Aseguran que la inquietante aparición de las canas en la cabeza de una persona se debe, específicamente, “A una disminución de la melanina que es la que determina el color del pelo”. Más allá de los años que van marcando el transcurso del tiempo en la vida de todos, también dicen que los disgustos, las peleas y los grandes dolores, terminan cubriendo de blanco la cabellera. Y esto último, sin lugar a dudas, fue lo que sucedió con la ex reina de España, doña Sofía, quien a sus 80 años, y casi repentinamente, apareció con toda su melena emblanquecida, sin rastros ya del castaño claro o rubio ceniza que supo distinguirla durante los últimos años.
El camino hacia la depresión comenzó para la esposa del ex rey Juan Carlos, en abril de 2018, cuando al finalizar la tradicional Misa de Pascuas, en la puerta de la Catedral de Palma, quiso posar ante los fotógrafos que esperaban ansiosos a la Familia Real Española, con sus nietas, Leonor y Sofía. Pero la hoy reina Letizia no se lo permitió, retirando casi violentamente la mano que ella había apoyado sobre el hombro de una de las pequeñas, en un intento por abrazarla ante la mirada atónita de su marido, Juan Carlos, y de su hijo, el rey Felipe VI. Las diferencias entre ambas mujeres continuaron a lo largo de todo 2018. Y los desplantes se tornaron cada vez más notorios. Incluso, aseguran que llegaron hasta que Letizia le prohibiera ver a sus nietas, argumentando que las “malcria” mientras ella intenta darles una educación lo más normal posible, todos hechos que habrían comenzado a hundirla en una gran depresión. Sumados, además, a los grandes disgustos que viene acumulando desde hace años con los diferentes rumores de “affaires” de su marido, los problemas con la justicia del esposo de una de sus hijas y el divorcio de la otra. ¡No hay corazón que resista tantos problemas!
Aunque la sangre griega que corre por las venas de Sofía parece hoy fortalecerla y ayudarla a mantenerse en pie. Y, justamente, para las últimas Pascuas, un año exacto después de la gran discusión con Letizia, ambas mujeres se mostraron más tranquilas, un poquito más relajadas y hasta sonrientes, en la misma escalinata de la Catedral de Palma. “La procesión de nuestra gran ex reina va por dentro”, comenta el pueblo español que tanto la ama y la respeta por su impecable comportamiento durante sus años en el trono. Mujer abnegada al fin, cuentan también que Sofía bajó los brazos y se dejó vencer por las canas. Los mechones blancos ya cubrieron toda su cabeza y hoy la muestran como una señora mayor. Ya no se preocupa por la apariencia y no se ocupa de recurrir a las tinturas que tapen el pelo blanco o a algún producto especializado para que las canas no luzcan amarillentas o no viren al violáceo que puede llegar a dar con un color no acertado. El tiempo y una vida que, en apariencia, debería ser sólo de grandes placeres y ventajas, comenzó a dejar sus huellas en la cabeza de quien durante tantos años en ese lugar “cargó” una corona de reina que llevó con hidalguía y elegancia.