La reina Letizia de España es hoy una de las figuras más visibles y rigurosas de la monarquía europea, sin embargo, en su juventud vivió una etapa que nada tuvo que ver con su presente como representante de la monarquía.
Antes de coronarse como esposa de Felipe VI y madre de la heredera al trono, la entonces estudiante de periodismo atravesó tiempos de incertidumbre y realizaba trabajos tan curiosos como inesperados. Entre ellos, uno que sorprendió incluso a sus seguidores más fieles: vendió cigarrillos como azafata para una tabacalera en México.
Este capítulo olvidado de su vida vuelve a resonar en la agenda mediática, justo en un año particularmente emotivo para la monarca. Por primera vez desde que es madre, Letizia y el rey Felipe están viviendo sin sus hijas en casa: la princesa Leonor se encuentra en plena formación militar en Elcano, mientras que la infanta Sofía cursa su bachillerato en Gales. Con este contexto de nostalgia y cambio familiar, resurge el recuerdo de la etapa en que Letizia también se alejó de su hogar, para descubrir el mundo.
De Oviedo a Guadalajara: una experiencia que marcó su camino
Tras completar sus estudios en Ciencias de la Información en España, Letizia decidió continuar con su formación académica en México. En Guadalajara, se inscribió en un programa de doctorado que, si bien no terminó, le permitió explorar otras dimensiones de su vocación. A la par, comenzó a colaborar con el diario Siglo XXI, cubriendo eventos culturales y gastronómicos. Esta experiencia fue fundamental para moldear su estilo, su rigor y su temple frente al oficio periodístico.
Lo que pocos saben es que para sostenerse económicamente en aquella etapa, la joven Letizia también trabajó como promotora para una conocida marca de cigarrillos. En fotos que aún circulan por las redes, puede vérsela con el uniforme de la extinta tabacalera Boot’s, ofreciendo productos a los clientes en bares y espacios públicos.
Resulta paradójico que quien alguna vez vendió cigarrillos sea hoy una de las voces más firmes contra el tabaquismo. Letizia es presidenta de honor de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y ha sido contundente al expresar su repudio hacia el consumo de tabaco. “El tabaquismo no es un hábito, es una enfermedad”, afirmó.
Hoy, más que nunca, esa Letizia que compartía departamento, pedía trabajo en fiestas y vendía cigarrillos en la noche mexicana, parece lejana, sin embargo, es una faceta que la hace más humana y que la conecta con el pueblo español.
VO

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