Puede observar el mundo a través de la lente de su cámara y ver más allá: admirar la belleza de la naturaleza esteña que la rodea, como los pájaros que vuelan y rompen la quietud del cielo pero también el daño: el plástico de la arena en las playas, el sol que quema cada vez más fuerte y la ausencia de muchos animales. Y Paola Marzotto elige no mirar para otro lado: su compromiso con el medioambiente crece.
Construye su huerta y disfruta ver cómo los colores vivos de las verduras pueblan su jardín con plantas nativas y hasta un mariposario. Cuando viajó a la Antártida conoció cómo el hielo se deshacía y contó su experiencia. Aunque también se deleitó con los delfines que aparecieron en las aguas de Venecia. Ella ve a través de su lente y transforma: protege para que sus hijos, nietos y todos puedan tener un futuro.
Paola tiene un estilo distinguido y una belleza natural. Proviene de una importante familia de la aristocracia europea: su madre fue Marta Marzotto y su padre el conde Umberto Marzotto. Nació y pasó su infancia en el municipio italiano Portogruaro, ubicado en la provincia de Venecia y viajó por todo el mundo. Tuvo dos hijos fruto de su relación con Carlo Borromeo: Carlo y Beatrice, quien se casó con Pierre Casiraghi, el hijo menor de Carolina de Mónaco y del recordado Stefano Casiraghi con quien tiene dos hijos Stefano Ercole Carlo (4) y Francesco Carlo Albert (3). Beatrice fue quien aconsejó a su madre Paola cuando empezó la pandemia en marzo de 2020 que se quede en su residencia esteña acompañada de sus amigos y afectos porque Milano, donde tiene su casa, estaba muy complicada por el covid. Y Paola disfruta a pleno su residencia: “Es más amplia que el vaticano, que tiene 44 hectáreas y mi campo 45”, dice riéndose.
Lejos de ostentar con su origen o título de condesa o su vida social y cultural tan rica e intensa, prefiere hablar de su vida cerca de la naturaleza y no contar que es la consuegra de Carolina de Mónaco o que su hija está casada con el nieto del Príncipe Rainiero, Paola elige no hablar del tema. Prefiere contar que su parque cada día alberga más flora nativa y hasta un mariposario. Si bien siempre estuvo comprometida con el medioambiente (desde los ‘90 hizo proyectos didácticos con WWF (World WildlifeFund o Fondo Mundial para la naturaleza) o campañas con Greenpeace. Actualmente fue designada embajadora del pilar medioambiente de la Fundación Princesa Lætitia d’Arenberg.
“Queremos inspirar al rescate de paisajes y biomas amenazados. Si ‘adoptamos’ relictos (remanentes) de un palmar, de un matorral costero, o de un monte de quebrada, mientras salvamos ese pedacito amenazado inspiramos a que los vecinos imiten esas medidas de conservación y regeneración. Vamos a potenciar nuestras acciones generando una hoja de ruta para quien busca aportar su granito de arena en su propia chacra o campito o hasta en un jardín suburbano cualquiera. Quien quiera ayudarme puede escribir a mi email”, dice mientras posa su elegancia natural aunque no le gusta que la asocien a la frivolidad.
“Es una casa de familia muy clásica, pensada para reunirnos con mis hijos y nietos. Hemos pasados años maravillosos con mis queridos amigos italianos y sudamericanos. Nos encanta el living de afuera, prendemos las chimeneas y nos quedamos ahí, hablando. ¿Qué puede haber más lindo que las cosas simples de la vida? Estos son los verdaderos lujos. El comedor de afuera también tiene muchas memorias. Amo la cocina mediterránea, he intentado convertirme en vegana tres veces y sé que lo lograré. Será antes o después. Acá cocinamos con verduras y hortalizas de la huerta y de lo que cultivan pequeños productores de la zona. Los sabores son fabulosos. Hay que promover las huertas en la casa, si no puede ser muy grande, hacerla de la medida que se pueda, pero es hermoso cosechar nuestros frutos orgánicos, usar nuestras plantas aromáticas. Me gusta comer sano. No ingiero carnes rojas y amo la comida mediterránea. ¿Un plato clásico de mi casa? La pasta a la Norma, una receta siciliana, a base de berenjenas y tomates. Utilizo aceite de oliva extra virgen que aquí en Uruguay es riquísimo. Mi favorito es el más fuerte de Allievi. Me gusta entrenar todos los días. Practico natación también en invierno pero realmente mi vida es simple. Hemos formado casi una comunidad rural y estamos chochos de nuestra elección”, cuenta ilusionada.
Su vocación fotográfica comenzó cuando apenas tenía 20 años. Como profesional de la fotografía cubrió el rodaje durante varios meses de la inolvidable película Apocalipsis Now dirigida por Francis Ford Coppola y otros trabajos importantes e internacionales. En febrero de 2020 viajó a la Antártida porque su hijo mayor Carlo – un gran diseñador industrial quien está casado con la diseñadora Marta Ferri y tienen tres hijos– le había recomendado disfrutar esa experiencia. Durante ese viaje, Paola tomó conciencia de lo mal que estaba el Planeta ya que no había más pack, el hielo estaba derretido.
