Natalia Oreiro y Ricardo Mollo forman una de las parejas más queridas del espectáculo argentino. Se casaron en 2001 en una íntima ceremonia en una embarcación en Brasil y, poco más de una década después, el 26 de enero de 2012, dieron la bienvenida a su único hijo, Merlín Atahualpa.
Hoy, con 12 años, Atahualpa —o "Ata", como prefiere que lo llamen— se ha convertido en un niño con gran conexión con el arte, la naturaleza y los animales. Desde sus primeros años, la pareja fue muy reservada respecto a la exposición a su hijo. Con el tiempo, sin embargo, comenzó a compartir pequeñas pinceladas de su vida a través de las redes sociales.
Un niño amante del arte y la naturaleza
Atahualpa ha demostrado tener una gran sensibilidad artística, en parte heredada de sus padres. Juega al aire libre, disfruta de la huerta junto a su madre y ha desarrollado habilidades como el origami, una de sus pasiones. Además, ha aprendido a tocar la guitarra gracias a su padre, a quien acompaña en algunas giras musicales.
En una entrevista, Natalia reveló cómo equilibran la exposición mediática: “Ata nos acompaña en las giras, sube al escenario, pero somos muy respetuosos de su privacidad. Si quiere dedicarse a esto cuando sea mayor, lo decidirá”.
El significado detrás de su nombre
El nombre de Atahualpa tiene un gran peso cultural y emocional para la pareja. Ricardo Mollo explicó que eligió "Merlín" inspirado en el mago de la película El Rey Arturo , que marcó su infancia. En cuanto a "Atahualpa", fue un homenaje al legendario músico de folklore Atahualpa Yupanqui, su ídolo.
Sin embargo, a los dos años y medio, el pequeño decidió usar solo su segundo nombre. Natalia recordó el momento en que su hijo corrigió a un taxista: “Nos bajamos de un taxi, el conductor le dijo 'chau, Merlín', y él respondió: 'Me llamo Atahualpa'. No hubo vuelta atrás desde entonces”.
Una infancia lejos de los reflectores
Natalia Oreiro ha optado por compartir algunos momentos de su hijo en redes sociales, manteniéndolo alejado de la exposición mediática que acompaña su carrera. Entre los recuerdos más recientes, compartió una foto de Halloween en la que se puede ver cuánto ha crecido Ata.
Durante la pandemia, Natalia destacó la oportunidad de estar cerca de su hijo en un momento crucial de su desarrollo: “Me sentí privilegiada de poder, como mamá, acompañarlo en sus estudios, intentando que no perdiera el aprendizaje”.
En cuanto a la alimentación, la actriz, que es ovolactovegetariana, contó en una entrevista que respeta las elecciones de su hijo: “Ata come milanesas en casa de su abuela porque yo no se las preparo, pero Ricardo sí le hace unas buenas milanesas”.
Un artista en potencia
A pesar de su corta edad, Merlín Atahualpa ya muestra un gran talento para la música y el arte. Videos en redes sociales lo han capturado tocando instrumentos junto a su padre y perfeccionando su habilidad para el origami.
Además, junto a Natalia Oreiro y Ricardo Mollo, disfruta del contacto con la naturaleza, cuidando la huerta y preparando recetas caseras. Merlín Atahualpa se encuentra en la preadolescencia y, aunque sus padres protegen su privacidad, comparten orgullosos pequeños momentos que reflejan su crecimiento y personalidad única.