Reconoce ser una mujer inquieta, muy exigente con ella misma y a la que le aburre la rutina. “No me gusta hacer siempre lo mismo. Necesito tener desafíos y eso me pone todo el tiempo en el lugar de ir por más o de pensar que estoy estancada. No me gusta sentir que no crezco”, confiesa Sol Pérez (26), la ex “chica del clima” y cuyo multifacético perfil hoy la encuentra, luego de protagonizar la comedia “20 Millones” durante el verano de Mar del Plata, al frente de la conducción de “Noticias de 20 a 22”, informativo de Canal 26.
“Hice conducciones antes, pero nunca de noticiero. Empecé con muchísimo miedo… ¡El primer día no me salía una palabra! La propuesta me encantó desde el primer momento y está buenísima para crecer. Es un horario súper exigente porque competimos con otros noticieros y estoy muy contenta de que hayan pensado en mí, por la posibilidad y por los compañeros que me tocaron. Es un rol complicado, pero hay que ponerle mucho amor, paciencia y también mucho trabajo”, se sincera la periodista, quien ya se había probado en la conducción cuando Carolina “Pampita” Ardohain se alejó de su ciclo de TV de Telefe, en 2018, y fue ella, junto a Luis Piñeyro, quienes continuaron con el programa.
“Nunca fui de decir ¨no lo hago¨. Prefiero equivocarme que quedarme con lo cómodo y no poder progresar por miedo al qué dirán. Mi objetivo es el crecimiento, después una se va adaptando porque es muy difícil el medio. Ser conductora me encanta y descubrí que es lo que más me gusta, pero si el día de mañana me toca volver a ser panelista, no tengo ningún problema. Todo es para aprender”, afirma Sol. Hoy, dice, su rutina comienza con la lectura de diferentes portales, para estar debidamente informada sobre la actualidad. “Por suerte tengo a un compañero que la tiene clarísima, que es Sebastián Dumont. Está bueno trabajar con gente que sabés que no te va a dejar expuesta. Trabajé con gente que me ayudó, pero también con compañeras que buscaron exponerme y menospreciarme”, agrega.
Con un presente que se aferra a la conducción, Sol reflexiona sobre si seguirá haciendo teatro de Revista o no: “Si me llega una buena propuesta volvería a hacer Revista. No me encasillo, no creo en eso de que tenés que formar una imagen tal para poder desarrollarte, si tu trabajo te respalda. Podés ser versátil y hacer distintas cosas, jugar con eso. Sí hay que respetar el lugar de trabajo, no voy al Noticiero como voy a la Revista”, detalla Sol, quien en muchas oportunidades salió al cruce de quienes la critican tanto por su looks como por mantener un estilo sensual y no esconder sus curvas.
“Siento que siempre me van a criticar tener curvas y ser sensual. Pero siempre voy a ser yo, no voy a cambiar eso. También es verdad que fui adaptándome como ahora y frente al Noticiero. No hubo un día en que haya ido con top y una pollera, por ejemplo. Tampoco mostré la panza nunca. Voy cambiando el estilo pero manteniendo mi versión. Cuando tenés curvas, ya tu cuerpo es sexy y sensual. También creo que hay que respetar al televidente, saber cómo estar frente a un programa, en especial si se trata de un horario familiar”, asegura la conductora. “Pero tampoco voy a usar una bolsa o una túnica para que no se me note que tengo cola o lolas. Eso no me hace sentir cómoda”, admite Pérez, para quien la problemática de la imagen física resulta un tema sensible. Y es que durante su adolescencia, Sol padeció trastornos alimentarios que afectaron su salud y angustiaron a su familia.
