Daniela Urzi, una de las modelos argentinas más destacadas de su generación y figura clave de la agencia de Pancho Dotto en los años '90, vive una etapa muy diferente de su vida junto a su hijo, Thiago Cosentino. Lejos de las pasarelas y de los flashes que la acompañaron durante décadas, hoy su foco está puesto en acompañar de cerca el crecimiento y la formación de su hijo adolescente, que con solo 13 años ya se perfila como una joven promesa del tenis argentino.
Thiago creció bajo el ala protectora de su mamá y también de su papá, Pablo Cosentino. Si bien sus padres están separados, el adolescente mantiene una excelente relación con ambos y recibe el apoyo incondicional de su familia para cumplir su mayor sueño: convertirse en tenista profesional. Apasionado, metódico y con una energía desbordante, Thiago construye su día a día en base al deporte y a la amistad.

Así es la vida de Thiago Cosentino, el hijo de Daniela Urzi que apuesta todo al tenis
Thiago Cosentino transita una adolescencia marcada por el deporte y la disciplina, alejado del mundo del modelaje que consagró a su madre, Daniela Urzi. A los 13 años, ya se destaca como tenista federado en la categoría Sub14 y representa al club Deportes Racionales, donde entrena a diario.
La exigencia de su disciplina lo llevó a adoptar una rutina de alto rendimiento a su corta edad: “Se entrena todos los días salvo los domingos, y de cuatro torneos abiertos en los que se anotó ganó uno y en dos llegó a la final”, le reveló Urzi a Revista CARAS a fines del año pasado. “Este año lo mandamos quince días a la escuela de Rafael Nadal en Mallorca”, contó su madre, orgullosa del camino que su hijo comenzó a construir por decisión propia.

Más allá del deporte, Daniela prioriza el diálogo y la educación emocional en su casa. Consciente de que crece en una época distinta a la suya, busca explicarle todo con claridad y sin rodeos. “Me tomé siempre el tiempo de explicarle los motivos por los que le decíamos que no, a él le generaba cierto impacto, pero razonaba y muchas veces me decía ‘tenés razón’”, señaló respecto a la crianza que le dan con su expareja.
“Siempre fue un chico muy curioso en querer saberlo todo, y tanto yo como Pablo somos muy comunicativos con él. Sabe que siempre puede contar con nosotros para venir y preguntarnos cualquier cosa. Los chicos de hoy vienen con otra cabeza, nuestra generación tenía temas tabúes que ahora los charlamos con él libremente en una mesa”, reflexionó la modelo.
Si bien la vida cotidiana de Thiago está marcada por los entrenamientos, la escuela y el tiempo con amigos, también hay espacio para los viajes y el disfrute. Recientemente, compartió unas vacaciones soñadas en Formentera junto a su madre, Valentina Zenere, Sebastián Ortega y Gaby Álvarez, con quienes disfrutaron del mar y la tranquilidad del verano europeo.

Thiago Cosentino, el hijo de Daniela Urzi, crece con los pies sobre la tierra, rodeado de contención y con metas claras. Su vida hoy combina el legado de una madre que supo brillar en el mundo del espectáculo con su propio camino en el deporte. Su presente está lleno de aprendizajes, compromiso y pasión, y todo indica que este joven tenista tiene un futuro prometedor dentro y fuera de las canchas.
MVB

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