El Papa Francisco celebró la misa del domingo de Pascua en soledad en medio de la pandemia que afecta al mundo entero.
El hombre que fuera ordenado sacerdote en 1969, se refirió a la emergencia sanitaria y dejó un mensaje de esperanza a sus fieles seguidores desde la Basílica de San Pedro. “Este no es un momento para la indiferencia, porque todo el mundo está sufriendo y necesita estar unido para enfrentar la pandemia”, dijo al momento de impartir la bendición Urbi et Orbi.
"Esta enfermedad no sólo nos está privando de los afectos, sino también de la posibilidad de recurrir en persona al consuelo que brota de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y la Reconciliación”, añadió Jorge Bergoglio.
El ex Cardenal también hizo un especial pedido a las naciones para que contribuyan y "brinden el apoyo adecuado a sus ciudadanos, y que todas las naciones se pongan en posición para satisfacer las mayores necesidades del momento mediante la reducción, si no el perdón, de la deuda que pesa en los balances de las naciones más pobres”.
Además, el ex Obispo de Buenos Aires pidió por un “alto el fuego global inmediato” y el fin de la fabricación de armas y solicitó a los líderes internacionales que relajen las sanciones y reduzcan o perdonen las deudas de los países más pobres.