Se conocieron hace tres años en la Gala Anual de la Fundación Zaldívar y el flechazo fue inmediato. Tanto, que sólo una cita bastó para intuir que aquel encuentro iba a cambiar sus vidas. Y así, con la determinación que otorga el amor y el deseo de celebrar y celebrarse fue como Angie Landaburu (26) y Tomás Eurnekian (28), sobrino nieto del famoso empresario, planearon una boda para el recuerdo que el sábado 16 los reunió junto a 500 invitados en “La Rural”.
Previo al gran festejo, que planearon durante un año, la pareja se casó ante Dios en la Basílica del Santísimo Sacramento, donde la modelo e influencer, entre nervios y ansiedad, se mostró conmovida y del brazo de su padre, Jorge Landaburu. El reconocido abogado penalista fue quien la llevó al altar y hasta pareció frenar los pasos de una novia que, desbordada de emoción, caminaba con demasiada prisa, rodeada por los cientos de arreglos florales dispuestos en la nave y el altar de la iglesia, entre los que predominaron las fresias, peonias y verdes.
“Ibamos a festejar el cumpleaños de mamá con una comida en Azulik (Tulum), un resort ecológico increíble, que está compuesto por nidos. Estábamos en nuestro hotel y Tomás me dijo de ir antes para ver el atardecer. Llegamos a nuestra mesa, que estaba en el nido más alto de todos, que hay que reservar seis meses antes, y la vista era realmente espectacular. Me di vuelta y lo vi arrodillado con el anillo. No lo podía creer. Fue muy romántico”, detalló Angie sobre el día en el que su enamorado le propuso casamiento, tras otro intento fallido en París, cuando una ajustada agenda de la influencer en la capital de la moda, frustró los planes del empresario.“Al final le arruiné el cumpleaños a mi suegra”, reconoció con humor Tomás.
En su gran noche, Landaburu también enamoró a todos con un soberbio vestido del reconocido diseñador Gabriel Lage, gran amigo de la “It girl” que este año se alzó con la estutuilla a “Mejor Influencer” en la primera edición de los Martín Fierro de Moda.
“Para Angie diseñamos un vestido de novia en color blanco roto con escote de hombros caídos, trabajado en guardas de redecilla de tull, recortadas y aplicadas sobre una base de transparencia y bordado con cristalería y micro paillette, que acompañó con un velo bordado a mano y ramo de orquídeas ”, contó el diseñador. Lage también vistió a la madre de la novia, Angeles Cibils, quien lució un vestido en tonalidades grises, trabajado a medida con cintas de hilos de seda y bordado, y fue madrina de la boda junto a su esposo y Mercedes Pochat, mamá de Tomás.
“Con Angie elegimos juntos el género, pero se dejó llevar por lo que quise hacerle. Somos amigos desde hace un tiempo y por eso hubo un sentimiento especial, lo que hizo todo más lindo. Es un vestido que tiene un trabajo muy fuerte en el escote, de mucho tiempo, y con mucha geometría. Estamos orgullosos porque fue muy celebrado y ella estuvo feliz. El velo se hizo especialmente para el modelo; se diseñó a mano y es un trabajo en hilo de seda. Lleva las misma flores que tiene el vestido en algunas de sus guardas, pero realizada en diferentes tamaños. Tiene tres metros de largo por dos metros treinta de ancho”, agregó el diseñador. Lage también creó un segundo vestido, de falda irregular, microtul y bordado con cristales Swarovski, para que Angie, que lució make up de Mabby Autino, peinado de Nacho López Fagalde y joyas Cipriano, estuviera mucho más cómoda sobre el final de fiesta.
Una vez concluida la ceremonia religiosa —que tuvo uno de sus momentos más emotivos cuando tras el “Sí, acepto”, los esposos intercambiaron alianzas de Damián Colombo— la pareja partió rumbo a “La Rural” en un coche antiguo y descapotable que manejó el novio. Dueño de un bajo perfil, un rasgo característico de los miembros de su familia, Tomás trabajó durante ocho años en el grupo de su tío abuelo, donde se desempeñó como director de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Relaciones Internacionales. En 2017 finalmente se asoció con Daniel Hadad y hoy está al frente de Infobae América, una nueva apuesta periodístico-digital.
Con organización de la weding planner Bárbara Diez, el gran festejo de #theeurnekians, tal cual el hashtag elegido por los novios a la hora de compartir su felicidad en las redes sociales, eclipsó con una suntuosa ambientación en la que predominaron los tonos negro, dorado y blanco entre livings, mesas y una acertadísima ornamentación. El menú fue otros de los hits: trucha asalmonada con huevo poché, alcauciles y papas como plato principal, además de las diversas barras e islas con menú variado que los asistentes pudieron disfrutar desde la recepción. Todo maridado con los mejores vinos y champagne.
Nueve días antes, la pareja había tenido su boda Civil y una selecta celebración al atardecer en los jardines del Palacio Duhau. “Quiero cuidarte, quiero amarte, pero, sobre todo, no quiero vivir ni un día sin vos”, fueron las palabras que Tomás le dedicó aquel día a Angie. “Cuando te conocí supe que eras el hombre de mi vida. Te amo y sos la única persona con la que quiero formar una familia. Eso, para mí, es la base de todo”, le respondió Landaburu. Siempre románticos y pendientes el uno del otro, así volvieron a mostrarse en su boda soñada.
Entre los fabulosos invitados, se destacaron los mejores diseñadores de la Argentina, personalidades de la política y del mundo empresarial como Valeria Mazza y Alejandro Gravier, tal vez los más divertidos en la pista de baile, Cinthia Kern y Federico Bonomi, Fabián Medina Flores, Julieta Kemble, Lorena Ceriscioli y Fabián Paz. También hubo un genial cotillón que incluyó unos “fascinator” a modo de coronas, brazaletes dorados para ellas y hasta mini ventiladores que al activarse se iluminaban con la leyenda “Tomi & Angie”. Los invitados, además, pudieron disfrutar de los shows de Agapornis y Maxi Trusso.
Uno de los momentos más especiales llegó sobre las 3 AM, cuando un compilado de la ceremonia religiosa y la fiesta sorprendió a todos desde las pantallas de video. También hubo vals, un sector con cascada de globos dorados para fotografiarse —otro éxito de la fiesta— y genuina diversión cuando llevaron en hombros a la pareja en plena pista. También un exquisito rogel de cuatro pisos que ofició de descontracturado pastel de boda y que los novios cortaron rodeados por sus afectos en plan de total complicidad. La Luna de Miel, según contaron los dichosos esposos, hoy radicados en Sunny Isles, Miami, recién llegará en junio del año que viene. ¿La razón? Los compromisos que ambos deberán retomar tras el inolvidable festejo.