“Cuando regresábamos, una científica, Kathy Sullivan, la astronauta invitada de honor, dijo: ‘Si el mundo parara hoy tendríamos cuatro años para salvar el Planeta’. Cuando llegué de vuelta a Uruguay, se cerró todo a causa de la pandemia y pese a lo doloroso y duro que fue todo, se veía al Planeta renacer. Los pájaros volvían a cantar o aparecían especies nuevas y acá en mi campo aparecieron ciervos. Los peces se multiplicaron, en Venecia había delfines. Algo insólito. El Planeta necesitaba descansar del hombre a quien tanto le cuesta tomar conciencia de lo mal que está. No hay que dejarla sola a Greta Thunberg, si todos hacemos un poco, vamos a estar mejor. Hay que dejar de consumir animales, no arrojar residuos en la playa. Con sólo observar a la Naturaleza que es perfecta, se entienden muchas cosas. Cuando me llamó mi hija Beatrice y me dijo que era mejor que me quedara acá porque en Milano había muchos casos, sentí que tenía razón y yo sabía que ella estaba muy bien con su marido e hijos, y mi hijo también junto a su familia. Eso me daba tranquilidad y empecé a idear mi empresa cultural que funciona como una Fundación. Somos embajadores de Madre Naturaleza”, dice Paola quien recuerda que con sus hijos solían ir a recoger basura de las playas.
“Limpiábamos con mis niños la playa en frente a nuestra casa en Cerdeña en los años ‘80. Pero ¿Quien hubiera pensado que nos íbamos a exceder tanto? Somos todos pecadores. No me di cuenta que el tiempo pasa rápido y todo se empeoró. Ahora paso mínimo una hora diaria para firmar peticiones, conecto asociaciones y gente de buena voluntad. Soy embajadora de Madre Naturaleza. El sábado 15 tuve un ciclón en la chacra. Volaron eucaliptos, techos, banquetas, reposeras. Jamás había pasado antes. Me pregunto ¿Qué estamos esperando para cambiar? Y no sabemos exactamente de quién fue la culpa y como pudo pasar. Pero pasa y somos todos pecadores…“, dice con un dejo de tristeza.
El sitio de la empresa de Paola es www.eye.Vgallery.com y fue creada en agosto de 2021. Es global y asociativa, organiza espectáculos y eventos culturales en todo el mundo en diversos escenarios que incluyen galerías, museos, exposiciones de arte y bienales. Eye-V Gallery se centra en la fotografía naturalista, alberga una comunidad internacional de artistas y tiene sedes en Uruguay, Milán y Nueva York.
En medio de un escenario distópico enmarcado por una pandemia y crecientes catástrofes naturales, Paola, quien es su fundadora, activista y fotógrafa, sugiere apuntar el lente hacia la Naturaleza. Eye-V Gallery considera el arte fotográfico como una forma clásica de expresar la visión humana sobre los misterios del mundo natural. Sus artistas representan a la Naturaleza como un bien superior que sustenta el futuro de la humanidad. Manifiestan su visión con diferentes estéticas, técnicas e interpretaciones en busca de una nueva mística natural que ayude a impulsar la revolución cultural que tanto necesita el Planeta Tierra. Nuestro Paraíso Perdido. De acuerdo con su misión, la firma explora técnicas de impresión y proyección con un efecto ambiental reducido.
El próximo 24 de febrero en el Patio Central de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros, de Minas y Energías, en Madrid, España, realizará una ceremonia inaugural de “Antártica, Melting Beauty” una exhibición de Paola que invita a fortalecer nuestro compromiso con el cuidado del Medio Ambiente y la naturaleza, según dice la tarjeta de invitación firmada por el Rector de de la Universidad madrileña. Paola prefiere reunirse con amigos en grupos chicos para poder comunicarse mejor. A fines de 2020 vivió un momento difícil porque se cayó en su casa, se fracturó y fue operada con éxito en Montevideo. Pero tuvo que estar tres meses sin poder manejarse libremente. Dependía de sus enfermeros y rogaba que el tiempo pasara pronto para retomar su vida deportiva, saludable. Fueron tiempos difíciles para ella porque es una mujer muy activa pero el mal momento pasó y hoy todo volvió a la normalidad. Cada día se levanta temprano para recorrer sus espacios y obtener las mejores imágenes con su cámara", dijo.
“Suelo salir a las seis de la mañana y hago fotos de los girasoles de mi campo, del estanque, de los pájaros. Amo obtener las imágenes y luego las observo, las disfruto, las elijo, Soy obsesiva del trabajo. En este momento con Eye-Vgallery tenemos 4 exposiciones fotográficas en Uruguay, una en Garzón y 3 en Galería del Paseo. Además de las de Milán, New York, Singapur y Madrid”, cuenta con entusiasmo.
Además de fotógrafa fue periodista y escribió en distintos medios sobre moda y espectáculos. Trabajó en producción de televisión, teatro y cultura en general. Si bien ella asegura que la belleza de su mamá fue única, ella luce impecable. Tiene el pelo rubio y largo, la piel fresca y un físico armónico. No hace dietas, sólo come saludable.
“ Me gusta la vida simple. Voy a la playa temprano o suelo ir a la tarde pero no puedo con mi genio y me la paso juntando plásticos de la arena. Creo que todos deberíamos usar autos eléctricos. A los seres humanos nos cuesta tomar conciencia que podemos ayudar al Planeta con sólo dedicarle unos minutos por día, hay muchísimas organizaciones a través de las cuales se puede ayudar. Tengo gente linda a mi alrededor y eso hace bien al alma”, dice Paola quien es amiga entre otros del fotógrafo Ricardo Labougle, Monica Militto, Santiago y Martina de Anchorena, Malala Groba, Ana Rusconi, los artistas plásticos, Alejandro Rainieri y Blanca Alvarez de Toledo. "Me gusta organizar reuniones en casa con poca gente, para poder comunicarnos mejor. Tengo mucha gente buena cerca mío, que podría vivir en Suiza, New York y distintas partes de europa y el mundo y elige quedarse en esta maravillosa Punta del Este”, concluye Paola, quien reafirma una vez más el concepto de “rewilding”: Traer de vuelta la naturaleza para el bienestar de la comunidad y del alma.