Justo cuando parecía que Meghan Markle se había salido con la suya y había logrado dejar en el pasado su vida y la de su marido dentro del Palacio de Buckingham, los rumores sobre una supuesta infidelidad golpearon de lleno en Los Ángeles, lugar donde la ex actriz y el príncipe Harry se instalaron en las últimas semanas, tras abandonar Canadá. Lo que se supondría sería una "vida mucho más pacífica", parece ser que no lo es tanto.
Es que los tabloides británicos alzan con fuerza la versión de infidelidad del hijo de Lady Di y la desilusión de la mamá de Archie Harrison ante este nuevo capítulo de su cuento de hadas. Pero esto no es todo, sino que además se le sumó el diagnóstico positivo de Coronavirus del príncipe Carlos, que al parecer habría generado otro desacuerdo marital.
"El príncipe lo llamó a Harry para contarle que era positivo. Fue uno de los primeros en enterarse. Quedó absolutamente devastado. Está preocupado por la salud de su padre, que además tiene 71 años. Intentó comunicarse con su hermano, el príncipe William, pero no obtuvo respuesta", aseguran.
"Cuando se enteró de la enfermedad de su padre, Harry le planteó a su mujer la idea de instalarse juntos en el Reino Unido por un tiempo para acompañarlo. Meghan no quiso saber nada. Para ella fue muy difícil lograr abandonar Inglaterra y no quiere bajo ningún punto de vista regresar; mucho menos con su hijo, Archie", sostienen así como también revelaron detalles de la charla íntima que Isabel II tuvo con su nieto: "La Reina le pidió a Harry que retomara algunas actividades, para aliviar la cargada agenda que heredaron William y Kate. Para Meghan, regresar a la Corona significa dar cuatro pasos atrás e implicaría tener que postergar todos sus proyectos laborales. Le advirtió a su marido que no estaba dispuesta a hacerlo. En especial, después del frío trato que recibió por parte de su cuñado en el último acto oficial del que participaron".
Pero el verdadero problema de Meghan y Harry reside en lo que publicó el diario The Sun: Harry tuvo un encuentro con su ex novia, Chelsy Davy, días después del acto por el día de la Commonwealth que se celebró el pasado mes de marzo en la abadía de Westminster. Si bien es cierto que Markle estuvo presente en el evento, también es cierto que la ex duquesa abandono el Reino Unido sin su esposo, quién se quedó unos días más para "despedirse" de su tierra natal y sus seres queridos.
"Los amigos de Harry decidieron sorprenderlo con una fiesta de despedida. Él estaba triste porque sabía que no regresaría por un largo tiempo a su país y le resultaba imposible poder ver a todos sus seres queridos en tan pocos días. El príncipe disfrutó de la sorpresa y le contó a su mujer, pero evitó mencionarle que dentro de la lista de invitados estaba su ex novia, Chelsy", reveló la fuente.
Asimismo, desde el mismo medio recordaron el verdadero motivo de la separación de Harry y Chelsy, que no necesariamente fue por "falta de amor": "Se separaron porque ella no podía tolerar la atención de los medios. Era otro momento, eran más jóvenes. Harry pensó en dejar la Familia Real, pero Chelsy se lo prohibió. Él quería formar una familia con ella y llegó a proponerle casamiento. Ella fue más madura y entendió que nunca podría vivir una vida 'normal' junto al príncipe y, desde entonces, mantuvieron una amistad a distancia".
Sobre la fiesta, trascendió: "Cuando Harry entró a la fiesta y la vio se puso a llorar. Sus ojos no podían creer lo que estaban viendo", reconocieron amigos del príncipe al tabloide. "Si bien Chelsy fue invitada a la boda, Meghan siempre estuvo muy pendiente de ella. Desde que empezó a salir con su mujer, el príncipe empezó a distanciarse de su ex novia, al punto que dejaron de hablarse", contaron.
Aunque nadie se anima a precisar si efectivamente Harry engañó con Chelsy a su mujer, lo cierto es que las especulaciones en torno a esto no dejan de girar. Más que nada porque Chelsy significó mucho en la vida del Príncipe. Lo cierto es que hay quienes dan por sentado que este engaño existió y que esa es una de las principales razones por las que Meghan le tendría prohibido a Harry que volviera al Reino Unido, incluso sabiendo que su padre está enfermo y hay obligaciones que atender con la Corona.
Por otro lado, mientras la prensa estadounidense asegura que Harry "es feliz con su nueva vida y no piensa en regresar a su país", los medios ingleses insisten con la infelicidad de su compatriota: "Harry está sufriendo la distancia y tiene un sabor amargo en la boca, en especial por el modo en el que se dio todo. Le duele cómo quedó la relación con su hermano y con gran parte de su familia. No está siendo fácil para él".