La relación entre Irene Urdangarin, la hija menor de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, está en momentos de gran tensión tras los recientes acontecimientos que la han alejado de los planes que su madre tenía para su futuro.
Cristina, conocida por su férrea disciplina y su deseo de mantener una imagen impecable de sus hijos, ha sido sorprendida y frustrada por las decisiones de Irene, quien optó por caminos diferentes a los que su madre esperaba. Esto derivó en la preocupación de que la joven haya desperdiciado una oportunidad millonaria al alejarse de la senda de los influencers que, de haber seguido, le habría generado enormes ingresos.
Por qué Irene Urdangarin es acusada de hacerle perder millones a su madre
Inicialmente, Irene estaba destinada a seguir sus estudios universitarios en la prestigiosa Universidad de Lausana, en Suiza. Sin embargo, no consiguió superar las pruebas de acceso debido a un bajo rendimiento académico. Este fracaso fue el primer desencadenante de un conflicto con su madre, quien esperaba que su hija pasara al menos cuatro años en este país centrada en su carrera. Lejos de eso, la joven decidió tomarse un año sabático, lo que la llevó a regresar a España, donde se instaló temporalmente en Zarzuela.

Mientras estaba de vuelta en Madrid, mostró interés en seguir los pasos de su prima, Victoria Federica, quien ha conseguido abrirse camino en el mundo de las redes sociales y la moda, ganando millones al convertirse en influencer y embajadora de marcas de lujo.
Con más de un millón de euros anuales, Victoria es un ejemplo del potencial económico que Irene podría haber alcanzado si hubiera decidido explotar su apellido en este mismo ámbito.
No obstante, este camino no fue aprobado por su madre. La infanta Cristina, quien siempre ha defendido una vida discreta y modélica para sus hijos, se opuso tajantemente a que Irene ingresara en el mundo de los influencers y las apariciones públicas, temiendo que su imagen familiar pudiera verse afectada por el exceso de exposición. Dejó claro que prefería que su retoño se enfocara en los estudios y mantuviera un perfil bajo, algo que Irene no veía con buenos ojos.

La situación entre madre e hija se tensó aún más cuando Irene Urdangarin comenzó a pasar tiempo en Madrid y fue vista acompañada por Juan Urquijo, un amigo de la familia relacionado con la alta sociedad madrileña y miembro de la aristocracia española. Esta relación preocupó profundamente a Cristina, quien temía que un posible romance alejara a su hija de sus estudios y la anclara en un estilo de vida que no correspondía con los valores que ella intentaba inculcar.
Ante el riesgo de que Irene abandonara por completo sus estudios y su futuro académico, Cristina tomó medidas drásticas para alejarla de lo que consideraba "malas influencias". Decidió enviar a su hija a estudiar a una universidad en Reino Unido, asegurando que se mantuviera ocupada y lejos de distracciones.
A pesar de los esfuerzos de la infanta Cristina por encaminarla hacia la educación superior, muchos críticos señalan que esta decisión puede haber costado a la joven, y a su madre, una oportunidad millonaria. De haberse sumado al fenómeno de las redes sociales como su prima Victoria Federica, Irene Urdangarin podría haber acumulado importantes ingresos a través de contratos con marcas de lujo, apariciones en eventos y colaboraciones publicitarias. Como miembro de la familia real, su presencia en estos círculos le habría asegurado una fuente constante de dinero, sin necesidad de un esfuerzo académico.
AM

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