La princesa Amalia, hija mayor de los reyes Guillermo y Máxima de los Países Bajos, comienza 2025 con un hito importante en su vida como heredera al trono. Desde el 1 de enero, la joven de 21 años percibirá por primera vez la asignación anual millonaria que le corresponde como primera en la línea de sucesión dinástica.
Este cambio marca el fin de una etapa en la que Amalia decidió renunciar a este beneficio durante tres años, priorizando sus estudios y la situación económica del país. Ahora, la joven royal recibirá la suma de 1,5 millones de euros al año por su rol dentro de la realeza.
La nueva vida de la princesa Amalia en 2025
Cuando cumplió 18 años en 2021, la princesa Amalia sorprendió al anunciar que no aceptaría la asignación pública que legalmente le correspondía. A través de una carta manuscrita dirigida al primer ministro neerlandés, explicó que, mientras otros estudiantes enfrentaban dificultades económicas en plena pandemia, ella no se sentía cómoda recibiendo ese dinero sin poder ofrecer algo significativo a cambio. Durante este tiempo, la princesa se enfocó en su formación académica y renunció tanto a sus ingresos personales como a los fondos destinados a cubrir gastos de personal y materiales.
Este gesto no solo destacó a Amalia como una figura moderna dentro de la realeza, sino que también la posicionó como un modelo a seguir para otros herederos europeos. La princesa Elisabeth de Bélgica, por ejemplo, tomó una decisión similar al renunciar temporalmente a su asignación, mientras que Christian de Dinamarca no comenzará a percibir dinero público hasta cumplir 21 años o cuando asuma mayores responsabilidades oficiales.
Actualmente, Amalia continúa sus estudios en la Universidad de Ámsterdam, donde cursa Política, Psicología, Derecho y Economía. Aunque sigue siendo estudiante, su nuevo rol como heredera al trono con asignación pública implica mayores responsabilidades y gastos. Según la ley vigente en los Países Bajos desde 2009, parte de esta dotación cubrirá sus necesidades personales, mientras que el resto estará destinado a actividades institucionales, como el mantenimiento de una secretaría y un equipo de trabajo que la respalde en sus funciones oficiales.
En una carta reciente, la princesa expresó que, tras haber enfrentado circunstancias inesperadas, como las amenazas que la obligaron a vivir bajo estricta protección en el pasado, ahora es necesario contar con recursos para desempeñar su papel de manera autónoma e independiente.