“No quiero que le pase a otras personas. Estuve complicada. Quería ser una chica fitness y comía un yogurt, entrenaba todo el día pero estaba muy flaca. Iba al colegio y me desmayaba. Casi me inyectan hierro por no comer. Mi papá se quedaba al lado hasta que terminaba el plato de comida y yo hacía arcadas por tener el estómago cerrado. Fue un momento duro para mis padres y hermanos. Por todo eso que me tocó vivir trato de inculcar que cualquier cuerpo tiene que ser saludable y sano”, enfatiza la periodista. Al tiempo que sostiene que “A las mujeres que tienen un cuerpo sexy, se les exige más o un título de periodista y a las que no lo son o dan el perfil más intelectual, no. Y yo la verdad es que estudié, me preparé y no me recibí porque me surgió un montón de laburo. Estudié Derecho en la UBA durante cinco años y ahora estoy anotándome para ver si termino la carrera. Siento que constantemente tengo que demostrar cosas”.
Y sobre el bullying que recibe desde la redes sociales, dice: “Tengo claras las cosas. A mi no me modifica si piensan que soy gato, como dicen,o si quieren pensar que tengo mi trabajo porque me acosté con tal o cual. No me preocupa. Vivo con mi novio, soy súper familiar, no salgo a ningún lado, no tomo alcohol, ni consumo drogas. Tengo una vida normal, sana y que puede conocer cualquier vecino. Lo que sí molesta son las agresiones constantes y que se metan con mi trabajo”, remarca Sol, hoy en feliz convivencia con su novio desde octubre pasado, Guido Mazzoni (36), un abogado apasionado por las motos y dueño de un gimnasio de crossfit con quien transitó un breve impasse durante el verano.
“Ahora estamos genial pero veníamos bastante a los golpes (ríe). Tuvimos esa crisis en el verano, pero ya habíamos alquilado nuestro departamento y teníamos todas las cosas mudadas. Mar del Plata fue como la explosión. Elegimos tomar distancia y ver qué era lo que queríamos. El se vino a Buenos Aires y yo me quedé allá. Los dos teníamos claro que nos amábamos y que queríamos estar juntos pero el tema es que no estaba funcionando y no nos estaba haciendo bien la relación que teníamos. Y no era algo tóxico, sino que yo estuve en Mar del Plata haciendo temporada durante tres meses y él había dejado todo para acompañarme”, reconoce Sol. Tras su regreso en marzo, la pareja decidió darse otra oportunidad.
“Hablamos todo lo que debíamos hablar. Y nos volvimos a instalar en el departamento porque ninguno había sacado sus cosas. Quisimos ver si lo que nos pasaba era Mar del Plata o que no funcionábamos. Me encanta la convivencia. El es muy bueno. Llego de trabajar y me espera con la comida… La verdad, es que me siento acompañada de una manera sana. Ninguno de los dos ponemos límites y él jamás me dice no subas esto a las redes o no te pongas lo otro. Nos ayudamos. Eso es lo principal en una pareja. También me dice que no pelee tanto”, admite con humor la periodista. “Estoy muy enamorada”, dice.
“Me gusta estar con él y soy de preparar sorpresas. Para el día de su cumpleaños le hice una búsqueda del tesoro, que ¡ni miró! (Risas). No quería adivinar todo y me pedía que le dijera cada cosa. Fue medio fallida. Pero sí, cuando estoy enamorada soy muy de estar encima; mandar muchos mensajes, escribir cartas. Soy muy romántica. Por suerte nos llevamos bien en cuarentena”, se sincera Sol, para quien formar una familia junto a su pareja es otro de sus deseos.
“Yo me quiero casar y tener hijos. Lo hablamos bastante y lo que sí pensamos es que ahora no es el momento. Tal vez empecemos a buscar un bebé el año que viene para que se dé el próximo, de acá a dos años. Guido no era de la idea del casamiento pero lo convencí. Le dije:¨Si vos no te querés casar, buscate a otra persona porque yo, sí”. (Vuelve a reír). Era como una obligación para seguir con la pareja y no dudé en decírselo”, concluye, la conductora, siempre leal a sus convicciones.
Fotos Fede De Bártolo
Producción Sol Miranda
Agradecimientos: Sol Pérez, asistente de producción Martina Santamaria
Makeup @sol_lunardi para Cerini. Pelo Magali Maisonnave para Cerininet
@ameliafonioatelier @besameromeo @roxanasalerno. Mercado de Pétalos. Locación Roxana Salerno House @Monddesign.