Los fanáticos de la realeza esperan con ansias el estreno de la nueva temporada de The Crown, la serie escrita por el dramaturgo y guionista británico Peter Morgan. La producción de Netflix cuenta los acontecimientos más sobresalientes de uno de los reinados más largos de las dinastías europeas, y a lo largo de sus temporadas, revela información acerca de los sucesos que tuvo que enfrentar la Reina Isabel II desde su coronación.
Según la experta en realeza Kate Williams, desde que la monarca británica ocupó el trono en 1953 visitó alrededor de 120 países y recorrió más de un millón y medio de millas; algo así como dar la vuelta al mundo 42 veces. Según indica una publicación del sitio ABC. Isabel II mantiene relación con la mayoría de los países del mundo, especialmente con Estados Unidos, país que visitó más de cinco veces, donde se codeó con las esferas políticas más altas de ese país, y distintas celebridades.
En 1961, la Reina Isabel II recibió al reciente electo John Fitzgerald Kennedy y a la entonces primera dama, Jackie Kennedy, en el palacio de Buckingham. El octavo episodio de la segunda temporada de The Crown muestra el vínculo de la Familia Real británica con la pareja presidencial de Estados Unidos, dando al público una mirada más cercana de lo que pasó en junio de ese año. Isabel II y Felipe de Edimburgo ofrecieron una ostentosa cena de Estado en su honor, donde a pesar de los protocolos y lo sonrientes que posaron en las fotos, fue uno de los encuentros más fríos protagonizados por dos mujeres que no terminaron de conectar demasiado bien. La tensión se hizo presente entre los invitados, especialmente en la monarca británica, quien se sentía sometida a juicio por Jackie, durante una jornada que estuvo cargada de incomodidad.
El guion de The Crown se basa en la realeza británica de la vida real y sus acontecimientos más importantes. Sin embargo, como ocurre con todas las grandes ficciones históricas, a menudo los creadores se toman ciertas libertades. En este episodio, la pareja presidencial de Estados Unidos se dirige de manera incorrecta hacia el Príncipe Felipe y la monarca. La producción de Netflix imagina un choque entre el protocolo británico y la naturalidad estadounidense, pero lo cierto es que según afirman varias fuentes la Reina Isabel II habría escuchado rumores acerca de que Jackie Kennedy habló mal de ella a sus espaldas. The Daily Mail afirmó que el duque de Edimburgo le comentó a su esposa que Jackie le pidió que le diera un tour por el Palacio, y en respuesta Isabel expresó: “Es mi casa, así que yo lo haré”.
Desde la perspectiva de la norteamericana, durante la cena la Reina no mostró ninguna simpatía por ella y expresó que su actitud era de celos y resentimiento hacia su persona. Según publicó The Telegraph, la primera dama estadounidense comentó sobre la monarca británica: “Ella es una mujer descuidada, poco inteligente e irrelevante, que el nuevo lugar reducido de Gran Bretaña en el mundo no fue una sorpresa, sino una inevitabilidad”. El fotógrafo y modista británico Cecil Beaton, que trabajó con Kennedy, escribió en uno de sus diarios privados que la primera dama no estaba impresionada con el Palacio de Buckingham y su decoración, ni tampoco con el estilo y vestuario de su anfitriona. Según la NBC, existen pruebas de que la esposa de John no se sintió impresionada por la Reina, ni tampoco por su residencia, por lo que aseguró que la propiedad era “de segunda categoría, en ruinas y triste, como un hotel provincial descuidado”.
Si bien no está comprobado que la ex primera dama haya comentado esto, según el escritor Gore Vidal, ella interpretó que la Reina tenía una “personalidad pesada”. El asesor histórico de The Crown, Robert Lacey, afirmó que los comentarios son imaginarios, aunque poco probables. “Creo que la tensión personal entre Isabel II y Jackie es especulativa. No estoy diciendo que no existiera. No puedes decir que es falso, no puedes decir que es verdad. Creo que es perfectamente plausible que la Reina se sintiera eclipsada por Jackie” aseguró en diálogo con Vogue, y más tarde agregó: “La Reina se marchó a África y sorprendió a todos, y en particular al presidente Nkrumah. Eso sucedió y ella fue una estrella, pero en ese momento nadie habló de eso en términos de competir con Jackie Kennedy”.
La visita de Estado se realizó luego del exitoso paso de los Kennedy por Francia, donde Jackie cautivó a los medios y al entonces presidente Charles de Gaulle, quien incluso bromeó y se refirió al mandatario como “el hombre que acompañó a Jacqueline Kennedy a París”. La ex primera dama se destacó por hablar un francés fluido, algo que luego sería comentado por la reina Isabel II al decir “Sí, todos podemos hacer eso”. Según la revista People, la monarca británica debió hacer una concesión especial para que la hermana y el cuñado de Jackie, la princesa Lee Radziwill y el príncipe Stanislas Radzi pudieran asistir a la cena, hecho no permitido por el protocolo, ya que impedía que fueran invitados a una cena de Estado en Buckingham. Además, según afirma la biografía Jackie Kennedy America’s Queen, escrita por Sarah Bradfort, Isabel II accedió a romper las reglas y tomó represalias al excluir de la lista de invitados a la Princesa Margarita y la Princesa Marina, cuya presencia había sido requerida por Jackie.
Todo esto llegó a los oídos de la monarca británica y se presume que Jackie la visitó en marzo de 1962 para pedir disculpas. El director de The Crown pidió permiso político para agregar una escena en la serie, en la que Kennedy pide una audiencia privada con la Reina meses después. Isabel II se caracteriza por tener una personalidad particular, carácter fuerte y su presencia puede llegar a ser ostentosa y elegante. También hay quienes destacan que es muy prepotente. Su trayectoria durante estos 70 años de reinado es notable, y ella logró posicionarse como un símbolo de constancia y dignidad. Tanto la Reina como Jackie Kennedy son dos de las mujeres más destacadas de la historia, y durante la década de los 60 compartieron la gloria que les dio el poder y las convirtió en modelos a seguir para el mundo, a pesar de sus diferencias.