Punta del Este un muy particular en el que la contención está asegurada, ya que buena parte de la familia, entre ellos sus tres hijas y sus dos nietos, los acompaña en la costa uruguaya. Sin embargo, hay algu- nos momentos en los que la pareja prefiere refugiarse en la más absoluta intimidad, asumiendo la ausencia de Sofía pero apostando a la fe y a la energía optimista para salir adelante.
Por primera vez de las tantas temporadas que veranea en el Este, el diseñador de calzados eligió alquilar en José Ignacio, un páramo de tranquilidad y sosiego ideal para disfrutar junto a los suyos. Allí sale a caminar por la orilla del mar con su mujer o comparte cálidos momentos familiares junto a sus tres hijas, Josefina, Violeta y Clara, y sus dos nietos, Luca y el pequeño Félix, de nueve meses. Nacido en los Estados Unidos por el método de subrogación de vientre, el hijo de Sofía y de Tomás Allende es sin dudas el más mimado del clan.
También estuvieron ceca de ellos Alejandra Papini, hermana de Graciela, y su marido Alejandro Bouza, radicados en España pero siempre fieles a los veraneos en Punta. Todos tienen en claro que no están para veladas festivas o divertidas, pero hacen de la uni- dad un bastión inexpugnble que los retroalimenta en el día a día. Ricky no pierde jamás esa sonrisa que siempre lo distinguió, una muestra más de esa fuerza interior que nunca le permite darse por vencido.
